miércoles, 2 de marzo de 2016

CONTEXTO: EL PERÍODO DE ENTREGUERRAS

EL PERÍODO DE ENTREGUERRAS.

Son los 20 años entre el fin de la 1ª G.M. (1918) y el comienzo de la 2ª G.M. (1939).

A los “felices años 20” le sucederían los “terribles años 30”, con la crisis económica del sistema capitalista, con “el jueves negro” del 24 de Octubre de 1929.

El gran beneficiado y beneficiario de la 1ª G.M. fueron los Estados Unidos, que había acumulado la mitad de todas las reservas de oro del mundo y los países europeos le debían unos 10.000 millones de dólares. Y, más todavía, habían invadido con sus productos y sus inversiones de capitales mercados tradicionales europeos (América Latina y Oriente).

.- LOS FELICES AÑOS 20.
Eran, naturalmente, en Estados Unidos. Las grandes campañas de publicidad invitaban a consumir, a adquirir casas y coches, electrodomésticos. Se creaban, pues, nuevas fábricas, los beneficios eran extraordinarios (hasta un 20%), comprando acciones de estas empresas, que se modernizaban aún más y producían cada vez más.

.- LA CRISIS DE 1929.

La AGRICULTURA que, durante la guerra, había aumentado sus cosechas y que se vendieron bien en Europa, al terminar la guerra los países europeos dejaron de comprar. Y, al perder cliente, empezó a sobrarle parte de su producción, hubo excedentes de cereales, bajaron los precios y fueron arruinándose.

En la INDUSTRIA ocurrió lo mismo, vendiendo a los países en guerra y a los nuevos mercados, pues sus tradicionales proveedores sus industrias estaban ocupadas en fabricar armamento.
Pero cuando los países europeos vencedores se rehicieron compitieron con los Estados Unidos para recuperar sus antiguos mercados.
Aunque Estados Unidos tenía un mercado interior muy grande llegó un momento en que se producía demasiado (“superproducción”) más de lo que se consumía.
Se incrementó la publicidad y se creó las ventas a crédito, pero llegó un momento en que ya no había salida para tantos productos (“stocks”)

Cuando esto ya se supo, se produjo la desconfianza. En la Bolsa de Nueva York fueron muchos los que acudieron a vender sus acciones por lo que el precio de las mismas bajó muchísimo y muy rápidamente. El 24 de Octubre del 1929 (el “jueves negro”) los accionistas se vieron arruinados y ni pudieron sacar su dinero de los bancos, que tuvieron que cerrar.
Muchas fábricas tuvieron que cerrar y muchedumbre de parados vagaban por las calles. El hambre, la irritación, la desesperación, los enfrentamientos con la policía… estaban a flor de piel.
Y si los parados no tienen dinero para comprar las fábricas tienen que cerrar o producir menos, por lo que más parados a la calle.
En 1932 la crisis alcanzó su máximo dramatismo.
Estados Unidos llegaba a los 14 millones de parados.

EL NEW DEAL Y EL PRESIDENTE ROOSEVELT.

“El nuevo reparto” fue lo que le hizo ganar las elecciones en el 32 (que luego también ganaría en el 36, en el 40 y en el 44) que consistía en hacer intervenir al gobierno para arreglar la crisis.
El gobierno tomó en sus manos el control de la economía, acabando con la anarquía económica. Hasta los bancos quedaron bajo su control. Les obligó a que prestasen a bajo interés y, por eso, acudieron fabricantes, comerciales, agricultores,… a pedir préstamos y reactivar el trabajo.
A los agricultores se les daba subvenciones si reducían las tierras de cultivo (como en mi pueblo, por arrancar viñas y desprenderse de vacas lecheras), volviendo los precios a la normalidad.
Además, el gobierno se convirtió en empresario e invirtió mucho dinero en la construcción de obras públicas (embalses, centrales hidroeléctricas, sistemas de regadíos,…)

Incluso “pagar a un obrero con pico, abriendo zanjas, y a otro, con pala, tapando la zanja”

Los obreros disponían de dinero, volvían a comprar, se abrían nuevas fábricas, habría más mano de obra empleada.
Aunque en el 1938 todavía había en Estados Unidos 8 millones de parados.
Sólo la 2ª G.M., con el rearme y la movilización, acabó con la crisis,

¿Y EN EUROPA? LOS FASCISMOS.

