Los mayores de 55 años, una vez cumplido su compromiso laboral con la sociedad, se retiran de la cadena de producción, no del sendero de la vida.
En las circunstancias actuales, el trabajo remunerado es necesario, ¡ojalá no hubiera la necesidad de tener que trabajar para poder comer¡.
Soy defensor y partidario del adagio popular: “el que trabaja para comer es porque no puede comer sin trabajar”.
Pero es que para comer hay que disponer de dinero para adquirir alimentos, ropa,… y reponer la energía gastada.
Nosotros, que ya no tenemos esa necesidad, por nuestra (exigua pero, de momento, segura) pensión, a lo que renunciamos no es a trabajar sino a trabajar por un salario.
Somos muchos los que trabajamos más que antes, PERO de manera distinta, a discreción, lúdicamente, sin otra finalidad que el placer de hacer lo que nos gusta hacer.
Los mayores de 55 años son/somos personas que deseamos saber por saber (aquello de “saborear”, “sabor”, “sabiduría”,…).
Ello hace que sus profesores enseñen por el placer de enseñar. Sin tener a la vista o como meta, ni exámenes, ni nómina, ni cualquier otro objetivo ajeno al placer de hacerlo.
Muchos de los mayores, que no tuvieron ocasión de estudiar y aprender, por el salario necesario, para sí y para su familia y, en el fondo para la sociedad, cuando se encuentran liberados de esa necesidad, es tanta la ilusión, el ahínco, … que le ponen que…
Incluso manteniendo las clases en el Ejido los mayores se autoobligan/nos autoobligamos a:
- Andar (ejercicio o actividad física).
- Aprender (ejercicio o actividad intelectual).
- Relacionarse, hablar, dialogar, hacer amigos (ejercicio o actividad social).
¿No es una forma adecuada para la lubricación del vivir?.
Recuerden, todos, que los mayores estamos jubilados del trabajo, no de la vida.
¿Cuándo hemos sido más libres que ahora?.
¿Cuándo y quién ha podido disponer de las 24 horas diarias para hacer su “santísima voluntad”?
Si el objetivo de la vida nunca debe ser (y menos en este segmento de edad) alcanzar metas, sino disfrutar del camino, ¿quién mejor que nosotros?
Tomás, enhorabuena.
ResponderEliminarHas aprendido algo a la salida de clase de El Ejido. El otro día te dabamos la alta Andrés y yo para que, por favor, acortases los artículos. Y ¡hete aquí! que has escrito un artículo con mucha sustancia, con mucha razón (nuestro tiempo ahora lo aprovechamos como queremos, y entre ese que queremos está nuestra formación continua) y además ¡corto!
Ya vas progresando adecuadamente.