a.- Primero me “empapé” la obra “¿Por qué no soy
cristiano?”, del sin par Bertrand Russell. Eran mis tiempos mozos. Me convenció
totalmente. Yo tampoco era cristiano.
b.- Después, ya en mi estrenada madurez, me “empapé” la obra
“¿Por qué soy cristiano?” del para mí, también, sin par, filósofo prolífico y
Catedrático de Instituto, José Antonio Marina. Y me convenció totalmente. Caí
en la cuenta de que yo, también, era cristiano.
No. No es que padeciera un trastorno disociativo o doble
personalidad. No. Es que ambos filósofos entienden por “cristianismo” dos cosas
diferentes, incluso opuestas.
Russell afirma que los tres elementos de toda religión
histórica son: Una Iglesia, un Credo y un Código Moral. Pero que, en el
cristianismo los clérigos (la Iglesia) se ha autoproclamado mediadora única
entre los hombres y Dios y ellos (ella) se ha apropiado la capacidad de decir
cuáles son las Verdades que debemos creer, si queremos salvarnos, los Dogmas (el
Credo) y cuál es la conducta, las obras buenas a realizar o virtudes y las
obras malas a evitar o vicios.
La Iglesia, con su jerarquía, desde el Papa hasta el último
cura manipula a Dios y a su mensaje. Y teniendo en cuenta cual ha sido la
historia de la Iglesia, como jerarquía, a lo largo del tiempo….
Si la religión es la Iglesia, esa “iglesia triunfante u
oficial”, de obediencia y sumisión obligadas al superior en la escala
jerárquica, entonces yo no soy cristiano.
Marina, sin embargo, tiene otro concepto de “cristianismo”.
No son verdades a creer o dogmas, ni iglesia como jerarquía a obedecer, sino el
constante intento de hacer este mundo mejor, más justo, luchando por la
justicia, por los desahuciados, por los pobres,…por actualizar el mensaje de amor
a todos los hombres, sin discriminación de…..
Para Marina la Iglesia es la “iglesia militante”, la
comunidad de los hombres con ese ideal humano a realizar.
Quizá, entonces, todas las personas de bien, aunque no sean
religiosas expresamente, sean cristianas, de hecho, para Marina.
“Cristianismo” sería la lucha por la puesta en práctica de
los Derechos Humanos en todo el mundo.
¿Quién no es “cristiano” de esa manera? ¿Quién no va a
querer que se cumplan en todo el mundo los Derechos Humanos?
c.- El tercer libro que me “empapé” ha sido más
recientemente, “¿Por qué no soy musulmán?”. El autor es Ibn (hijo de) Warraq,
pseudónimo bajo el que se esconde y que vive en Nueva York, (imitando al autor
de Los Versos Satánicos, Salman Rushdie, contra el que el ayatolá Jomeini
emitió una fatwa o edicto religioso, instando a su ejecución, acusando al libro
de “blasfemo contra el Islam” (yo me apresuré a comprarlo) y acusando a su
autor de “apostasía” o abandono de la fe islámica y que, según las tradiciones
del Profeta (o hadith) debe castigarse con la muerte.
(Lo veremos más ampliamente en el Tercer Acto).
Pero es que Jomeini instaba a la ejecución de la fatwa no
sólo al autor, ofreciendo una recompensa de 3 millones de dólares
estadounidenses, sino también a todos los editores que publicaran el libro.
Salman Rushdie tuvo que irse a vivir a Londres, escondido
bajo un pseudónimo y baja protección británica.
Warraq, instruido y educado en el Islamismo, cuando goza de
libertad para meter el bisturí de la razón en su religión, va “destrozándola”
con razones de por qué no es ni puede ser musulmán.
Y como Warraq alude constantemente al Corán, citándolo ex
profeso, en Proteo Ocasión, una tarde, bajando de dar clase en el Aula de
Mayores de la Universidad de Málaga, compré el Corán.
Tuve, durante cierto tiempo, sobre mi mesa de estudio ambos
libros abiertos, en uno leyendo y en el otro constatando que allí decía lo que
Warraq, en su libro, decía que decía.
Llegué a fiarme de él y, al final de constatar las citas, lo
que no fue óbice para que, durante el verano, intentara acabar de leer el
Corán.
Fue, precisamente a partir de este libro y de varias
entrevistas a Ayaan Hirsi Ali (también pseudónimo), somalí de nacimiento y
luego nacionalizada holandesa, clitoritomizada a los 5 años por su abuela,
feminista, escritora, política y diputada (además de bellísima) en el
Parlamento Holandés.
Sus críticas al Islam, al que calificaba de “retrógrado” y
al mismo Mahoma, al que calificó de “pervertido” (por lo del casamiento su
casamiento, con 52 años, con Aisha (9 años, seguramente).
Todas estas críticas la obligaron a ocultarse y estar
constantemente vigilada. Al final, se fue a vivir a Estados Unidos.
Estos tres testimonios (Rushdie, Hirsi y Warraq) me dieron
pie a escribir en blogdetomasmorales.blogspot./ varias entradas sobre el
islamismo, recibiendo críticas de por qué me atrevía a criticar el Corán,
escrito en árabe, sin yo saber árabe, ya que solamente puede leerse en árabe y
es intraducible a otro idioma.
La obra de Warraq se la califica de “crítica racionalista al
islamismo” y de una “brillante y documentada acusación” y autor se le considera
el equivalente a Russell con el Cristianismo.
Siempre suelo distinguir entre “islamistas”
(fundamentalistas y fanáticos) e “islámicos” (simples creyentes y practicantes
de la religión musulmana).
Como también suelo distinguir entre “terrorismo islamista” y
“fundamentalismo islámico”.
Así comienza el libro de Warraq: “la causa primordial del
terrorismo islámico reside en la política exterior de Ben Laden, La causa
primordial del fundamentalismo islámico reside en el propio islamismo”.
Terrorismo sobre centros civiles o centros religiosos, de
otras religiones o de su misma religión pero de otra rama.
El racionalista francés del siglo XIX, E. Renan,, buscador
incansable del Jesús histórico y real, no del que nos han contado y autor de La
vida de Jesús, primer volumen de La Historia de los orígenes del cristianismo,
cuando se decide a estudiar el islamismo, afirma:
“Las principales víctimas del islamismo son los propios
musulmanes. Mis viajes por Oriente me han llevado a observar, en muchas
ocasiones, que el fanatismo proviene de un reducido número de hombres
peligrosos que imponen a los otros la práctica religiosa por obra del terror.
El mejor servicio que podemos prestar a los musulmanes es
liberarlos de su religión”.
Pero ¿quién le pone ese cascabel al gato? ¿Cómo intentar
con-vencer con razones a quienes se niegan a razonar?
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