jueves, 25 de febrero de 2016

LA MUJER EN EL RÉGIMEN NAZI (6)

¿Se inspiró Hitler, al menos parcialmente, a la hora de sentar las bases del nacional-socialismo, en el fascismo italiano?

En 1.920 Hitler fundó el Partido Obrero Nacional-Socialista Alemán, el 30 de Enero del 1.933 juró su cargo como canciller, ganando las elecciones en Marzo del mismo año y, tras la muerte de Hindenburg, en Agosto de 1.934, Hitler asumió la Presidencia de Alemania, lo que supondría un cambio en la vida de los varones y mujeres alemanas.

Pensaban los nazis que estaban persiguiendo los ideales de la raza alemana en los tiempos antiguos, que estaban volviendo y rescatando los orígenes de su pueblo pero, en realidad, la moral que el Nacional-Socialismo presentaba como típicamente germana era la moral propia de la mentalidad burguesa de finales del siglo XIX, es decir, la consideración de la santidad de la familia y del matrimonio, de la pureza de la vida sin ostentación dedicada al trabajo.
Es decir, la postura nazi respecto a la familia es tradicional y conservadora, aunque trate de explicarse a través de consideraciones raciales.

En cuanto a la mujer (como ya hemos indicado en otros lugares) el ideal femenino se centra en la exaltación de la sencilla ama de casa y madre que vive únicamente para su familia y se comporta dócilmente con su marido, siendo él el dueño y señor, el que determina el curso de la política, de las leyes, de todo lo público, quedando la mujer enclaustrada en el ámbito de lo privado, resumido en las llamadas tres “K” hitlerianas: Kinder (niños), Küche (cocina) y Kirche (iglesia), es decir, “procreación, servidumbre y rezo” como forma de escape de las dos funciones anteriores.
Familia (marido e hijos), cocina (casa) y, si sale de ésta, es sólo para ir a rezar a la iglesia.

Nada, pues, de igualdad de derechos entre varones y mujeres, nada de emancipación de la mujer, lo que sí existía en el pasado alemán, tanto en el socialismo como en el liberalismo, a los que tanto odiaban los nazis.
Incluso se calificaba de “producto del intelecto judío” lo relativo a los derechos de las mujeres.
Para ella el mundo era su marido, sus hijos, (su familia) y su hogar.

“La razón domina en el hombre –decía Hitler en 1.934-, él investiga, analiza,…pero todas las cosas que se abordan con la razón están sometidas a cambios, sin embargo, el sentimiento es mucho más sutil que la razón, y la mujer es sentimiento, y por tanto el elemento estable.
Estoy convencido de que nadie comprende mejor que la mujer alemana el Movimiento Nacional-Socialista….y sin la resistencia y la verdadera entrega amorosa de la mujer al Movimiento, yo nunca podría haber llevado al Partido a la victoria”.

Un año después, en 1.935, en un discurso al Congreso de Mujeres Nacional-Socialistas, dice Hitler:
“La pretendida garantía de los derechos de la mujer en un plano de igualdad a los del varón, que proclama el marxismo, no es, en realidad, sino una desviación y una privación de tales derechos, por cuanto limita a la mujer a un área en que, necesariamente, tiene que aparecer inferior. Coloca a la mujer en situaciones que, lejos de reforzar su posición, tanto ante el varón como ante la sociedad, la debilitan.
Yo me avergonzaría, de ser un hombre alemán, si en una guerra la mujer tuviera que ir al frente. Ella tiene su propio campo de batalla, donde libra su lucha con todos y cada uno de los hijos que ha traído al mundo.
El varón tiene su destino en el servicio al pueblo y la mujer en la salvaguarda de la familia”.

Una de las grandes preocupaciones del Régimen Nazi era incrementar la tasa de natalidad para luchas contra el envejecimiento de la población y asegurar un número suficiente de alemanes.
También lo sugería Himmler, que era necesario un fuerte incremento demográfico, porque un escaso número de descendientes debilitaba al pueblo para hacer frente a la guerra y sus consecuencias.



No hay comentarios:

Publicar un comentario