EL DIABLO ES INDIO.
Los conquistadores
confirmaron que Satán, expulsado de Europa, había encontrado refugio en las
islas y las orillas del mar Caribe, besadas por su boca llameante.
Allí habitaban seres bestiales
que llamaban “juego” al pecado carnal y lo practicaban sin horario ni contrato,
ignoraban los diez mandamientos, los siete sacramentos y los siete pecados
capitales, andaban en cueros y tenían la costumbre de comerse entre sí.
La conquista de América fue
una larga y dura tarea de exorcismo.
Tan arraigado estaba el Maligno en estas tierras que, cuando parecía que los indios se
arrodillaban devotamente ante la
Virgen , estaban, en realidad, adorando a la serpiente que
ella aplastaba bajo el pie, y cuando besaban la Cruz estaban celebrando el encuentro de la lluvia
con la tierra.
Los conquistadores cumplieron
la misión de devolver a Dios el oro, la plata y otras muchas riquezas que el
Diablo había usurpado.
No fue fácil recuperar el
botín.
Menos mal que, de vez en
cuando, recibían alguna ayudita de allá arriba.
Cuando el dueño de Infierno
preparó una emboscada en un desfiladero, para impedir el paso de los españoles
hacia el Cerro Rico de Potosí, un arcángel bajó de las alturas y le propinó
tremenda paliza.
(E. Galeano. ESPEJOS. Págs.
118-119)
¿Y quiénes eran los indios?
“En Cuba, según Cristóbal
Colón, había sirenas con caras de hombre y plumas de gallo”.
“En la Guayana , según sir Walter
Raleigh había gente con los ojos en los hombros y la boca en el pecho”.
“En Venezuela, según fray
Pedro Simón, había indios de orejas tan grandes que las arrastraban por los
suelos”.
“En el río Amazonas, según
Cristóbal de Acuña, había nativos que tenían los pies al revés, con los talones
adelante y los dedos atrás”.
“Según Pedro Martín de
Anglería, que escribió la primera historia de América, pero que nunca estuvo
allí, en el Nuevo Mundo había hombres y mujeres con rabos tan largos que sólo
podían sentarse en asientos con agujeros”
(E. Galeano, ESPEJOS. Pág. 119)
No hay comentarios:
Publicar un comentario