¿AQUÍ NO PAGA NADIE?
NO.
AQUÍ PAGAMOS TODOS. TODOS Y
POR TODO.
Pagamos hasta por existir y
para poder seguir existiendo.
Desde el siglo VI a.C., ya
los presocráticos, cuando el Logos se rebeló y superó al Mito, cuando el
“conocer-saber” desplazó al mero “creer”, cuando los hombres comenzaron a
despojar a los dioses de ciertas funciones, sustituyéndolas por “razones”,… estos primeros pensadores
iniciaron la filosofía occidental, afirmando que todo lo que existe, incluido
el hombre, no era sino AGUA, AIRE, FUEGO Y TIERRA.
Eran Tales de Mileto y
compañía.
Eran los CUATRO ELEMENTOS de
los que se componen todos los seres, y sobre todo los seres vivos.
Acabo de ver un vídeo en el
que Sampedro se refiere a los cuatro elementos, que la naturaleza ofrece abundante
y gratuitamente, y cómo los hemos convertido en mercancías que hay que comprar
y pagar.
Cuatro Elementos o Arjés de
los seres.
Arjé: origen de todo, esencia
de todo, causa de todo y fin de todo,
Para Tales de Mileto
“procedemos” del “agua” (“humedad”), en el fondo, esencialmente, “somos”
“agua”, si “cambiamos/nos movemos” es porque “somos agua” y al final
“volveremos a ser agua”.
Igualmente para los otros
tres filósofos presocráticos, Anaxímenes (Aire), Heráclito (Fuego) y Jenófanes
(Tierra). Más Empédocles, el de los cuatro elementos juntos y, posteriormente,
el “éter”, para Aristóteles.
En el cosmos están colocados
según su peso: La “tierra” (la materia) (el elemento más pesado) “abajo”, el
“fuego” (el elemento más sutil y ligero) “arriba”, por encima de la “tierra”,
el “agua” y por “debajo” del “fuego”, el “aire”.
La materia puede
presentársenos en estado “sólido” (tierra), “líquido” (agua), “gaseoso” (aire)
e “ígneo” (fuego).
Pero:
“…Los economistas se preocupan, sobre todo, de los
bienes escasos. Los que no son escasos no preocupan al economista; se cogen y
ya está, abundan y no hay problema. Pero es que, entre los bienes que a
nosotros nos decían que eran autorrenovables, es decir que se renovaban ellos
solos estaban, por ejemplo, el aire y el agua, y en el mundo en el que estamos
ya se encuentra en una situación en que hay que preocuparse por el aire y por
el agua porque nos vamos a quedar sin agua potable y sin aire respirable”
“En estos momentos hay aproximadamente 1.000 millones
de personas en el mundo que no tienen acceso al agua potable (…) en este
momento hay cuatro o cinco empresas mundiales, sobre todo una francesa, que
están consiguiendo contratos tremendos con gobiernos del tercer mundo, sobre
todo en África, para controlar el monopolio del agua y, dentro de treinta,
cuarenta o cincuenta años, dominarlo.
Si los hombres tenemos que matarnos para conseguir
agua, ya veremos lo que es este mundo”
Comencemos por el FUEGO o
CALOR.
Todos los seres vivos
necesitan cierto grado de calor, de temperatura, según la especie a la que
pertenezcan, para vivir.
Por debajo de ella, se
congelan y mueren. Por encima de ella, se asfixian/se queman e igualmente mueren.
Plantas, animales y hombres,
con sus grados de calor o temperatura.
La fiebre o el frío, en el
hombre, no son sino desviaciones de la temperatura normal.
Necesitamos para vivir esos
36,5 grados de temperatura media.
El sol despide calor, mucho
calor, fuego, que nos derretiría si no fuera por esa capa de ozono, ese
“paraguas vital”, que filtra y amortigua los rayos ultravioletas, letales.
Pero somos tan “imbéciles”
(así, textualmente) que estamos rompiendo, agujereando, ese paraguas protector
con la contaminación desbordada de la atmósfera.
Necesitamos el frigorífico y
la estufa, el aire acondicionado y la chimenea, el microondas y el congelador,
la ropa de algodón que despida el calor y la ropa térmica que lo retenga.
Necesitamos, para vivir,
además de Calor, el AIRE, para respirar, para tomar de la atmósfera oxígeno que
trasladar al cerebro y por todo el cuerpo y poder seguir viviendo.
Sin AIRE moriríamos,
asfixiados. Nuestras células morirían de hambre. Moriríamos.
Pero somos tan “imbéciles”
(así, textualmente) que nos envenenamos fumando y haciendo fumar al otro, y
nuestros coches manchan el aire que respiramos, aire sucio, contaminado. Y
nuestras calefacciones. Y, sobre todo, nuestras industrias, altamente
contaminantes que, con tal de producir objetos para hacernos la vida “más
feliz” (pero que tendremos que comprar y pagar), están/estamos matándonos a
bocanada limpia.
¿Y qué decir del AGUA?
¿Cómo es posible que un litro
de agua, elemento de la naturaleza y que ésta ofrece al hombre gratuitamente,
valga más que un litro o una botella de gasolina?
Hemos permitido que el
dinero, no natural sino totalmente artificial, se apodere de la naturaleza, que
no necesita dinero.
Hemos convertido el dinero,
que sólo fue medio para intercambiar productos, en un cáncer que mata si no lo
tienes para conseguir lo que la naturaleza ofrece gratis.
