No
es igual tener que reformar o echar abajo la casa para construir una nueva, que
tener ya despejado el solar porque allí nunca ha habido edificación alguna.
No es igual la democracia
norteamericana, que arranca de cero que la francesa de la revolución, que tuvo,
primero, que derruir estructuras antiguas fuertemente arraigadas, muy
consolidadas.
EEUU hizo sólo UN esfuerzo,
un trabajo, una misión, “construir” teniendo, además modelos europeos a imitar,
sin tener que ensayar, copiando sólo lo bueno, los aciertos, no los fallos y
errores, Francia, sin embargo, tuvo que hacer el DOBLE trabajo: gastar fuerzas,
energías, en destruir y gastar fuerzas y energías en una nueva construcción totalmente
distinta, con el método ensayo-error.
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