Se trata, pues, de hacer lo nunca visto, lo que nadie ha
hecho antes, de ser original, el primero.
Es pura “autonomía” y “libertad” del artista.
Si “Dios ha muerto” –como dijo Nietzsche- también la
realidad, como obra suya, ha muerto con Él.
La muerte del Creador se ha llevado por delante, y consigo,
la naturaleza por Él creada.
Nada, pues, de “imitar a la realidad”, hay que “crear nueva
realidad”.
El arte evoluciona y el “artista-creador” ha desplazado al “artista-imitador”
Lo único que el “artista moderno” imita es el “acto creador
mismo”
“Dios es la competencia” –dicen que dijo Picasso.
Nietzsche ya había afirmado: “….y ya que Dios ha muerto…” http://blogdetomasmorales.blogspot.com/2013/04/despues-de-nietzsche.html
de 26/4/2013 - Después de Nietzsche
no se puede seguir pensando como antes de Nietzsche. ... Tras Nietzsche,
el humanismo postnietzscheano será una “humanización de lo divino” o una…
Libertad para crear una vez liberados del pasado, de sus
artistas y de sus técnicas.
Cada uno tendrá su propia técnica, unipersonal, privada.
El único valor es la libertad, ella es la que decide lo que
es arte o no.
Los mismos objetos (un váter o una pipa, por ejemplo),
puestos en el cuadro, dejan de tener, quedan libres/liberados de su sentido
utilitario.
El artista convierte en obra de arte cualquier objeto que
firme.
Y si el artista es “libre para crear” el espectador queda
liberado del significado y es “libre para interpretar” y darle significado.
Lo creado no tiene significado, el espectador puede darle el
que le convenga.
El fin último del arte contemporáneo no es crear belleza
sino expresión de la libertad.
Este “formalismo artístico” me recuerda a la Moral Formal
kantiana, que no te dice qué tienes que hacer, sino cómo debes obrar, hagas lo
que hagas.
Me recuerda a los tests de Rorschach, los tests de manchas
en que se le pregunta al interrogado, tras mirarlas, “qué ve” en ellas.
Tests proyectivos de la personalidad.
Cada uno ve según él es.
Y es que decir “modernidad”, en arte, es decir “autonomía”,
es decir “libertad”.
De donde surge el culto por lo nuevo, por lo original.
No importa tanto lo que hagas como que seas el primero que
lo hace y a nadie, antes que a ti, se le haya ocurrido.
Culto a la improvisación.
La “libertad creativa” es el valor supremo, pero siendo el
primero, llámese Kandinsky, Dalí o las “Latas de sopa Campbell” o el Art Pop de
Warhol.
El arte se ha convertido en un juego y cada uno juega a su
juego, siempre que se sea original.
Si le preguntáramos al artista qué mensaje es el que quiere
transmitirnos podía respondernos que el que tú saques.
Así es si así os lo parece.
El que imita ya no vale, porque no es “creador”.
La Vanguardia es una selva donde la libertad del artista es
un desdén por la realidad como modelo y hacia la técnica de los maestros.
Así, con estos esquemas mentales, acudo a la exposición en
el Palacio del Obispo, de Málaga.
Entro en la sala y me encuentro:
1.- Un neumático de camión, viejo, gastado y rajado
irregularmente por varias partes y tendido en el suelo como si fuera una
alfombra fantasmal...
Y ya no me pregunto qué querrá decir el autor con eso, sino
que yo y mi mujer vamos charlando y dándole significados: inseguridad en la
carretera, reciclaje de residuos,… ¡Qué demonios ….¡
2.- Un montón de cristales rotos medio desparramados y medio
apilados y nos preguntamos qué….
3.- Seis palos, de longitud desigual, tirados en el suelo
medio encima uno de otro, y nos preguntamos qué….
4.- De 300 a 400 tickets de compra de Carrefour esparcidos por el suelo, y nos preguntamos
qué…
Y salimos y nos vamos de bares a tomar cañas y nos
aguantamos, o no, mutuamente, la risa, y dudamos de nuestro analfabetismo
artístico o de que eso sea arte y nos preguntamos, en silencio, cada uno para
sus adentros, si expusiéramos la silla de enea, descuajeringada y arrumbada en
el cuarto trastero, o la jofaina desconchada, de porcelana, que usaba mi
bisabuelo como lavabo, o el celemín, la cuartilla y la media fanega que usaba
mi padre para medir el grano, o…. (puedes tú, lector, ampliar la lista de los
posibles objetos artísticos, muestras de un tiempo pasado que nunca fue mejor…
Acabo de ver el Catálogo de ARCO 2.014, de 572 páginas, en su 33 edición, con
Finlandia como país invitado, 219 galerías, de 23 países,,,, y “yo alucino en
colores”.
