EL DIOS CRISTIANO Y LA DIOSA RAZÓN.
“DIOS HA MUERTO” –gritaba
Nietzsche
“LA
RAZÓN ESTÁ MATÁNDONOS” –digo yo,
Dios ha muerto, ¡vivan los
dioses¡
Lo Absoluto ha muerto, ¡viva
lo relativo¡
El Hombre no existen, ¡vivan
las personas concretas¡
Estos podían ser los gritos
de nuestro siglo.
¿Qué ha sido de la Diosa Razón y de sus
revolucionarios y múltiples logros en los diversos campos?
DICEN y CUENTAN que, al día
siguiente de enterrar a Nietzsche, cuando fueron, de mañana, a visitar su
tumba, apareció escrita, en letras muy visibles una inscripción que decía:
“DIOS HA MUERTO” –firmado
Nietzsche.
Y CUENTAN y DICEN, igualmente, que cuando al día
siguiente mucha gente, sabedora de dicha inscripción, fue, curiosa, a leerla,
alguien la había tachado, con grandes trazos y, en su lugar, ponía:
“NIETZSCHE HA MUERTO”
–firmado Dios.
Lo cierto es que Dios ha
dejado de ser imprescindible para entender y explicar los fenómenos que rodean
y le preocupan a los hombres.
Ya se lo había dicho Laplace
a Napoleón: “Majestad, no necesito la hipótesis “Dios” para explicar el
funcionamiento del universo. Me basta con Newton”.
No se despotrica contra Dios.
No hay cruzadas contra Dios.
No es obligatorio, ni
siquiera es mayoritario, el “ateísmo” (cuanto menos el “anti-teísmo”).
Incluso los grandes
Ilustrados se confiesan “deístas” y proclaman su “deísmo”.
Sencillamente, hemos puesto
las Sagradas Escrituras y sus revelaciones en su sitio.
El Cristianismo es una
religión y su misión, como la de todas las religiones, es “soteriológica”, de
salvación.
El Cristianismo, sus fuentes,
no son un tratado científico, ni del mundo, ni del hombre, ni de la vida.
Jesús de Nazaret (para los
creyentes “Cristo”) no vino a enseñarnos verdades para que entendiéramos, sino
a mostrarnos caminos por los que transitar para salvarnos.
El Cristianismo no es una
Filosofía sino una Religión.
Sólo una Religión, pero nada
menos que una Religión.
Y las Religiones ni son
verdaderas ni son falsas.
Ninguna Religión es
verdadera, como ninguna Religión es falsa.
Los calificativos de
“verdadero” y “falso”, las categorías de “Verdad” y “Falsedad” son ajenos a las
religiones.
El agua ni es cuadrada ni es
redonda, y no es porque no exista el agua (que sí existe), y no es porque no
existan las “formas” redondas y cuadradas (que sí existen), sencillamente es
que el agua, al ser líquida (y no sólida) es (y así se nos aparece) “in-forme”,
sin forma alguna, aunque la metamos en un globo o en un cubo.
Los líquidos, como los gases,
son “in-formes”, sólo los sólidos son “formes”, tienen “formas”, regulares o
irregulares, pero con forma.
Las religiones ni son
verdaderas, ni son falsas.
Son buenas o malas, mejores o
peores, ayudan o perjudican, te hacen feliz o desgraciado, son liberadoras o
esclavizantes, te ponen alas o te aprisionan con grilletes, son egoístas o
altruistas, son exclusivas o inclusivas, te ayudan a madurar como persona o te
despersonalizan,…
Así que si eres creyente
debes serlo de una religión buena, de la mejor, de la que te haga feliz, de la
que sea liberadora, de la que te ponga alas para volar más alto, de la
altruista, de la inclusiva, de la que te ayude a madurar como persona,…
Pero del hecho de que todas
valgan no podemos concluir que todas valgan igual.
Dinero es 1 euro y dinero son
20 euros, ambos “valen”, pero 20 vale más que 1.
Existen los colores y existen
los sentimientos, existen el amor y el odio, como existen el rojo, el amarillo,
el verde y el azul, pero tanto el amor como el odio (sentimientos) son
incoloros.
Decir que el “amor es rojo” o
que el “odio es amarillo”, … ni es verdadero ni es falso.
Decir que el odio pesa más o
menos que el amor, que la esperanza es verde o azul, mientras que la pena es
negra, decir que te quiero tres metros o que te odio tres kilos,…. ni es
verdadero ni es falso.
Decimos los filósofos que
esas frases son “sinsentidos”
¿Por qué?
Porque, sencillamente, a los fenómenos
“psíquicos”, a los sentimientos, al amor y al odio, a la esperanza o a la pena,
a la envidia y a al resentimiento, …no se les puede aplicar cualidades
“físicas” (ni colores, ni formas, ni medidas, ni pesos,…)
No que no exista Dios, ni el
más allá, ni la inmortalidad del alma, ni la vida eterna tras la muerte,…sencillamente
es que nada sabemos de todas esas cosas.
¿Por qué?
Porque, sencillamente, esas
realidades metafísicas, más allá de las realidades físicas, ni pueden ser
verificadas ni pueden ser falsadas por procedimientos físicos o científicos.
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