Alucino viendo las cotas de
intelectualidad a las que llegó la civilización musulmana muchos siglos antes
que lo hiciera la Europa
cristiana.
Alucino viendo cómo se topó
con culturas superiores, las asimiló y, como abeja baconiana (no como hormiga
ni como araña) fue deglutiendo, digiriendo y convirtiéndolo en manjar
científico y tecnológico.
Alucino viendo el favor, tan
enorme, que le hizo, con ello, a la
Europa dormida intelectualmente y soñadora de paraísos
celestiales a los que aspirar.
Y alucino viendo cómo los
prejuicios de la sociedad cristiana europea no quiso reconocer la superioridad
de la cultura/civilización musulmana.
(Yo no sé qué hubiera hecho
un Santo Tomás si no hubiera descubierto a Averroes, sus estudios sobre
Aristóteles (casi totalmente desconocido) y su utilización para la
explicación/comprensión de la religión musulmana).
El siglo de Oro español
Cuando España se encontraba
en lo más alto y el sol no se ponía en la extensión de su imperio, cuando
estaba en su máximo apogeo, fue en el siglo XVI, durante los reinados de Carlos
I y Felipe II.
Había comenzado a finales del
XV (1.492) con la Toma
de Granada y el descubrimiento de América, y concluirá a mediados del XVII,
culminando con un Calderón de la
Barca y con un Murillo.
Y la Revolución Industrial ,
en Inglaterra comenzaría en el segunda mitad del XVIII y durante el XIX.
PERO es que La Edad de Oro del Islam,
también conocida como Renacimiento islámico se data comúnmente a partir del
siglo VIII hasta el siglo XIII, (si bien algunos la extienden hasta el siglo
XIV o XV).
(Utilizando como
base-plantilla un texto ya editado, lo comento, lo completo, lo matizo y lo
readapto, a mi manera, para resaltar y decir lo que quiero que diga)
Durante este periodo,
ingenieros, académicos y comerciantes del mundo islámico contribuyeron enormemente
en aspectos como las artes, agricultura, economía, industria, literatura,
navegación, filosofía, ciencias y tecnología, preservando y mejorando el legado
clásico por un lado, y añadiendo nuevas invenciones e innovaciones propias.
Los filósofos, poetas,
artistas, científicos, comerciantes y artesanos musulmanes crearon una cultura
única que ha influido en las sociedades de todos los continentes.
El Imperio Islámico bajo los
califas.
Expansión bajo el profeta
Mahoma, 622-632.
Expansión bajo los Califas
Ortodoxos, 632-661
Expansión durante la Dinastía Omeya ,
661-750.
Durante las conquistas
musulmanas de los siglos VII y VIII, ejércitos de nómadas árabes establecieron
el Imperio Islámico, el mayor imperio que el mundo había conocido hasta el
momento (comienzos de la
Edad Moderna ).
La «edad de oro del Islam»
comenzó poco después, a mediados del siglo VIII, con la ascensión al poder de
los califas abasidas y el traslado de la capital del Imperio desde Damasco a
Bagdad..
Los Abasidas estaban
influenciados por los preceptos del Corán y las tradiciones del Hadiz (los
hadices son los relatos de la vida de Mahoma, ya se trate de sus palabras
(recomendando, prohibiendo, ordenando), de sus conversaciones, de sus actos, de
sus reacciones,… relatados por sus compañeros), cuyos valores se expresan en
frases como: “La tinta de los científicos vale tanto como la sangre de los
mártires”, donde se pone en énfasis el valor del conocimiento.
Durante este periodo, el
mundo musulmán se convirtió en el centro intelectual indiscutible de la
ciencia, la filosofía, la medicina y la educación, al tiempo que los Abasidas
lideraban la causa del conocimiento y establecían la “Casa de la Sabiduría ” en Bagdad (la Escuela de Traductores de
Toledo sería, muy posteriormente, una pequeña copia de la misma).