Tanto vencedores como vencidos, endeudados hasta las cejas con Estados Unidos, y debían reconstruir las industrias destruidas durante la guerra y transformarlas, dejando de ser militares y volver a ser civiles, debiendo, además, recuperar sus antiguos mercados en los que chocarían con la competencia de Estados Unidos y Japón.

En los primeros años de la posguerra abundaba la miseria en obreros y campesinos y el temor a una revolución comunista era cada vez mayor.
De ahí que, en una primera etapa se establecieran gobiernos autoritarios militares (Polonia y Hungría) pero sobre todo en Italia, en 1922, con Mussolini y su partido fascista.
Si Estados Unidos había invertido mucho capital en Europa, tras los primeros años de la guerra, tras la crisis del 29 los retiró, para solucionar su propia crisis. Así que quebraros bancos y fábricas, aumentó el paro, la miseria, el malestar y el desorden.

Aparecieron, pues, gobiernos autoritarios, sobre todo el Fascismo de Mussolini en Italia y, en 1933, el partido nazi de Hitler en Alemania.

ITALIA Y EL FASCISMO

Había sido una de las cuatro naciones vencedoras pero sus pérdidas humanas alcanzaron los 700.000 muertos, la región del Véneto destrozada y enormes deudas contraídas.
La miseria y el paro en obreros (que llegarían a ocupar fábricas en el Norte de Italia, Lombardía y Piamonte) y campesinos, que llegaron a crear soviets, temiéndose una revolución comunista.
Incluso el Tratado de Versalles le fue poco beneficioso, pues no pudo resarcirse de sus pérdidas.

En estas condiciones surgió el Fascismo. Con soldados y oficiales desmovilizados, creando sus “camisas negras” (“fascio de combatimento”), grupos paramilitares con los que atacó el movimiento revolucionario obrero, amedrentando, golpeando, incluso eliminando, a obreros, organizaciones sindicales, políticos de izquierda.

Apareció como el defensor del orden por lo que se le unieron las fuerzas conservadoras (terratenientes, capitalistas, burguesía, ejército e Iglesia).
Cuando en 1921 consiguió 30 diputados en el Parlamento, exigió del rey Víctor Manuel III que le nombrara Jefe del Gobierno.
Demostró su fuerza aplastando violentamente, con sus 300.000 “camisas negras” una huelga general, en 1922 y amenazó con una “Marcha sobre Roma”, lo que llegó a realizar, simbólicamente, en Octubre del mismo año.

Fue nombrado Presidente del Consejo de Ministros por el rey, acabó estableciendo una dictadura (1926) después de eliminar a los partidos de la oposición (Socialistas –“caso Matteotti”) y comunistas)

ALEMANIA Y EL NAZISMO.

Malos, muy malos los primeros años tras la derrota en la 1ª G.M.
Crisis económica, paro, desmoralización nacionalista, irritación por las condiciones humillantes de la Paz de Versalles…
La república se vio atacada por la izquierda comunista (movimiento “espartaquista” de 1918-1919, y que fue destrozado por el ejército) y por la derecha conservadora y nacionalista.
Francia, que quería reparaciones económicas llegó a ocupar militarmente la rica región carbonera del Ruhr.

En 1925 parecía arreglarse la situación, tanto por la inversión de capital estadounidense, que reactivaría la economía, como por el prestigioso militar, de la derecha conservadora, mariscal Hindenburg, en el poder desde 1925 a 1934, como Presidente de la República.

1929. Estados Unidos retira el capital invertido, por la crisis, y la economía se hunde. En 1932 ya hay 5 millones de parados y la población se radicalizó: o una revolución comunista o un gobierno fuerte y autoritario.

Fue, entonces, cuando los grandes capitalistas, partidarios de la segunda opción, ayudan a un pequeño partido de ultraderechas, el Partido Nacional-Socialista Alemán del Trabajo, conocido como “el partido Nazi”, que pone en funcionamiento sus fuerzas paramilitares (las SA y las SS) con la que combatir a los sindicatos y al partido comunista.
En las elecciones de 1932 el partido nazi obtuvo 13 millones de votos y el 30 de Enero de 1933 el viejo Presidente Hindenburg nombra “canciller” (primer ministro) a Hitler y cuando el viejo mariscal muere, en Agosto Hitler ocupa el poder y establece una dictadura, eliminando violentamente (campos de concentración, asesinatos, exilios…) toda la oposición (socialistas, comunistas, intelectuales y judíos)

La IDEOLOGÍA del Partido Nazi se resume en un slogan que ellos mismos utilizaron como propaganda:

1.- EIN VOLK (un (sólo) pueblo), el pueblo alemán, representante de la raza aria, superior a las demás. Y como se debía mantener la pureza de la raza (“Leyes de Nuremberg”, 1933) se prohíben el matrimonio o cualquier relación con los judíos.

