URBANIZACIÓN
Al incrementarse el nivel de urbanización, las
ciudades musulmanas comenzaron a crecer de una forma irregular, lo que dio como
resultado calles estrechas y serpenteantes, y vecindarios separados por
diferentes filiaciones étnicas y religiosas.
Estas características se
demostraron eficientes para el transporte de mercancías hacia y desde los
centros de comercio, al tiempo que respetaba la tan valorada privacidad de la
vida familiar islámica.
Los suburbios se extendían
justo en el exterior del recinto urbano amurallado, desde las comunidades
residenciales adineradas hasta las barriadas semi-chabolistas de la clase
trabajadora.
Los residuos urbanos eran
arrojados lejos de la ciudad, al igual que los cementerios que, frecuentemente,
eran también refugio para criminales.
Cerca de una de las puertas
principales de la ciudad musulmana solía ubicarse un centro de oración, donde
también se celebraban las ejecuciones públicas.
Del mismo modo, los campos de
entrenamiento militar solían ubicarse cerca de una de las puertas principales.
Las ciudades musulmanas
disfrutaban también de avanzados sistemas de distribución de agua, con
alcantarillas, baños públicos, fuentes de agua potable, distribución de agua
potable por cañerías, y el uso generalizado de retretes públicos.
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