EL PERÍODO DE ENTREGUERRAS.
Son los 20 años entre el fin
de la 1ª G.M. (1918) y el comienzo de la 2ª G.M. (1939).
A los “felices años 20” le sucederían los
“terribles años 30” ,
con la crisis económica del sistema capitalista, con “el jueves negro” del 24
de Octubre de 1929.
El gran beneficiado y
beneficiario de la 1ª G.M. fueron los Estados Unidos, que había acumulado la
mitad de todas las reservas de oro del mundo y los países europeos le debían
unos 10.000 millones de dólares. Y, más todavía, habían invadido con sus
productos y sus inversiones de capitales mercados tradicionales europeos
(América Latina y Oriente).
.- LOS FELICES AÑOS 20.
Eran, naturalmente, en
Estados Unidos. Las grandes campañas de publicidad invitaban a consumir, a
adquirir casas y coches, electrodomésticos. Se creaban, pues, nuevas fábricas,
los beneficios eran extraordinarios (hasta un 20%), comprando acciones de estas
empresas, que se modernizaban aún más y producían cada vez más.
.- LA
CRISIS DE 1929.
En la INDUSTRIA ocurrió lo
mismo, vendiendo a los países en guerra y a los nuevos mercados, pues sus
tradicionales proveedores sus industrias estaban ocupadas en fabricar
armamento.
Pero cuando los países
europeos vencedores se rehicieron compitieron con los Estados Unidos para
recuperar sus antiguos mercados.
Aunque Estados Unidos tenía
un mercado interior muy grande llegó un momento en que se producía demasiado
(“superproducción”) más de lo que se consumía.
Se incrementó la publicidad y
se creó las ventas a crédito, pero llegó un momento en que ya no había salida
para tantos productos (“stocks”)
Cuando esto ya se supo, se
produjo la desconfianza. En la
Bolsa de Nueva York fueron muchos los que acudieron a vender
sus acciones por lo que el precio de las mismas bajó muchísimo y muy
rápidamente. El 24 de Octubre del 1929 (el “jueves negro”) los accionistas se
vieron arruinados y ni pudieron sacar su dinero de los bancos, que tuvieron que
cerrar.
Muchas fábricas tuvieron que
cerrar y muchedumbre de parados vagaban por las calles. El hambre, la
irritación, la desesperación, los enfrentamientos con la policía… estaban a
flor de piel.
Y si los parados no tienen
dinero para comprar las fábricas tienen que cerrar o producir menos, por lo que
más parados a la calle.
En 1932 la crisis alcanzó su
máximo dramatismo.
Estados Unidos llegaba a los
14 millones de parados.
EL NEW DEAL Y EL PRESIDENTE
ROOSEVELT.
“El nuevo reparto” fue lo que
le hizo ganar las elecciones en el 32 (que luego también ganaría en el 36, en
el 40 y en el 44) que consistía en hacer intervenir al gobierno para arreglar
la crisis.
El gobierno tomó en sus manos
el control de la economía, acabando con la anarquía económica. Hasta los bancos
quedaron bajo su control. Les obligó a que prestasen a bajo interés y, por eso,
acudieron fabricantes, comerciales, agricultores,… a pedir préstamos y
reactivar el trabajo.
A los agricultores se les
daba subvenciones si reducían las tierras de cultivo (como en mi pueblo, por
arrancar viñas y desprenderse de vacas lecheras), volviendo los precios a la
normalidad.
Además, el gobierno se
convirtió en empresario e invirtió mucho dinero en la construcción de obras
públicas (embalses, centrales hidroeléctricas, sistemas de regadíos,…)
Incluso “pagar a un obrero
con pico, abriendo zanjas, y a otro, con pala, tapando la zanja”
Los obreros disponían de
dinero, volvían a comprar, se abrían nuevas fábricas, habría más mano de obra
empleada.
Aunque en el 1938 todavía
había en Estados Unidos 8 millones de parados.
Sólo la 2ª G.M., con el
rearme y la movilización, acabó con la crisis,
¿Y EN EUROPA? LOS FASCISMOS.
Tanto vencedores como
vencidos, endeudados hasta las cejas con Estados Unidos, y debían reconstruir
las industrias destruidas durante la guerra y transformarlas, dejando de ser
militares y volver a ser civiles, debiendo, además, recuperar sus antiguos
mercados en los que chocarían con la competencia de Estados Unidos y Japón.