2.- EIN REICH (un “imperio”). De acuerdo con la teoría racista, proponía la creación de una gran nación alemana que unificara todas las tierras donde vivían alemanes y para cuyo desarrollo económico era necesaria la conquista de nuevas tierras (“espacio vital”) que facilitaran materias primas y alimentos y, al mismo tiempo, compraran los productos industriales alemanes.
En su libro “Mein Kampf” (“mi lucha”) aseguraba que esas tierras estaban en el Este (Polonia, Ucrania), habitadas por pueblos eslavos, considerados una raza inferior.

3.- EIN FÜHRER (“un jefe”) que, como líder indiscutible, acapare todo el poder y dirija al país con autoridad. Era él, naturalmente. Grandes fotografías, desfiles y concentraciones espectaculares y una gran propaganda, sobre todo entre la juventud, a la que se educó con las ideas nazis.

Una vez en el poder, Hitler y el Partido Nazi iniciaron una política militarista, con grandes pedidos de armamentos  a las fábricas Krupp, Thyssen y muchas y grandes obras públicas, sobre todo autopistas, resolviendo así tanto la crisis como el problema del paro.
Pero el potente ejército que organizaron les sirvió para llevar a cabo su política expansionista que acabaría desencadenando la 2ª GM.

Su ideología aparece manifiesta en el Mein Kamp, escrita en la cárcel tras el fracaso de un golpe de estado que dio en Munich en 1923.
Una ideología nacional racista.
El estado es sólo un medio Hacia un determinado fin, cuyo objetivo es  conservar la raza del hombre. No hay, pues, igualdad de razas. Incluso al admitir la diversidad también se reconoce la diferencia.
La ética obliga a mantener la jerarquía de las razas, la preponderancia del más fuerte y supeditación del débil y que según la naturaleza  es su “voluntad inexorable”

El Estado debe empeñarse en loa cuestión racial siendo éste el eje central de la vida general, velando por conservar la pureza de la raza                                   


JAPÓN Y EL MILITARISMO.

Fue otra de las potencias que, una vez en marcha, se vio beneficiado.

Japón era, en el siglo XIX, un país feudal, con grandes terratenientes (“daimios”) y guerreros (“samurais”).
Fue entonces cuando, acuciado por las presiones comerciales de americanos y rusos, se vio obligado a abrir sus puertos.
Japón, hasta entonces, se había mantenido aislado. Pero esto no sólo era nuevo, sino que era peligroso porque, al estar poco desarrollado podía convertirse fácilmente en una colonia de los países europeos o de Estados Unidos, más industrializados.

Fue entonces cuando un emperador, Mut su Hito, hizo una verdadera revolución, la “revolución Meiji”.
A partir de 1968 acabó con el feudalismo y empezó a desarrollar una fuerte industria en el país.
Estudiantes japoneses se formaron en Universidades Europeas y Norteamericanas, se invirtieron, al mismo tiempo, grandes capitales en la industria, se creó una fuerte armada y un nuevo ejército.
Cuando venció a los rusos en 1904-1905, Japón demostró que ya era una potencia económica y militar.

Llevó a cabo una “política expansionista”, apoderándose, durante la guerra, de las colonias alemanas en el Pacífico y en China.
No se libró de la crisis del 29, que también le afectó, y de manera dura, pero capitalistas y militares, analizando la situación, llegaron a las siguientes conclusiones:
.- Que tenían una población excesiva (de 44 millones en 1905 pasaron a 65 millones en 1930)
.- Que para desarrollar su industria no disponían, en su país, de suficientes materias primas y no podían superar la competencia de las grandes potencias industriales.

¿Solución? Conquistar nuevas tierras. Vencen fácilmente a la endeble China y ocupan Manchuria, que convirtieron en una especie de colonia.
Firmaron un pacto anticomunista con la Alemania de Hitler y atacaron y conquistaron parte del Norte y de la costa de China (“1937”)


Estaba empezando la 2ª Guerra Mundial.

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