No soy catalán, ni catalanista ni, menos aún,
independentista. Ello no es un mérito, pero tampoco un demérito. No es un
valor, pero tampoco un disvalor.
Territorialmente me he definido en blogdetomasmorales.blogspot.com/ como “castellano de nacimiento,
andaluz de adopción y malagueño de corazón” y no renuncio a ninguno de ellos,
como no renuncio a Madrid (con mi hija y mi Santi) ni a Castilla la Mancha (con
mi hija, mi Alberto y mi Alicia). Me gusta toda España y soy feliz hollándola,
sin malas miradas y peores gestos.
Sobre “nacionalismos” he escrito bastante en el blog. En
concreto, en el 2.010 (8 del XII, 9 del XII, 9 del XII y 10 del XII) y en el
2.013 (10 del V, 29 del V, 30 del V, 3 del VI, 3 del VI, y 12 del VI).
Acabo de releerlos y sigo estando de acuerdo conmigo mismo.
Pero hoy quiero centrarme en uno, en el que está en el
candelero, el más folklórico, el que más juego da, el que más páginas llena y
más espacio televisivo y tiempo radiofónico ocupa. Estoy refiriéndome al
Nacionalismo Independentista Catalán.
Si yo fuera catalán, catalanista e independentista, me
apuntaría y votaría al auténtico, al original, al de toda la vida, a Esquerra
Republicana.
CiU es un partido advenedizo, un sucedáneo. Y entre el
original y el sucedáneo la opción está cantada.
El primer intento fue en el 1.919, el 2º durante la 2ª
República y me detendré en el discurso de Ortega y el 3º, el de la “proposición
coja o “derecho a decidir” es de ayer, de hoy y de mañana.
Así que, como en teatro, desarrollémoslo en TRES actos.
ACTO 1º.
Año 1.919. Proyecto de Estatuto de Autonomía de Cataluña.
Se desarrolló en un ambiente favorable al autonomismo y fue
aprobado por la Asamblea de la Mancomunidad de Cataluña, en Barcelona, el 29 de
Enero, apoyado por los tres grandes partidos catalanes: El Partido Catalán
Republicano, el Partido Radical de Alejandro Lerroux y la Lliga Regionalista de
Francesc Cambó.
También lo defendieron Francesc Maciá (aunque lo
calificaba de “moderado”, porque él
habría querido más) y por el socialista Largo Caballero.
Fue ratificado nada menos que por 1.048 representantes
municipales (de las 1.072 ciudades). Nada menos que 2. 076. 251 catalanes
votaron SÍ, y sólo 22.967 votaron NO. (Por supuesto que sólo varones).
Además fue apoyado por el Centro Regionalista Andaluz (de
Andalucía), por el Barcelona Fútbol Club y el Bloque Regionalista Catalán (de
Madrid).
El Proyecto de Estatuto fue enviado al Gobierno Español,
para su aprobación el 28 de Enero del 1.919. Pero todo quedó paralizado por
varias factores: huelgas en el campo catalán, el conflicto entre el gobierno de
Cataluña y los intereses del gobierno de España y, finalmente, por la dictadura
de Primo de Rivera.
En las elecciones a nivel español del 1.919 había ganado,
con 104 escaños, el Partido Conservador de Maura y De la Cierva.
La Lliga regionalista, de ideología conservadora y
catalanista, y en la que tuvo mucho poder Prat de la Riba, de F. Cambó, varias
veces ministro, obtuvo 14 escaños.
De Cambó es la frontispicia frase: “Monarquía?, República?,
¡Catalunya¡”
La Lliga observó con simpatía el golpe de estado de Primo de
Rivera, en 1.923, al considerarlo, precipitadamente, como el liquidador de la
política de Cánovas. Pero cuando el Dictador mostró las verdaderas intenciones
ya era tarde.
Cambó intentó entregar una protesta formal a Alfonso XIII,
pero, posteriormente la Lliga, como todos los demás partidos, quedaría
ilegalizada.
FIN del primer Acto.
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