La Unión Europea (incluidos EEUU, Canadá y Australia) está
siendo lugar de invasión por el Sur africano, por el Este europeo y por el
Oeste iberoamericano (en el Norte no hay gente).
El fenómeno emigratorio afecta a múltiples áreas (pero sobre
todo al trabajo).
Tanto personas que vienen “huyendo de” como las que “vienen
a”.
La hasta hace no tanto división Este-Oeste
(Comunismo-Capitalismo) ha sido sustituida por la división Norte-Sur
(Riqueza-Pobreza, Consumismo-Hambre, Estado de Bienestar-Estado de Supervivencia).
Las tensiones entre ambos núcleos están a flor de piel.
¿Cuál ha sido el origen de esta difícil posición actual?
Durante la Edad Moderna y la Contemporánea la Europa
Occidental ha sido la metrópolis de las tierras descubiertas, conquistadas y
colonizadas.
La creciente necesidad de materias primas y de fuentes de
energía de la industrialización en auge lanzó a los países occidentales a una
frenética carrera, imponiendo el colonialismo (sin olvidar a Japón y a la
URSS).
Ya en el siglo XIX y durante el siglo XX, sobre todo tras la
2ª Guerra Mundial, el sistema colonial hizo aguas, a lo que tenían que hacer
frente las metrópolis respectivas.
El proceso descolonizador fue apoyado por los países no o menos
colonizadores (USA y URSS).
Europa tuvo que replegarse sobre sí misma y las antiguas
relaciones metrópolis-colonias se debilitaron.
Es, entonces, cuando Europa comienza a construirse como
Unión (BENELUX, O.E.C.E., C.E.C.A, culminando con la firma del Tratado de Roma
(1.957), base del Mercado Común y de la actual C.E.E.
Europa seguiría comerciando con las antiguas colonias
(África, Asia e Iberoamérica) en la extracción de materias primas, pero ya no
colonialmente sino organizando ayudas para el desarrollo y cooperación con las
nuevas naciones independientes.
Si a la explotación económica neocolonialista le añadimos el
crecimiento demográfico y la inestabilidad política interna, de las nuevas
naciones, con golpes de estado constantes, dirigidos por militares, con mano de
hierro y poca o nula formación política, la población es presa tanto del hambre
como de la violencia institucional.
Es verdad que las mejoras sanitarias en las antiguas
colonias redujo enormemente la mortalidad, lo que suponía un beneficio como
mano de obra futura, pero esa explosión demográfica, internamente, en países
con poco movimiento económico, los fue pauperizando constantemente.
Europa se ha visto convulsionada cuando el fenómeno de la
inmigración ha no sólo salpicado, sino mojado su ámbito geográfico.
Las clásicas virtudes de Tolerancia, Solidaridad, Igualdad,
Derechos,…de las que Europa había hecho gala, se han resentido.
Sobre todo porque la emigración no sólo llega con sus manos
para trabajar, ganarse un salario y vivir, sino que, como personas que son,
llegan con el alma/la cabeza llena de ideas, cultura, moral, modelo de familia,
de inferioridad de la mujer respecto al varón, uniones matrimoniales, educación
de los hijos,….que chocan, frontalmente, con los modelos vigentes europeos.
La Integración es y va muy lenta, el Multiculturalismo no es
una buena solución, el Interculturalismo es, en realidad, dos monólogos
culturales paralelos y el Supraculturalismo (los Derechos Humanos como normas
éticas y sociales incontestables) encuentra mucha resistencia, sobre todo por
la barrera religiosa que quiere superponerse.
Las ciudades, a veces, están divididas en distritos/barrios
culturales muy distintos, lo que conlleva frecuentes enfrentamientos (raciales,
religiosos, culturales….) haciendo imposible la convivencia.
La xenofobia está servida.
La inmigración legal (con papeles) está siendo superada por
la ilegal. Y la solución más viable, para evitar todo esto, sería que pudieran
quedarse en sus lugares de origen, creando allí las condiciones para ganarse la
vida.
En Europa “caben muchos emigrantes, quizá quepan más, pero
lo que no caben son todos los que vengan”.
Por si esto no fuera bastante, las mafias están siendo las
principales beneficiarias, con el tráfico ilegal de personas, que llegan
ilusionadas de promesas, pero engañadas, y que luego se enfrentan a la cruda
realidad, obligándolas a prostituirse como la única salida para saldar las
deudas contraídas con las mafias.
En España, ahora mismo estamos asistiendo a este fenómeno de
la prostitución de la emigración africana, de Europa del Este y asiática al
mismo tiempo que al retorno, a sus lugares de origen, de muchas personas de
Iberoamérica.
Es necesario un nuevo reequilibrio mundial.
El problema es cómo llevarlo a cabo.
No sé yo... Un número creciente de españoles encuentra trabajo en Marruecos, 17/06/2013.
ResponderEliminarEn cuanto a Asía, creo que sería momento de comenzar nosotros a temblar un poquito, dejo unas noticias en orden cronológico, todas ellas han ocurrido mientras la crisis de Grecia y demás países del sur:
- China va de compras a Grecia, 7 julio 2010.
- Los chinos dan nueva vida al Pireo, 16 octubre 2012.
- China y Grecia intensificarán intercambios parlamentarios y cooperación económica, 17 de mayo de 2013.
- Y el más llamativo con frases como "Alemania también es el principal socio comercial de China en Europa: cerca de la mitad de las exportaciones de la UE al gigante asiático son germanas" o mi favorita "Si China decide tomar medidas contra Europa en respuesta a la postura de Bruselas, las exportaciones alemanas son las primeras en caer". La alianza comercial entre China y Alemania amenaza a Europa, 29/05/2013.
Y es que yo percibo más bien lo contrario: nosotros somos los inmigrantes y es muy probable que nosotros seremos en un futuro una potencia de tercera (o de segunda con mucha suerte) en el mundo.
¡Saludos!
Entre ellos, mi sobrino, licenciado en Educación física, según acaba de comunicármelo.
EliminarLos gigantes siempre son peligrosos, aunque sölo te pisen. Lo de Merkel ya va aclarándose. Mejor amigo del gigante que compañero de enanos.