NECESIDAD DEL CERTIFICADO DEL SERVICIO SOCIAL
La estructura de sumisión y
abnegación se reproduce con respecto al poder que emana del Generalísimo. Éste
comprendió enseguida que la adhesión al régimen de la Sección Femenina
como instrumento de control ideológico sobre las mujeres sólo le podría
reportar ventajas en su cruzada por el restablecimiento de un régimen
tradicionalista, católico y sumiso.
A finales del año 1939, cuando se produjo la reestructuración dela Sección Femenina ,
el Servicio Social de la Mujer
pasó a formar parte de su Jefatura Nacional. Con esta adscripción se dotó a la Sección Femenina
de un arma vital y de gran poder en su iniciativa de influencia sobre la mayor
parte de mujeres españolas, dado que el paso por los cursos que organizaba el
Servicio Social eran de obligado cumplimiento por todas aquellas mujeres que
desearan tener acceso a cualquier esfera vinculada al Estado: Universidades,
funcionarias, enfermeras, burócratas, empleadas del partido y organismos
públicos, etc.
Un nuevo Decreto de febrero de 1944, introdujo algunas reformas en el Servicio Social, de modo que su cumplimiento se ampliaba a todas las mujeres solteras o viudas comprendidas entre los 17 y los 35 años que tuvieran la intención de conseguir cualquier trabajo remunerado en instancias públicas o empresas privadas que funcionaran bajo la intervención del Estado. Este último punto significaba el paso por el Servicio Social de la mayor parte de mujeres trabajadoras. Si a esto añadimos que "se exigirá el certificado de haberlo realizado totalmente para obtener pasaportes, carnés de conducir y licencias de caza y pesca, así como, seguir perteneciendo a centros o asociaciones artísticas, deportivas, culturales, de recreo o análogas" comprendemos que el control ejercido porla Sección
Femenina sobre la gran mayoría de mujeres era incuestionable.
Teniendo en cuenta que la realización de los cursos del Servicio Social tenían una duración mínima de unos seis meses, dependiendo de lo que se tardaran en conseguir los "conocimientos" deseados, durante unas seis horas diarias, se puede valorar la dificultad que representaba para cualquier mujer trabajadora el añadir a su jornada cotidiana laboral la asistencia a las Escuelas de Formación y a las del Hogar.
A finales del año 1939, cuando se produjo la reestructuración de
Un nuevo Decreto de febrero de 1944, introdujo algunas reformas en el Servicio Social, de modo que su cumplimiento se ampliaba a todas las mujeres solteras o viudas comprendidas entre los 17 y los 35 años que tuvieran la intención de conseguir cualquier trabajo remunerado en instancias públicas o empresas privadas que funcionaran bajo la intervención del Estado. Este último punto significaba el paso por el Servicio Social de la mayor parte de mujeres trabajadoras. Si a esto añadimos que "se exigirá el certificado de haberlo realizado totalmente para obtener pasaportes, carnés de conducir y licencias de caza y pesca, así como, seguir perteneciendo a centros o asociaciones artísticas, deportivas, culturales, de recreo o análogas" comprendemos que el control ejercido por
Teniendo en cuenta que la realización de los cursos del Servicio Social tenían una duración mínima de unos seis meses, dependiendo de lo que se tardaran en conseguir los "conocimientos" deseados, durante unas seis horas diarias, se puede valorar la dificultad que representaba para cualquier mujer trabajadora el añadir a su jornada cotidiana laboral la asistencia a las Escuelas de Formación y a las del Hogar.
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