REFLEXIÓN
(a las tantas de la noche)
En uno de estos días tontos en que la TV no cumple sus objetivos,
porque ni forma, ni informa, ni
entretiene (que como todos Uds. saben son muchos) y en la que sólo hay
programas basura (¡no sé por qué demonios los llaman del corazón, ¡vaya
corazones de mierda¡) y uno, de momento ni es coprófago ni padece del síndrome
de Diógenes (¿a quién demonios se le habrá ocurrido poner ahí el nombre de un
filósofo que había descubierto, y que lo practicaba, que el secreto de la
felicidad era no tener sino soltar, no acaparar sino desprenderse de todas las
necesidades no realmente necesarias, porque sólo de esa manera se encontraba
libre de tener que satisfacerlas?. Que no era un acumulador, y menos de basura,
sino una persona desprendida de todo lo no necesario) (y a uno, a mí, se le va
el santo al cielo cada vez que se hace mal uso del lenguaje porque está
convencido de que perder la batalla del lenguaje es perder la guerra de la
realidad).
Bueno, a lo que iba, que en uno de esos días
tontos, Aurora y yo rescatamos una de esas películas de la estantería, “Nicolás
y Alejandra”, donde se narran los últimos días de la caída del régimen zarista.
El Zar Alejandro, en un gesto de insensatez
y de megalomanía, va a tomar la decisión de movilizar a todo el ejército,
millones de soldados.
Su primer ministro le aconseja, le insiste,
le insta a que no lo haga, porque
representa una provocación a las naciones europeas. Si lo hace será por algo
¿no?
El Zar tiene ya tomada la decisión. El
primer ministro se encuentra abatido porque las ve venir.
El Zar le dice que “comunicará a todos los
sacerdotes para que en todas las iglesias se eleven rogativas a Dios para que
nos mande la paz”.
“La paz está en vuestras manos, mi Zar, no
en las manos de Dios”.
“Dios nos ha dado a los hombres
inteligencia. Con ella, mi zar, podemos razonar hasta con los locos, podemos
hasta calmar a los perros rabiosos”.
“¡Ay de nosotros si
sólo pudiéramos rezar¡”
“Ya rezaremos cuando enterremos a nuestros
muertos”.
La historia ya saben Uds. cómo continúa.
Alemania le declara la guerra. Una guerra desigual. Cañones contra personas.
Desastre ruso. Revolución de Octubre. Kerenski y luego Lenin. El zar Nicolás,
la zarina Alejandra, su pequeño hijo hemofílico y sus cuatro hijas (incluida
Anastasia), posando en una foto de familia, son asesinados a balazos.
La paz se encontraba en sus manos, no en las
de Dios.
Obrar bien, no rezar mucho. Si el grifo se
va, un fontanero, no un Padrenuestro. Aunque nunca está de más rezar
Padrenuestros. Pero a cada uno lo suyo.
Los problemas humanos, que provoca el
hombre, que los solucione el hombre. Si está en sus manos el poder no crearlos,
también está en sus manos el poder solucionarlos. Que lo haga. Hagámoslo. No
echemos pelotas fuera, porque además de perderlas, perdemos dinero y no podemos
seguir jugando.
Al César lo que es del César y a Dios lo que
es de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario