martes, 21 de mayo de 2019

LA TIENDA DE LA VERDAD ( y 8 ). LA VERDAD TOTAL, PLENA,...DIVINA


Claro que si Ud. quiere –volvió a insistir la recepcionista- la

VERDAD TOTAL, PLENA, COMPLETA, …LA VERDAD DIVINA

Debe Ud. pasar por aquella pequeña puerta en penumbra y de la que descorrió una vieja cortina, levantó el pestillo y entró.

La escena con la que se encontró no podía ser más tétrica: Un hombre crucificado, sangrando y en su boca dos frases: “Por qué me has abandonado? Y “Yo soy el camino, la Verdad y la vida, quien cree en Mí, aunque muera no morirá sino que vivirá para siempre” (de las que nada entendió)
Una paloma blanca con las alas extendidas y suspendida en el aire.
Y un anciano, barbudo y larga cabellera, ambas de color blanco, con un triángulo sobre su cabeza, haciendo de corona, y una frase que tampoco comprendió: “Yo soy el que soy”.

.- ¿Qué deseas, hijo? – le preguntó el anciano.

- Vengo a comprar la Verdad Total.

- Muy bien, hijo (¿por qué me llamará “hijo” si mi padre murió hace años y no es él?). Muy bien, hijo –volvió a repetir. ¿Sabe Ud. ya cuál es el precio?

- Me da igual. Puedo pagarlo. Quiero la Verdad Total, Plena, Completa. Deseo poseerla para descansar definitivamente y vivir, residir, habitar en la Verdad.

- No. Verás, hijo (otra vez “hijo). El precio no es en dinero.

- No le entiendo –respondió el nuevo hombre rico, el pobre hombre rico.

- Verás, hijo mío (ya prescindo de lo de “hijo”) el precio es que “NUNCA MÁS PODRÁS VIVIR NI ESTAR EN PAZ”.

- ¿Cómo dice?

- No vas, hijo, a conocer el reposo. No vas a descansar en paz. Verás. Has caído en la tentación. En la misma que cayó Eva, que quiso conocerlo todo, quiso saberlo todo, por eso comió la manzana del árbol de la Ciencia del Bien y del Mal.

El querer conocerlo todo, saberlo todo, es humano, no es malo. Lo malo es querer hacerlo por atajos, de golpe, no poco a poco, madurando y tú, hijo, como Eva, quieres conocer la Verdad Total, quieres ser como Yo, como Dios.

Porque Yo soy LA VERDAD. Y tú quieres serlo por un atajo, por el atajo del dinero.

Te lo voy a explicar y lo entenderás.

Verdad Total es verlo todo en cada cosa.
En este grano de trigo (le mostró uno), si tú fueras Dios o como Dios, verías en él al que lo sembró, a la espiga de la que formaba parte, al segador, al molinero, al panadero, al comprador, al que come el pan, a la amante del que come el pan, a sus hijos que aún no están ni encargados,….

En cada cosa hay que verlo todo, porque en cada cosa está su pasado, su presente y su futuro.
Porque en cada cosa está todo.

Porque “todo está relacionado con todo” –que dijo el filósofo.

Conocer una cosa es conocer todas las relaciones, reales, probables, posibles, futuribles, pasadas, presentes, futuras….

El trabajo divino es agotador.

¿De verdad que quieres, hijo mío (otra vez con el “hijo”) la VERDAD TOTAL?

El pobre hombre rico abandonó la sala y salió cabizbajo, no sin antes darle a ese Viejo barbudo las gracias.

Por el camino iba musitando: “ para vivir aún necesito algunas mentiras, necesito mantenerme en algún error (desequilibraría mi espíritu), seguir en la ignorancia de muchas cosas, necesito comprobar mis cotidianas falsedades, deducir contradicciones, necesito seguir con imitaciones, necesito proseguir con algún plagio, aparentar y mostrar lo que realmente no soy del todo pero que los demás no lo saben (ni quiero que lo sepan).

Necesito vivir. Necesito Justificaciones. No puedo con las razones. Necesito seguir siendo hombre”.

El pobre hombre rico salió de la Tienda de la Verdad.
Y, abrumado, comenzó a andar perdiéndose en la lejanía, con su pobreza y su riqueza a cuestas.

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