La mujer, en términos de
NATURALEZA, está hecha para parir, para procrear. No es una persona (como el
varón) que, además, puede procrear. NO. La mujer es un ser hecho para traer
niños a este mundo. Niños que no serán suyos, sino del varón semental (semen-tal,
porque él es el que esparce el semen y
el semen es la ÚNICA causa engendradora del niño. Hasta el XIX no se sabrá que
también la mujer pone el óvulo en toda esta operación) El niño es totalmente del
señor que la ha acogido en su casa.
Pero es que la mujer, en términos de CULTURA, no es más que
el objeto de una transacción económica entre su padre y su futuro señor.
“Te doy X si te la llevas”.
No. “Me la llevo, te la quito de
encima, si me das Y”
Es la DOTE. Llevarse a mi hija lleva incluido este premio,
esta Dote. No, yo me la llevo y te quito el peso de encima si la Dote es eso +
eso + eso…..
La fórmula es: “te doy a mi hija en prenda para que engendres
hijos legítimos y con ella va esta dote de tanto y tanto”.
Tanteamos, negociamos, Yo bajo, tú subes,…. Y al final
cerramos el trato, para que tú, padre, quedes feliz quitándotela de encima,
porque es, más que un estorbo, una carga pesada.
Pero él, el marido, el nuevo dueño, no da nada a cambio. No
es poco que se la quite de encima al padre. Debería estarle agradecido.
El padre tiene que entregar a su hija porque él, también,
antes, había recibido la hija de otro, con su dote correspondiente.
La compensación del padre era poder tener nietos, por lo de
la herencia…
Oiga, ¿y la muchacha?. La muchacha no cuenta para nada. Son
el suegro y el yerno los que Intervienen. ¿Y quién es él?. Seguramente ella ni
lo sabe. Ya se lo comunicará el padre.
Oiga, ¿y el amor?. ¿el amor? ¿Qué amor?. ¿qué es eso del
amor?. El amor es una cosa de anteayer. Como lo es la libertad para elegir o
para decir sí o no. Esto son cosas de anteayer.
¿Conocía la Virgen María a San José y se casaron por amor?.
La mujer, de golpe, sin comerlo ni beberlo, pasa del dominio
del padre al dominio del marido, sin solución de continuidad.
La Historia de las mujeres es la Historia de un olvido de lo
dicho por el Nazareno. Es la historia de un secuestro, de una traición, de un
maltrato histórico, tanto religioso como social.
Del gran libro de la
historia, tan sólo un pequeño capítulo, apenas un paréntesis, es la historia
digna de las mujeres.
El resto, la mayor parte, es la historia de una discriminación,
de una exclusión. Siempre excluida de los aledaños del poder, de cualquier tipo
de poder, siempre aparcada en la cuneta.
Políticamente, la excepción confirma la regla, una Nefertiti,
una Isabel la Católica, una Reina Victoria, Pero, por lo general son consortes,
acompañantes de Reyes, de Príncipes, de Zares, de emperadores….
Económicamente, lo que hay son mercaderes, banqueros,
artesanos, constructores de catedrales, capitalistas, dinero… ¿alguna mujer?.
Socialmente. La mujer es un adorno, es la mujer florero,
acompañante de, mujer-de, hija-de, amante-de.
Religiosamente. ¿Alguna apóstola, alguna papisa, o cardenala,
u obispa, o sacerdotisa?. Las monjas. El poder de las monjas, en la iglesia, es
como el del gremio de las limpiadoras y cuidadoras de los lugares sagrados (y
lo digo sin ánimo de molestar ni de ofender a las maravillosas y encantadoras
monjitas, pero su poder decisión, en la Iglesia, es nulo).
Moralmente. Las virtudes. ¿Cuáles son las virtudes varoniles?.
Ser emprendedor, activo, valiente, fuerte, ¿Y las de las mujeres? : la
pasividad, la comprensión, la paciencia, el aguante, la que lo perdona todo, la
sacrificada, la que sufre en silencio, la que obedece, la discreta,…
Industrialmente, ¿algún puesto de dirección o de responsabilidad, en manos de
mujeres. No. Ellas son las manufactureras, las hilanderas, lastrabajadoras no
cualificadas, las de la limpieza de la fábrica.
Militarmente. ¿Alguna generala, almiranta, capitana…?
Culturalmente ¿Cuántas humanistas, poetisas, filósofas,
científicas, investigadoras, descubridoras…?
Termino esta introducción con dos citas: una griega y otra
romana.
Dice el gran Demóstenes (refiriéndose a los varones)
“Mantengan AMANTES, para obtener placer.
“ CONCUBINAS, para el cuidado diario de su
persona.
“ ESPOSAS para que le den hijos
legítimos y para que seas fieles guardianas de sus hogares”
Dice el gran Catón : Tan pronto como hayan empezado a ser
iguales, serán superiores”
Durante ese pequeño paréntesis, para Jesús y el primer Pablo,
la mujer ni está presa, ni está excluida, ni está olvidada, ni discriminada. La mujer no es más que el
varón, pero tampoco es menos, la mujer es igual al varón, porque ambos tienen
la misma categoría, la categoría de personas.
(Espero que algún día podamos
seguir hablándoles de todo esto).
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