¿No parece una contradicción?
¿No podríamos beber el agua
pura de ese manantial que brota de la montaña?
Al estar contaminada la
tierra, la contaminación se filtra y el agua ya no sale potable.
Y, si saliera potable, la
privatizarían, la envasarían los dueños especuladores y tendríamos que
comprarla embotellada.
La conducta humana es
irracional, enemiga del agua, condición indispensable para la vida y que “en vez de ser respetada y apreciada, es
contaminada y malgastada.
Se están derrochando millones buscando agua en el
planeta Marte mientras se destruyen suministros en el planeta Tierra y se
amenaza con la escasez creciente a pueblos enteros”
¿Y la TIERRA (la Materia )?. Los alimentos
tenemos que comprarlos y pagarlos y podemos pasear por las aceras, como cualquier
perro o cualquier gato, pero si bajamos a la calle y queremos desplazarnos algo
lejos, tendremos que pagar el vehículo que nos transporte, sea propio o ajeno, sea
público o privado, sea por mar o por aire o por tierra ¿y la casa? Lo que
cuesta hacerla o comprarla y, luego, mantenerla.
Si queremos ser libres como
los peces y desplazarnos por el agua, PAGAR.
Si queremos ser libres como
las aves y desplazarnos por el aire, PAGAR.
Si queremos ser veloces como
muchos cuadrúpedos, PAGAR.
Si queremos tener una casa en
propiedad hay que pagar para comprarla, por tenerla e impuestos por haberla
comprado y para inscribirla
Somos los hombres los “únicos
seres paganos” (de “pagar”, no de “creer”)
Y recodaba a Don Quijote y su
canto entusiasmado a:
“Dichosa edad y siglos dichosos aquéllos a quien los antiguos pusieron nombre de
dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto
se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque
entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas las cosas comunes; a nadie le era necesario, para alcanzar
su ordinario sustento, tomar otro trabajo que alzar la mano y
alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con
su dulce y sazonado fruto. Las claras fuentes y corrientes ríos, en magnífica
abundancia, sabrosas y transparentes aguas les ofrecían. En las quiebras de las peñas y en lo hueco de los árboles
formaban su república las solícitas y discretas
abejas, ofreciendo
a cualquiera mano, sin interés alguno, la fértil cosecha de su dulcísimo
trabajo. Los valientes alcornoques despedían de sí, sin otro artificio que el
de su cortesía, sus anchas y livianas cortezas, con que se comenzaron a cubrir las
casas, sobre rústicas estacas sustentadas, no más que para defensa de las
inclemencias del cielo. Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia;
aún no se había atrevido la pesada reja del corvo arado a abrir ni visitar las entrañas piadosas de nuestra primera madre, que ella, sin ser
forzada, ofrecía, por todas las partes de su fértil y espacioso seno, lo que
pudiese hartar, sustentar y deleitar a los hijos que entonces la poseían”
Pero los hemos contaminado,
todos, y si queremos utilizarlos hay que descontaminarlos.
Y tenemos que pagar esa
descontaminación. ¿Cómo? A base de prohibiciones, a base de multas, a base de
actividades y, todo, “vía Impuestos”
Mira tu factura de EMASA y
observa los conceptos por los que te cobran para que de ese grifo salga agua
potable.
¿Qué respiraríamos si no
hubiera una recogida diaria, o casi diaria, de basuras? ¿Y si no estuviera
prohibido fumar en lugares cerrados, en ascensores, en espacios públicos,…?, ¿Y
las chimeneas varias que se elevan como torres en la atmósfera?
¿Y si no estuvieran
prohibidos los vertidos contaminantes en ríos, playas, mares, balsas sin
aislantes,…?
¿Y si no reciclamos el
vidrio, el papel,… en los distintos contenedores gris-verde-azul-amarillo?
¿Y si no usamos las papeleras
y prohibimos verter el aceite usado en alcantarillas o en las cañerías?
¿Y si no ponemos en práctica,
al menos anualmente, las campañas de desinsectación, desratización,…?
¿Y si no habilitamos
desguaces, vertederos, puntos limpios,…?
Y NOSOTROS SOMOS TAN
IMBÉCILES, TAN IDIOTAS, TAN “GILIPOLLAS” QUE LOS CONTAMINAMOS TODOS.
Y PAGAMOS PARA QUE EL AGUA SEA
POTABLE Y PODAMOS CONSUMIRLA CON
GARANTÍA.
Y PAGAMOS POR LA VIVIENDA QE NOS
COBIJA, AL COMPRARLA Y DESPUÉS DE HABERLA COMPRADO.
Y PAGAMOS POR LA COMIDA , SANA. QUE COMEMOS.
Y PAGAMOS PARA QUE EL AIRE SEA
RESPIRABLE.
Y POR EL CALOR QUE NOS
MANTIENE VIVOS.
Pero, hasta un Ministro
corrupto quería ponerle un impuesto al sol, que alumbra y calienta de manera
natural y gratuita, y que teníamos que pagar los ciudadanos.
Pero, para poder ser
“paganos” tenemos que “trabajar”.
El hombre es el “único animal
laboral, trabajador”.
TRABAJAR PARA PODER VIVIR.
PERO VIVIR PARA TRABAJAR.
VIVIR NO ES GRATIS.
LOS PADRES PAGAN POR ELLOS Y
POR SUS HIJOS Y ÉSTOS PAGARÁN, DESPUÉS, POR SUS PADRES.
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