Era un fascismo imitador del
fascismo italiano de Mussolini y al que muchos se apuntaron, bien por/para
ponerse a salvo como sospechosos bien para sentirse amparados, cobijados, para
medrar en la nueva etapa política que se habría tras la victoria de los
rebeldes.
Pero, como ya sabemos,
Franco, en cuestión de ideologías no era muy entendido, le daba casi igual una
que otra siempre que pudiera controlarla y serle útil.
Así que al sucesor de José
Antonio Primo de Rivera, Raimundo Fernández Cuesta, al momento lo desactivó
enviándolo de embajador a Río de Janeiro.
Franco, desde el momento en
que sus amigos, los fascistas, fueron vencidos en la segunda guerra mundial, se
olvidó y guardó la camisa azul. Desde ese momento ya sólo vestía uniforme
militar, no fuera que las democracias vencedoras…
HENDAYA.
De la entrevista de Franco
con Hitler, en Hendaya, naturalmente hay DOS visiones y versiones
contrapuestas.
a.- La de los franquistas,
presentándolo como un líder político, capaz de llegar tarde a la entrevista
irritando a Hitler, no acostumbrado a tener que esperar y sí a que lo esperasen
a él, tratándolo de tú a tú, poniendo sobre la mesa las exigentes condiciones
para sumarse al bando fascista en la guerra y manteniéndose firme, haciendo que
Hitler (nada menos que Hitler) se levantara de la mesa y, enfurecido, diera un
portazo despotricando contra Franco, un nuevo líder en Europa aunque, para presentarlo
así, dominador de la situación tuvieran que trucar la famosa foto pasando
revista y rindiéndoles honores y que, en vez de llevar colgada la Cruz del Águila, nazi, la
misma que Hitler, y con la mano derecha hacia abajo, ahora, en la nueva foto, la
trucada, luciendo la Medalla Militar
Individual y la mano derecha hacia arriba.
b.- La versión más real, la
de un Franco que llegó tarde porque el tren y las vías no daban para más, y
enfurecido por no poder ser puntual, una especie de perrito obediente que “no
sabe no contesta”, con voz atiplada, monótono, aburrido, capaz de hacer
bostezar a Hitler, que manifestaba hartura de la situación,…
Contra la versión interesada
franquista, de que no existía documento alguno que mostrase debilidad en
Franco, el famoso “protocolo” inexistente, lo cierto es que una copia de ese
protocolo “secreto y perdido” había sido expurgado de los archivos del Palacio
de Santa Cruz, nada más terminar la segunda guerra mundial, para eliminar las
pruebas de la implicación de Franco en la contienda, pero ocurrió, por tan mala
o buena suerte, que la copia alemana de dicho protocolo se encontró entre los
archivos que los norteamericanos confiscaron en Alemania, en la Cancillería del Reich,
y la enviaron, junto a los demás documentos, a Estados Unidos.
Mucho se ha hablado de la “no
beligerancia” (que nadie sabe qué es) y la “neutralidad” que Franco mantuvo en
la no intervención en la guerra, pero era, realmente, un convencido
“pro-germano”.
¿Cómo, si no, puede explicarse
lo de la División Azul
(la camisa franquista-falangista)?
Durante dos años, en
distintos relevos, pasaron por Rusia, enrolados en el ejército alemán, nada
menos que 47.000 voluntarios, al mando de Muñoz Grandes.
De estos 47.000, murieron
4.954, resultaron heridos unos 8.700, el número de mutilados alcanzó la cifra
de 2.137, resultaron congelados 1.600, fueron hechos prisioneros 372 y enfermos
7.800.
Más del 50% de la División Azul pagó su
participación, bien con la vida, bien con la salud o bien con la libertad.
Y esa forma de `proceder no
se hace si no es con un amigo, al que se le desea la victoria, y de un amigo
agradecido por haberle ayudado a ser vencedor en la suya.
CHANTAJE.
Son poco los que saben (y
hasta hace poco casi nadie lo sabía) que la mayoría de los generales de Franco
desaconsejaron al dictador incitándole a
la no intervención, porque Inglaterra los había sobornado con, nada
menos que, 600 millones de pesetas, que fueron ingresadas en sus Cuentas
Corrientes, a través del financiero Juan March, haciéndole creer a Franco que
ese dinero provenía de donaciones de grandes empresas españolas.
PRO-ALIADO Y PRO-IGLESIA
De la noche a la mañana, nada
más terminar la guerra universal, Franco pasó de pro-germano a pro-aliado,
sustituyendo a Serrano Súñer por Gómez-Jordana, cambiando la camisa azul por la
camisa militar y la falange por la ideología católica.
Hasta el mismo papa Pío XII,
que no le hizo ascos a Hitler, en sus comienzos, proclamaría que “De España ha
salido la salvación del mundo”, España es la nación elegida por Dios”, “España
es el baluarte inexpugnable de la fe católica”.
Tan se lo creía Franco, que
hasta el mismo, en sus discursos, decía que “”España había salvado a Europa del
marxismo”.
Ya no habría divorcio entre la Iglesia y Franco.
Catolicismo y nación quedaron
fundidos en un abrazo.
Los dos mutuamente
interesados en el matrimonio o concubinato.
“Tú me das….” y “yo te doy….”
Yo mismo, monaguillo, en los
días de Pascua Florida (Semana Santa), cuando era obligatorio cumplir los
Mandamientos de la Santa Madre
Iglesia y uno de ellos era “confesar y comulgar al menos una vez al año”,
expedía las células de cumplimiento, en la iglesia de Santiago Apóstol, de mi
pueblo.
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