En los primeros años de la
posguerra abundaba la miseria en obreros y campesinos y el temor a una
revolución comunista era cada vez mayor.
De ahí que, en una primera
etapa se establecieran gobiernos autoritarios militares (Polonia y Hungría)
pero sobre todo en Italia, en 1922, con Mussolini y su partido fascista.
Si Estados Unidos había
invertido mucho capital en Europa, tras los primeros años de la guerra, tras la
crisis del 29 los retiró, para solucionar su propia crisis. Así que quebraros
bancos y fábricas, aumentó el paro, la miseria, el malestar y el desorden.
Aparecieron, pues, gobiernos
autoritarios, sobre todo el Fascismo de Mussolini en Italia y, en 1933, el
partido nazi de Hitler en Alemania.
ITALIA Y EL FASCISMO
Había sido una de las cuatro
naciones vencedoras pero sus pérdidas humanas alcanzaron los 700.000 muertos, la
región del Véneto destrozada y enormes deudas contraídas.
La miseria y el paro en
obreros (que llegarían a ocupar fábricas en el Norte de Italia, Lombardía y
Piamonte) y campesinos, que llegaron a crear soviets, temiéndose una revolución
comunista.
Incluso el Tratado de
Versalles le fue poco beneficioso, pues no pudo resarcirse de sus pérdidas.
En estas condiciones surgió
el Fascismo. Con soldados y oficiales desmovilizados, creando sus “camisas
negras” (“fascio de combatimento”), grupos paramilitares con los que atacó el
movimiento revolucionario obrero, amedrentando, golpeando, incluso eliminando,
a obreros, organizaciones sindicales, políticos de izquierda.
Apareció como el defensor del
orden por lo que se le unieron las fuerzas conservadoras (terratenientes,
capitalistas, burguesía, ejército e Iglesia).
Cuando en 1921 consiguió 30
diputados en el Parlamento, exigió del rey Víctor Manuel III que le nombrara
Jefe del Gobierno.
Demostró su fuerza aplastando
violentamente, con sus 300.000 “camisas negras” una huelga general, en 1922 y
amenazó con una “Marcha sobre Roma”, lo que llegó a realizar, simbólicamente,
en Octubre del mismo año.
Fue nombrado Presidente del
Consejo de Ministros por el rey, acabó estableciendo una dictadura (1926)
después de eliminar a los partidos de la oposición (Socialistas –“caso
Matteotti”) y comunistas)
ALEMANIA Y EL NAZISMO.
Malos, muy malos los primeros
años tras la derrota en la 1ª G.M.
Crisis económica, paro,
desmoralización nacionalista, irritación por las condiciones humillantes de la Paz de Versalles…
La república se vio atacada
por la izquierda comunista (movimiento “espartaquista” de 1918-1919, y que fue
destrozado por el ejército) y por la derecha conservadora y nacionalista.
Francia, que quería
reparaciones económicas llegó a ocupar militarmente la rica región carbonera
del Ruhr.
En 1925 parecía arreglarse la
situación, tanto por la inversión de capital estadounidense, que reactivaría la
economía, como por el prestigioso militar, de la derecha conservadora, mariscal
Hindenburg, en el poder desde 1925
a 1934, como Presidente de la República.
1929. Estados Unidos retira
el capital invertido, por la crisis, y la economía se hunde. En 1932 ya hay 5
millones de parados y la población se radicalizó: o una revolución comunista o
un gobierno fuerte y autoritario.
Fue, entonces, cuando los
grandes capitalistas, partidarios de la segunda opción, ayudan a un pequeño
partido de ultraderechas, el Partido Nacional-Socialista Alemán del Trabajo,
conocido como “el partido Nazi”, que pone en funcionamiento sus fuerzas
paramilitares (las SA y las SS) con la que combatir a los sindicatos y al
partido comunista.
En las elecciones de 1932 el
partido nazi obtuvo 13 millones de votos y el 30 de Enero de 1933 el viejo
Presidente Hindenburg nombra “canciller” (primer ministro) a Hitler y cuando el
viejo mariscal muere, en Agosto Hitler ocupa el poder y establece una
dictadura, eliminando violentamente (campos de concentración, asesinatos,
exilios…) toda la oposición (socialistas, comunistas, intelectuales y judíos)
1.- EIN VOLK (un (sólo)
pueblo), el pueblo alemán, representante de la raza aria, superior a las demás.
