(3) EL DIABLO ES NEGRO.
“Como la noche, como el
pecado. El negro es enemigo de la luz y de la inocencia.
En su célebre libro de viajes
Marco Polo evocó a los habitantes de Zanzíbar.
“Tenían boca muy grande,
labios muy grueso y nariz como de mono. Iban desnudos y eran totalmente negros,
de modo que quien los viera en cualquier otra región del mundo creería que eran
diablos”
Tres siglos después, en
España, Lucifer, pintado de negro, entraba en carro de fuego a los corrales de
comedias y a los tablados de las ferias.
Santa Teresa nunca pudo
sacárselo de encima.
Una vez se paró al lado y
“era un negrito muy abominable”
Y otra vez ella vio que le
salía una gran llama roja del “cuerpo negro”, cuando se sentó encima de su
libro de oraciones y le quemó los rezos.
En América, que había
importado millones de esclavos, se sabía que era Satán quien sonaba tambores en
las plantaciones, llamando a la desobediencia y meneos y tembladeras en los
cueros de sus hijos nacidos para pecar.
Y hasta Martín Fierro, gaucho
pobre y castigado, se sentía bien comparándose con los negros, que estaban más
jodidos que él: “A estos los hizo el Diablo –decía – para tizón del infierno”.
(E. Galeano. ESPEJOS. Págs.
114-115)
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