En Mein Kampf se afirma que
“en la educación de las muchachas hay que insistir, sobre todo, en el
adiestramiento físico, luego en la promoción de los valores espirituales y, en
último lugar, de los intelectuales.
La meta de la educación
femenina ha de ser, invariablemente, la de futura madre”
Para conseguir este objetivo
se empleó la propaganda, las ayudas a las familias que decidían tener más hijos,
importantes exenciones de impuestos a las familias numerosas, la prohibición
del aborto, la ilegalización de la venta de anticonceptivos destinados a los
arios.
Para el régimen nazi tener
hijos era el mayor servicio que las mujeres arias podían prestar.
La madre alemana era
equiparable al soldado en campaña.
De hecho, ya en 1.938 se
estableció “La Cruz
de Honor” de la madre alemana para reconocer y recompensar estos servicios.
Pero no sólo la cantidad de
hijos, también la pureza de la raza.
Por eso no sólo se
prohibieron las relaciones sexuales entre arios y no arios sino que se
condenaba la práctica del amor libre al considerarlo una vía para la mezcla,
incluso se llegó a la esterilización y aniquilamiento sistemático de las
personas de otras razas consideradas inferiores.
La selección racial
Es más las SS no estaban
concebidas únicamente para desarrollar funciones policiales. Sino que también
constituían un instrumento de selección racial por lo que los miembros de las
SS necesitaban una autorización para casarse, autorización en base a
consideraciones raciales y de salud.
También las mujeres debían
reunir unas determinadas características para obtener dicha autorización.
El estereotipo del aspecto
físico de la mujer alemana era el cabello rubio y los ojos azules, signos,
ambos, de pureza racial a lo que había que añadir la sencillez, el no uso de
barras de labios ni maquillajes, sustitutos artificiales de “la naturalidad
genuina de la raza aria”.
Diversas organizaciones se
encargaban de controlar a las mujeres, desde las niñas a las amas de casa y
demás segmentos de población femenina, aunque se resistieran, sin ser
especialmente perseguidas por ello, pero siempre con menos esfuerzo que con los
niños, jóvenes, hombres maduros,…
Respecto a la educación,
tanto para chicos como para chicas, se huía de la cultura y se insistía en la
educación física, como una forma de educar el cuerpo y, a través de él, la mente.
Se restringió el acceso de
las chicas a los Institutos de Enseñanza Media, estudios requeridos para poder
acceder a la Universidad ,
fijándoles un cupo del 10%, cerrándoles el camino no sólo al mundo de la
cultura, también al mundo laboral.
“Muchacha estudiante: ¿a qué
aspiras en el Tercer Reich? Después de todo tu sitio está en la cocina. El
Führer no necesita que tú estudies. El trabajo intelectual es vergonzoso para
las mujeres”
Estaban obsesionados por
retirar a las mujeres casadas del mundo del trabajo y sólo los avatares de la
guerra y las necesidades derivadas de ella devolvieron a la mujer al mercado de
trabajo aunque, eso sí, mano de obra poco cualificada.
Por supuesto “ninguna mujer
política”, campo exclusivo del varón. El lugar natural de la mujer es la
familia y las labores dentro de ella como esposa y como madre.
Nunca fueron movilizadas para
la guerra, como ocurría en otros países, lo que significaría una disminución de
su dignidad como mujer.
Ella era la camarada del
varón y la cooperadora en la fundación de su familia, capaz de traer hijos al
mundo, porque esa función es su forma máxima de beneficiar al pueblo alemán.
“Si hoy una mujer jurista
lleva a cabo una tarea loable y junto a ella vive una madre de cinco, seis o
siete hijos, y todos sanos y bien educados, yo tengo que decir: desde el punto
de vista del valor eterno de nuestro pueblo, la mujer que ha parido hijos los ha educado ha asegurado la permanencia de
nuestra raza más y mejor que la mujer jurista”.
Igual que ocurrió en el
régimen fascista italiano, y en el franquista, (en eso se parecían) se insistía
en la potenciación de una política natalista y en el intento de mantener
controlada a la población mediante su encuadramiento en diversas organizaciones
dependientes del Estado
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