1.- EL DIABLO ES MUSULMÁN.
“Ya el Dante sabía que Mahoma
era terrorista. Por algo lo ubicó en uno de los círculos del infierno,
condenado a pena de taladro perpetuo.
“Lo vi rajado –celebró el
Poeta en “La Divina Comedia ”- desde la barba
hasta la parte inferior del vientre…”
Más de un Papa había
comprobado que las hordas musulmanas, que atormentaban a la Cristiandad , no
estaban formadas por seres de carne y hueso, sino que eran un gran ejército de
demonios que más crecía cuanto más sufría los golpes de las lanzas, las espadas
y los arcabuces.
Allá por el año 1.564 el
demonólogo Johann Wier había contado los diablos que estaban trabajando en la
tierra, a tiempo completo, por la perdición de las almas cristianas.
Había 7.409.127, que actuaban
divididos en 79 legiones.
Muchas aguas hirvientes han
pasado, desde aquel censo, bajo los puentes del infierno.
¿Cuántos suman, hoy día, los
enviados del reino de las tinieblas?
Las artes de teatro
dificultan el conteo.
Estos engañeros siguen usando
turbantes, para ocultar sus cuernos, y largas túnicas tapan sus colas de
dragón, sus alas de murciélago y la bomba que llegan bajo el brazo”
(Eduardo Galeano. ESPEJOS,
Págs. 113-114).
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