En el principio fue la Poesía,
que estuvo casada con la Música y el
fruto de su unión fue la Canción.
Pero la Poesía se sintió
ofendida, porque hasta los borrachos cantaban Canciones, pero con letras vulgares,
consecuencia del alcohol, arrinconando la palabra bella.
Cualquier letra servía, con
tal de estar musicada. Y la música tan contenta.
La Poesía, entonces, se
divorció de la Música, pero no sin antes robarle el ritmo musical y mutándolo
en ritmo lingüístico.
Eso es la Poesía, ritmo
lingüístico, que puede ser métrico o puede ser verso libre, pero, siempre,
musicado.
La auténtica Poesía, pues,
nunca podrá ser leída, como una novela, siempre deberá ser musicada, pero en
palabras.
He ahí la dificultad de la
poesía.
Dicen los antiguos que en el
principio eran los Dioses, pero que necesitaron de los Poetas, encargados de
contar y de cantar lo divino y que fueron los primeros intermediarios entre
Dioses y hombres.
Y, entonces, apareció Homero,
divinizando la palabra bella.
Después, la palabra se
vulgarizó, apareciendo la prosa, y los poetas se independizaron de los dioses,
para no mancillar su lenguaje.
Y fue, entonces, cuando
aparecieron los sacerdotes, que se apropiaron de lo divino.
¡Palabra de Dios¡
Los Poetas, entonces, se convirtieron
en dioses y se auto-coronaron, con ramas de laurel, el árbol sagrado.
El lenguaje poético ya era un
lenguaje divino.
Luego aparecieron los Reyes,
que en nombre de Dios, (“reyes por la gracia de Dios”), se consideraron
elegidos y enviados para gobernar a los hombres.
Los sacerdotes monopolizaron
la palabra de Dios, dogmatizando las verdades que debíamos creer y, a partir de
ese momento, todos podíamos ya ser pecadores, mientras que los gobernantes se
apropiaron de la conducta que Dios exigía de los hombres y todos quedamos
convertidos en posibles delincuentes.
Pecadores y/o delincuentes
por obra y gracia de hombres engreídos.
La conciencia y la conducta
de los hombres quedaron secuestradas.
Sólo para los Poetas, dueños
de la belleza, los hombres somos Libres, permaneciendo ellos Libres y cantando
a la Libertad.
Ser poeta, amigo lector de
estas líneas, es una cosa muy seria y quien así se autodenomina, o es un
inconsciente, o es un creído, o es un genio, o es un loco.
Mi querida Mayte se sintió
como aludida y me contestó que se consideraba un aprendiz de poeta.
Es verdad, no ella, todos y
cada uno de nosotros, en esta vida, y mientras estamos en ella, somos siempre,
y sólo, aprendices en todo.
Vuestra ventaja, poetas, es
que sois capaces de aquilatar el lenguaje, pero vuestro martirio es que sabéis
que aún podéis hacerlo mejor.
Ser poeta es ser distinto al
resto de los mortales aunque todos usamos el lenguaje.
Pero el lenguaje cotidiano,
el del hombre de la calle, el mío, es un lenguaje efímero, cambiante,
perecedero, temporal, en devenir, como el mundo que contamos.
Vuestro lenguaje, amigos
poetas, el lenguaje poético, la palabra poética, aspira, tiene pretensión de
eternidad, vale para ayer, hoy y mañana.
Porque vosotros, los poetas, nunca
os quedáis en la superficie, ahondáis, pretendéis, captar y cantar las entrañas
de la realidad, lo que permanece.
El poeta es un buzo de la
realidad, los demás a lo que podemos llegar es a ser simples nadadores.
En esta tarea de eternidad
acuden en vuestra ayuda las Musas (cuando no están de vacaciones con Joan
Manuel Serrat).
Si la Verdad es el alimento
de la inteligencia y la Bondad lo es del corazón, la Belleza, la Estética, es
vuestra propiedad privada, inalienable, en la que estáis instalados y somos
muchos a los que nos gustaría acceder pero nuestra rusticidad nos lo impide.
La Poesía nada tiene que ver
con la verdad científica.
El Poeta, Libre, puede decir,
sin ruborizarse: “Tus ojos de azabache y la miel de tus labios ciegan mi
entendimiento y alimentan mi corazón, pellizcando mi alma”.
El científico NO puede decir eso.
Yo, que soy enemigo declarado
de las cuotas, en cualquier actividad, hace tan sólo unos días, y como todos
los años, en la víspera de San Valentín, 100% de mujeres: María, Amalia, Mayte,
Maruja y Corona. Cinco Mujeres. Cinco. De
A.M.A.D.U.M.A (Amigos Mayores de la Universidad de Málaga) Maravillosas todas
ellas, cantoras del Amor y/o Desamor y que nos han deleitado con una velada
poética, coordinadas por el compañero, y sin embargo amigo, Nono Villalta.
Hoy, que los científicos se
encuentran enfrascados y liados en descifrar la doble hélice.
Hoy que la religión está en
horas bajas, por la competencia entre los dioses.
Hoy que la política está por
los suelos, por la incompetencia de los hombres.
Hoy, todavía, nos quedan los
Poetas.
ResponderEliminarAmigo Tomás, me ha encantado tu escrito del blog. Yo, otra aprendiz de poeta como dice Mayte, piensa que tu Descartes, que bien podría haber dicho no descartes nada en lugar de pienso luego existo, solo dijo esto último. La poesía es un pensar para existir, un modo de reflexión que ocupa una doble existencia; la del ser que escribe y la de la escritura. Se escribe poesía porque hay alguien que tiene algo que decir, o se siente sól@ y sale de su solipsismo en la libertad vigilada de las palabras, porque un hombre se enamora y una mujer quizá lo espera y espera un lenguaje transformado y buceamos como tú dices en la realidad que nos rodea y escribimos poesía por nostalgia, tristeza o felicidad, sin que necesariamente los estados de ánimos coincidan y terminen reflejándose con claridad en la página, lugar idóneo para aplicar a la existencia imperfecta un deseo imaginado. Gracias por actualizarnos con tus contenidos poéticos y nombrarnos en tu escrito: “Poesía y Cultura”.
Un abrazo, Maruja.
Tomás, me ha gustado mucho esta buenísima reflexión sobre la poesía a través de la historia hasta nuestros tiempos. Y el mejor de los homenajes a María, Amalia, Mayte, Maruja y Corona que nos brindaron su saber decir con las palabras. Sin olvidarnos de Nono que tan bien supo hilvanar prosa y poesía.
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