Allí, académicos musulmanes y
no musulmanes trataron de recopilar y traducir todo el conocimiento mundial a
la lengua árabe.
Muchas obras de la antigüedad
clásica, que de otro modo se hubieran perdido, fueron traducidas al árabe para,
posteriormente, ser traducidas también al turco, persa, hebreo y latín.
Durante este periodo, el
mundo islámico fue un caldero de culturas que recolectó, sintetizó y avanzó
significativamente en el conocimiento heredado a partir de las culturas de la
antigua China, de la India ,
de Persia, de Egipto, del Norte de África, de la Grecia Clásica y
del Imperio bizantino.
Dinastías rivales a la Abasí como los Fatimíes de
Egipto y los Omeyas de Al-Ándalus también constituyeron centros intelectuales
en ciudades como El Cairo y Córdoba, que rivalizaban con Bagdad.
Una de las mayores
innovaciones de este periodo fue el papel (originariamente un secreto
celosamente guardado por los chinos), distinto y superior al papiro egipcio y
al pergamino de Pérgamo.
El arte de la confección del
papel fue obtenido a partir de prisioneros capturados, lo que resultó en la
construcción de fábricas de papel en Samarkanda y Bagdad.
Los árabes mejoraron la
técnica china con el uso de la corteza de morera y el almidón.
Los musulmanes también se
diferenciaron en el uso de la pluma contra la costumbre china de usar el
pincel.
Sobre el año 900 existían
cientos de establecimientos donde se empleaban a escribas y encuadernadores de
libros en Bagdad, y comenzaron a establecerse las primeras bibliotecas
públicas, incluyendo las primeras que prestaban libros.
A partir de aquí, el uso del
papel se propagó hacia el Oeste, hacia Fez y de allí a Al-Ándalus, desde donde
sería exportado a Europa en el siglo XIII.
Gran parte de estas
enseñanzas en desarrollo pueden enlazarse con la geografía.
Incluso anteriormente a la
presencia islámica, la ciudad de La
Meca servía como centro del comercio en Arabia.
La tradición de la
peregrinación a la Meca
la convirtió en un centro de intercambio de ideas y mercancías.
La influencia de los
mercaderes musulmanes sobre el comercio África-Arabia y Asia-Arabia fue
tremenda.
Como resultado, la
civilización islámica creció sobre la base de su economía mercantil, en
contraste con los cristianos, indios y chinos, quienes construyeron sus
sociedades a partir de la nobleza terrateniente agrícola.
Los comerciantes musulmanes
transportaron sus mercancías y su fe a China, a La India (actualmente son
muchos los millones de creyentes musulmanes), y a los reinos del oeste
africano, regresando de estos países con nuevas invenciones.
Los comerciantes usaron su
riqueza para investigar en textiles y plantaciones.
Al igual que los
comerciantes, los misioneros sufíes también jugaron un importante papel en la
difusión del Islam, llevando su mensaje a varias regiones.
Estas regiones incluyen:
Persia, la antigua Mesopotamia, Asia Central y el Norte de África, aunque el
misticismo sufí también tuvo una importante influencia en partes del Este de
África, Anatolia (la actual Turquía), el Sur de Asia, el Este de Asia y el
Sudeste asiático.
Humanismo.
Muchos pensadores musulmanes
del medievo persiguieron el humanismo, el racionalismo y el discurso científico
en su búsqueda de conocimiento, significados y valores.
Un amplio espectro de
escritos islámicos sobre la poesía amorosa, la historia y la teología
filosófica muestran que el pensamiento medieval islámico estaba abierto a las
ideas humanistas del individualismo, el secularismo, el escepticismo y el
liberalismo.
La libertad religiosa, aunque
limitada, ayudó a crear redes interculturales al atraer a intelectuales
musulmanes, cristianos y judíos (maltratados por los bizantinos, debido a su
“herejía”) y de ese modo plantar la semilla del mayor periodo de creatividad
filosófica de la Edad Media ,
desde el siglo VIII al XIII.
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