lunes, 3 de junio de 2013

MÁS SOBRE NACIONALISMOS (1)



En España tenemos (unos sufren y padecen mientras otros disfrutan y gozan) tres
nacionalismos: Uno es exacerbado, violento y excluyente, otro bastante exótico,
bastante inventado y muy interesado (más que interesante) y el tercero, sí pero
no, no pero sí, ni fu ni fa, más federalista que independentista. Eso sí, todos
ombliguistas.

Y todos saben a cuáles me estoy refiriendo.
En todos ellos se defiende, más o menos intensamente, dos principios:
1.- El de la soberanía nacional (la nación como la única base legítima para el
estado).
2.- El de la nacionalidad (cada nación debe tener su propio estado; al tiempo
que las fronteras de ambos deben coincidir.

(¿El andaluz?, mejor es no sacarlo a pasear, porque si se conociera la historia,
la real (no la ocultada e inventada) de Blas Infante, “El padre de la patria
andaluza”, según consta en nuestro Estatuto de Autonomía…)

Etimológicamente “nación” viene de “nacer”. La “nación” de cada uno es donde “ha
nacido”, pero, luego, uno puede estar enamorado de su nación (y entonces tenemos
la “patria”) o no darle tanta importancia a su lugar de nacimiento, teniendo más
en cuenta el lugar donde vive.
Cuando un malagueño, un sevillano, un cordobés, un granadino,…. se encuentran
lejos de su tierra, se consideran andaluces, cuando están en Andalucía se
consideran “provincianos”.

Pero hay varias y variadas clases de “nacionalismos”. Que cada lector vaya
calificando a cada uno de nuestros nacionalismos.

1.- Nacionalismos centrípetos (o de 1ª generación) son aquellos que intentan
construir una sola nación pero cuyos habitantes están diseminados por dos o más
estados distintos, siendo, en éstos, minorías generalmente discriminadas
(Kurdos, Vascos españoles-franceses,…).

2.- Nacionalismos centrífugos (o de 2ª generación) son aquellos que intentan
separarse del estado nación del que forman parte, siendo ya comunidades
autónomas dentro de ese estado, pero que tienen características comunes (lengua,
cultura, tradición, historia,…).

3.- Nacionalismos de 3ª generación son aquellos de la 2ª generación, pero que
son intensamente reivindicativos de ser naciones y estados independientes.

4.-Nacionalismos económicos que son aquellos que proceden de ser antiguas
colonias o países económicamente dependientes y periféricos, pero que poseyendo
riquezas propias, que se encuentran en manos de países extranjeros, quieren
crear empresas propias para administrar sus propias riquezas (el petróleo en
Méjico y en Irán, el Canal de Suez egipcio, el cobre chileno,…).

5.-Nacionalismos étnicos o culturales, basados en una raza, lengua, cultura,
tradición, territorio, historia propios y diferenciados del resto.
Tanto el fascismo como el nazismo son considerados nacionalismos étnicos.

6.- Nacionalismos religiosos, cuya base es la religión pero también con
componentes étnicos (la Irlanda católica, la India hinduista, el Pakistán
islámico, la Bosnia musulmana,…).

En todos ellos está presente la sensación de pertenencia e identidad de ese
grupo, bien para sacar ventaja de esa pertenencia y distinción, bien por
sentirse amenazado por otra nación.

(NOTA. Irlanda acaba de ser “rescatada” de la bancarrota. Una de las causas de
la falsa riqueza era los pocos impuestos exigidos a las empresas que allí se
domiciliaran fiscalmente.
En el País Vasco ocurrió algo parecido (pero el País Vasco ni era ni es un
estado, cosa que si era y es Irlanda).
El P.N.V. acaba de pasar por caja de Zapatero y conseguir, para el Museo del
Chacolí y el del Carro Chillón, a cambio de apoyar los presupuestos para el
2.011, la cantidad de 37 millones de euros, justo-justo la cantidad con que la
U.E. multó a España por permitir (o no impedir) ventajas e incentivos
(“vacaciones”) fiscales a empresas allí domiciliadas.)

(No le echemos la culpa a las empresas, ellas son lo que todos sabemos).

Ninguno de estos nacionalismos se da en su pureza, sino con mezcla, más o menos
dosificadas, de varios o todos de ellos.

Los nacionalismos pueden adoptar, para conseguir sus objetivos, formas violentas
(desde el terrorismo, la amenaza, la coacción, el chantaje,…ese instinto primero
y primario, básico, primitivo, ancestral, de defender el territorio, exclusivo y
excluyente, marcándolo, como el perro al mear) o formas pacíficas, desde los
partidos  políticos que, apoyados en los votos, exigen desde más autonomía,
hasta autodeterminación e independencia.
Una de las formas reivindicativas más conocidas fue la que puso en práctica
Gandhi, la “vía de la desobediencia civil” o “no violencia activa”.

Teóricos del nacionalismo español han sido Sabino Arana, Prat de la Riva, Blas
Infante,…

Considero a los líderes nacionalistas ultras unos fanáticos ciegos, sin visión
de futuro, que si por una parte me dan pena, por otra me producen miedo, porque
son capaces de provocar incendios, con consecuencia de muertes, de lo que
debería ser una candela que mantuviese calientes a los suyos.
Me dan pena y miedo sus estrechos esquemas mentales de visionarios, que
demonizan al otro, al tiempo que blanden la espada de ángel  exterminador,
cerrando la puerta de un falso e inventado paraíso terrestre, “para que no
entren los que nos quieren mal”, cuando, en realidad, es “para que no salgan los
que quieran irse”.

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