Y como se debía mantener la pureza de la raza (“Leyes de Nuremberg”, 1933) se
prohíben el matrimonio o cualquier relación con los judíos.
2.- EIN REICH (un “imperio”).
De acuerdo con la teoría racista, proponía la creación de una gran nación
alemana que unificara todas las tierras donde vivían alemanes y para cuyo
desarrollo económico era necesaria la conquista de nuevas tierras (“espacio
vital”) que facilitaran materias primas y alimentos y, al mismo tiempo,
compraran los productos industriales alemanes.
En su libro “Mein Kampf” (“mi
lucha”) aseguraba que esas tierras estaban en el Este (Polonia, Ucrania),
habitadas por pueblos eslavos, considerados una raza inferior.
3.- EIN FÜHRER (“un jefe”)
que, como líder indiscutible, acapare todo el poder y dirija al país con
autoridad. Era él, naturalmente. Grandes fotografías, desfiles y
concentraciones espectaculares y una gran propaganda, sobre todo entre la
juventud, a la que se educó con las ideas nazis.
Una vez en el poder, Hitler y
el Partido Nazi iniciaron una política militarista, con grandes pedidos de
armamentos a las fábricas Krupp, Thyssen
y muchas y grandes obras públicas, sobre todo autopistas, resolviendo así tanto
la crisis como el problema del paro.
Pero el potente ejército que
organizaron les sirvió para llevar a cabo su política expansionista que
acabaría desencadenando la 2ª GM.
Su ideología aparece
manifiesta en el Mein Kamp, escrita en la cárcel tras el fracaso de un golpe de
estado que dio en Munich en 1923.
Una ideología nacional
racista.
El estado es sólo un medio
Hacia un determinado fin, cuyo objetivo es
conservar la raza del hombre. No hay, pues, igualdad de razas. Incluso
al admitir la diversidad también se reconoce la diferencia.
La ética obliga a mantener la
jerarquía de las razas, la preponderancia del más fuerte y supeditación del
débil y que según la naturaleza es su
“voluntad inexorable”
El Estado debe empeñarse en
loa cuestión racial siendo éste el eje central de la vida general, velando por
conservar la pureza de la raza
JAPÓN Y EL MILITARISMO.
Fue otra de las potencias
que, una vez en marcha, se vio beneficiado.
Japón era, en el siglo XIX,
un país feudal, con grandes terratenientes (“daimios”) y guerreros
(“samurais”).
Fue entonces cuando, acuciado
por las presiones comerciales de americanos y rusos, se vio obligado a abrir
sus puertos.
Japón, hasta entonces, se
había mantenido aislado. Pero esto no sólo era nuevo, sino que era peligroso
porque, al estar poco desarrollado podía convertirse fácilmente en una colonia
de los países europeos o de Estados Unidos, más industrializados.
Fue entonces cuando un
emperador, Mut su Hito, hizo una verdadera revolución, la “revolución Meiji”.
A partir de 1968 acabó con el
feudalismo y empezó a desarrollar una fuerte industria en el país.
Estudiantes japoneses se
formaron en Universidades Europeas y Norteamericanas, se invirtieron, al mismo
tiempo, grandes capitales en la industria, se creó una fuerte armada y un nuevo
ejército.
Cuando venció a los rusos en
1904-1905, Japón demostró que ya era una potencia económica y militar.
Llevó a cabo una “política
expansionista”, apoderándose, durante la guerra, de las colonias alemanas en el
Pacífico y en China.
No se libró de la crisis del
29, que también le afectó, y de manera dura, pero capitalistas y militares,
analizando la situación, llegaron a las siguientes conclusiones:
.- Que tenían una población
excesiva (de 44 millones en 1905 pasaron a 65 millones en 1930)
.- Que para desarrollar su
industria no disponían, en su país, de suficientes materias primas y no podían
superar la competencia de las grandes potencias industriales.
¿Solución? Conquistar nuevas
tierras. Vencen fácilmente a la endeble China y ocupan Manchuria, que
convirtieron en una especie de colonia.
Firmaron un pacto anticomunista
con la Alemania
de Hitler y atacaron y conquistaron parte del Norte y de la costa de China (“1937” )
Estaba empezando la 2ª Guerra
Mundial.
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