Las barbaridades que por parte del estamento religioso fueron escupiendo sobre Darwin, y resulta que, si lo analizamos bien, la Iglesia ha sido y sigue siendo la más fiel aliada de la "selección natural", pues una de las condiciones para que haya selección es la eficacia reproductiva de los fieles.
Que no se pierda ningún espermatozoide o "ningún espermatozoide en vano".
Para los fieles, laicos, reproducción, pero sólo dentro del matrimonio.
No hay que buscar directamente el placer (no importa que haya o no orgasmo de por medio) sino dejar que la naturaleza siga su curso y haya fecundación.
A la naturaleza humana, tú, mujer, y yo, varón, le importamos un pimiento.
La naturaleza (biológica) va, ciegamente, a lo suyo, que no es otra cosa sino la perpetuación de la especie.
La naturaleza no sabe nada de individuos concretos. A ella le da igual Juana que su hermana, ella a lo que tiende, lo que busca(?), es que haya vidas, muchas vidas, cuantas más, mejor, y luego ella irá "seleccionando" a las más aptas.
Pero la naturaleza, que es una tramposa, juega cos los vivos, usando una estrategia, un ardid para conseguir su objetivo, es el placer, el máximo placer, el orgasmo (sobre todo es esencial el del macho/varón, para depositar semen/esperma; el de la hembra/mujer no es, estrictamente, necesario, basta y sobra con que esté en período fértil).
La naturaleza, en oposición a la Iglesia, parece decirnos: "tú busca el orgasmo y déjalo correr, que acabará en nuevas vidas"
¿Os imagináis que en la relación sexual lo que mediasen fueran sufrimientos, que el coito fuera doloroso?. ¿Cuántas vidas nuevas habría?. Vida animal, ninguna; vida humana quizá la de un masoquista (que, es este caso, no sería sufrimiento, sino placer) o la de un fanático creyente iluminado que se cree tocado por la mano de Dios.
Me pregunto si tendrían más mérito unas relaciones sexuales dolorosas que unas placenteras.
Y en elos últimos tiempos, con las modernas tecnologías, con la inseminación artificial, incluso fuera del matrimonio y de la pareja, (la joven que quiere ser madre sin varón de por medio) o la prestación del útero ("úteros de alquiler"), como quien alquila, durante nueve meses, el curso escolar, una habitación de su casa... ¿Por qué la reticencia de la Iglesia? ¿Porque no es natural?. Pero es racional, y la naturaleza humana, sobre ese fondo biológico, se alza con la razón.
Además, no habría contacto, no habría lascivia, desenfreno, pasión, placer....todo sería como más limpio, más aséptico, más espiritual.
Para la Iglesia la vida sexual tiene que llevar, implícita, una voluntad expresa de reproducción, pero limitada al cauce del matrimonio religioso, santificado por ella.
Los más fieles son los del Opus o los Kikos, con esas familias numerosas, en las que la madre siempre aparece como agotada....
"Desear a la mujer del prójimo era/es pecado", sólo con "desearla", no digo ya tomarla.
"Todo el que "mira" a una mujer "deseándola", ya cometió adulterio en su corazón" (Mateo)
Yo, que como no la veo no puedo "mirarla", pero que me la "imagino" y la "deseo" (estoy pensando en Elsa Pataky, al tiempo que envidio al pianista) ¿estaré cometiendo adulterio?, ¿seré un adúltero?.
Pero ¿no es "contra natura" no mirar a esa joven escultural que pasa ante tí, contorneándose, y "desearla"?
(Que las mujeres, y cualquier otro, inviertan los términos, yo soy varón heterosexual).
Creo que no tengo remedio y he sido, soy y seré adúltero, pecador.
Porque, (y hay que recordarlo), hay varios tipos de pecado: de pensamiento (deseo, los míos), de palabra, de obra (soy inocente) y de omisión.
Y desear a la propia mujer, pero sin propósito de hacerla madre, de procrear, ¿también es pecado?, ¿es lujuria?. Porque la lujuria es "el placer sexual desligado de la reproducción".
Adulterio, lujuria, fornicación, masturbación, homosexualidad, pornografía, prostitución. He ahí los siete pecados contra la castidad.
Yo podría decir lo que decía el Arcipreste de Hita: "no digo que pequéis, pero si queréis hacerlo, aquí tenéis la lista de cómo hacerlo".
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