Página 149: RODADO POR CORREDORES DE CONTENCIÓN HASTA
DESCANSAR EN UNA SUPERFICIE PLANA o
Página 213: MADERA Y PATA DE CONEJO.
Una pancarta, con un mensaje reivindicativo y crítico, en
perfecto castellano (pero de un finlandés), instando a los ciudadanos a pedir
trabajo a su compatriota Papá Noel al tiempo que la Ministra de Trabajo, Fátima
Báñez, convertida en obra de arte.
Una “performance” con el título, en neón, “CONGRESS
Topless”, con strip-tease incluido.
Una colección de no sé cuantas cajas de cerillas.
Las Meninas de Velázquez, con un pegote amarillo en el
centro, del gallego Lino Lago y con el título (muy significativo): “Atentado”
(por lo que él debe ser el terrorista).
¡Joer¡
Según la Sociología del Arte, Sociedad y Arte están ligados,
en conexión.
Existe la correlación entre las obras de Arte y las Ideas de
la época.
Para comprender, pues, una obra de arte deben conocerse las
costumbres y el estado del país en el momento en que el artista produce sus
obras.
El Arte, pues, es el reflejo, la expresión de las tendencias
sociales existentes, de sus valores y, a la vez, es un anhelo, una anticipación
o un temor de una sociedad futura.
Reflejo, pues, de una sociedad fragmentada, dispersa, no unitaria,
disuelta y arbitraria.
El caos social, la crisis moral, la desmembración del todo.
En nuestra sociedad, cuyo único dios verdadero es el dinero,
el Arte ya no sólo debería ser creación de Belleza, sino que también, y sobre todo, es considerado como
inversión, al ser considerado como mercancía, como objeto de producción, de
consumo y de exhibición, ya que el arte se ha convertido en un distintivo, no
solo personal, también social y político (el Guggenheim de Bilbao o el Thyssen y el Picasso de Málaga).
Tener colgado un Miró en el pasillo….o presumir de tener el
Museo X….da prestigio.
Con la facilidad, además, de cómo se presenta hoy el mercado
del arte en la adquisición de obras, con la superación de las clásicas subastas
tradicionales y con la ayuda de las nuevas tecnologías, sin la presencia real
del posible interesado, y por las que el mundo se ha convertido en una galería
virtual y cualquiera, desde cualquier parte del mundo, puede pujar y adquirir
cualquier obra, permaneciendo el comprador en el anonimato.
Incluso ese comprador compulsivo (y oculto) que desborda la
cotización de una obra, cuyo valor final es el último pujado.
No sólo la Belleza, también poner al descubierto la
situación social en la que el artista crea, incluso una función terapéutica se
le atribuye al Arte, que puede provocar preguntas, alivio, risa, lágrimas,
crítica, reflexión,….
Estos “inversores en obras de arte”, a los que, muchas
veces, les importa un pimiento el arte pero que van a la caza y captura de los
“nuevos talentos” o “talentos en transición” o “talentos emergentes”
Además, hoy, con las nuevas tecnologías, el artista es
solicitado igual para una campaña publicitaria, que para el diseño, que para la
moda,… incluso careciendo, ya, de autoría personal, siendo equipos o autoría
colectiva.
Los programas informáticos crean una modificación de los
materiales.
Uno cualquiera (yo mismo) puedo diseñar en Ikea y ver la
fotografía exacta de una cocina que no existe.
La transformación perceptiva a través de las nuevas tecnologías
con las que pueden simular un paisaje sólo con decorados y ubicarte en tiempo
medieval, con la capacidad de fingir una vida maravillosa u horrorosa.
La realidad fílmica, que poco o nada tiene que ver con la
realidad real.
O la realidad televisiva y de los medios de comunicación con
su enorme influencia en la creación de opinión pública.
¿Qué es el Arte?.
Dice un critico del acontecimiento que “a veces la belleza
se manifiesta en la fealdad y el espanto” (lo que parece un “atentado
terminológico y conceptual”).
No me extraña que inciten a que “el espectador debe ser
activo”, porque de lo contrario…
¿Cuál será la intención del autor?. ¿Cuál será el mensaje de
la obra?. ¿Qué me dicen ambos a mí?
Todo es una interrogación o una página en blanco “in qua
nihil scriptum est”
Así que me hice el encontradizo con uno de los artistas, coloqueme frente a él, mirele fijamente a los ojos y preguntele: “Maestro: Qué es el Arte”.
Ha cerrado los ojos, como inspirándose y díjome: “Arte eres
tú”.
Quedeme patidifuso,
desplomeme y no pude saber si era yo una “obra artística” (de lo que nunca he
dudado) o era “un artista” (de lo que sigo dudando).
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