EL AMOR.
IRWING SINGER en su “La
naturaleza del amor”, y que hace un recorrido por toda la historia, desde
Ovidio y Lucrecio hasta Dante y Petrarca y toda la edad media, hasta los más
modernos, desde Kierkegaard hasta Nietzsche o desde Freud a Sartre, de cómo se
ha entendido el amor, bien como ideal o bien como estudio psicológico.
También esboza su propia
teoría, distinguiendo entre la pasión romántica y la pasión conyugal, entre
“enamorarse”, “estar enamorado” y “seguir enamorado”.
DESARROLLO CIENTÍFICO Y
TÉCNICO.
Es la historia del mismo que
hace Albert Jaquard en su obra “Éste es el tiempo del mundo finito”, en que,
arrancando de los orígenes llega hasta nuestros días a través de los avances y
retrocesos de la historia.
La humanidad ha trabajado
durante siglos y, sin embargo, sigue habiendo hambre en el mundo, guerras por
todas partes y muertes a cada momento utilizando la tecnología moderna para
hacer más daño, más de prisa, a más personas,…
Piensa que la utopía es una
buena forma de comenzar a adecuar las necesidades de la humanidad con la
gestión de unos recursos limitados.
Una utopía, en el fondo, más
realista que una política a menudo ignorante de que este mundo no es más que un
pequeño planeta azul, con sus propios límites, en el espacio y en el tiempo.
Por eso hay que analizarlo de
manera diferente y pensar en el ser humano con una mirada nueva.
UNAMUNO.
Todos tenemos ciertas
nociones de Unamuno, de su carácter polémico, de su destierro por parte de
Primo de Rivera, de su ilusión y su pronta desilusión por la República , incluso
loando el golpe de estado de Franco para parar el declive de la República , sus
principales novelas y poesías de su edad madura, de su Rectorado en Salamanca,
de su muerte el fin de año del 39…
Pero pocos son los que saben
que Unamuno, vasco, de Bilbao, cuando apenas contaba 15 años (“edad en la que no se tienen esperanzas,
porque no se tienen recuerdos”) envió su primer artículo a “El Noticiero de
Bilbao”.
De los 15 a los 24 años publicó allí
numerosos artículos de opinión, crítica histórico-literaria, cartas,
traducciones y hasta un cuento.
Pero los firmaba con
numerosos pseudónimos, como “Baserritar-bat” o “Peru el aldeano” (hasta 29
pseudónimos).
Son unos 50 artículos de
prensa entre los que hay una traducción del inglés, de Poe, de Arrese Beitia,
del vascuence, de Iraola, del latín, enfrenta Vizcaya a Castilla, apuntes de la
tragedia de Séneca,…donde ya va dando muestras de su carácter, inflexible
consigo mismo, atormentado, pero decidido,…
VOLTAIRE-ROUSSEAU. EN TORNO
AL MAL Y LA DESDICHA.
Es el título de la obra de
Alicia Villar y en el que se recoge la polémica entre Voltaire y Rousseau, dos
de los más brillantes ilustrados, sobre uno de los hechos más trágicos de
aquella época: el terrible terremoto que destruyó la ciudad de Lisboa en 1.755.
Fueron muchos los que
escribieron sobre aquel suceso, ya que la dimensión del desastre obligó a poner
en cuestión el optimismo racionalista imperante, propio de la Ilustración y la Diosa Razón.
Se recogen en el libro los
dos poemas que Voltaire dedicó a esta propósito al año siguiente, 1.756: “Poema
sobre la ley natural” y “Poema sobre el desastre de Lisboa”.
Al conocerlos, Rousseau le
escribió, sorprendido, por el contrase entre los dos escritos y discutió las
ideas contenidas en el segundo poema, extrañado por el pesimismo de Voltaire.
Dicha carta (que también
aparece en el libro) permite confrontar las posturas de los dos filósofos.
FERNANDO SAVATER
Los que conocemos su obra
sabemos de su optimismo humanista porque vivía a gusto en este mundo (y digo
“vivía” porque desde muy poco tiempo, cuando murió su mujer, parece habérsele
apagado ese optimismo).
Considera a Dios una fantasía
ideal pero como realidad al hombre concreto.
Su “Diccionario de Filosofía”
transcurre entre dos citas: “Vengo de no sé dónde. // Soy no sé quién. // Muero
no sé cuándo. // Voy a no sé dónde. // Me asombro de estar alegre” – (palabras
llenas de perplejidad, de Martinus von Biberach, la primera.
Y “…luego, liberado tanto del
dios del momento como del (dios) de la eternidad, aunque sin aquel afán por
quitarles fuerza a los dos, siguió el camino de un tercer poder, de un poder
meramente del aquí, declaradamente mundano, y éste –qué me importa, helenos,
vuestro culto al “kairós”, vuestra felicidad celestial, cristianos y musulmanes
– apostó por algo que estaba en medio de los dos, por el logro de cada una de
mis cosas de aquí, porque se lograra el tiempo único de la vida” (palabras
tomadas del “Ensayo sobre el día logrado”, de Peter Handke, en que destaca su
apuesta por esta vida).
Es un Diccionario, porque
está por orden alfabético, pero no un diccionario al uso, porque ni le dedica
capítulos a todos los filósofos ni a los términos-conceptos clásicos de la
filosofía (ni personajes como Heráclito, Platón, Aristóteles…ni Descartes,
Marx, Heidegger, Ortega…ni conceptos como hombre, verdad, conocimiento,
absoluto, substancia,…)
Este peculiar Diccionario es
una breve presentación de los temas y problemas que interesan a Fernando
Savater, los de tema ético, político y social.
Algunos capítulos nos revelan
las principales fuentes de inspiración del pensamiento de Savater (Spinoza,
Voltaire, Rousseau, Nietzsche, B. Russel, Santayana y Cioran).
A cuatro filósofos admira
sobre todos: a Demócrito, a Epicuro, a Spinoza y a Nietzsche.
Aunque, para él, el mejor
filósofo de todos los tiempos habría sido Spinoza o Espinosa (por lo que el que
esto escribe se ha dedicado a conocer y a escribir sobre este autor).
El mismo cielo y el mismo
infierno para todos los humanos, desde Adán y Eva hasta el último inquilino de
este planeta giratorio.
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Las
musas siempre son generosas para quien
las venera; pero siempre son imprevisibles (y me viene a la mente Joan Manuel
Serrat)
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