sábado, 12 de marzo de 2016

LA SECCIÓN FEMENINA (1)


La Sección Femenina: el retorno al hogar.
Ya desde su creación, en el año 1934, la Sección Femenina de Falange Española se caracterizó por la propagación del ideal femenino de sumisión respecto al hombre.

En clara oposición al progresivo auge de las ideas y pensamiento feminista en España durante la II República, las falangistas encuadradas en la Sección Femenina reclamaban un retorno o reconstrucción de los valores tradicionales asociados a la mujer.

Hay que señalar que la fundación de la Sección Femenina respondía a la necesidad de colocar a las mujeres de la organización en un sector de la misma apartado de cualquier posibilidad de actividad política.
El propio José Antonio Primo de Rivera, indicaba que la función principal de las mujeres afiliadas a Falange era el apoyo y auxilio abnegados a los hombres falangistas, auténticos estandartes de la organización.
Dicha asistencia en la sombra, que responde, según el ideal falangista, a la auténtica "naturaleza" de la mujer, bien en su papel de madre, de esposa o de hija, se pondría de manifiesto durante los meses del año 1934 como consecuencia de las detenciones de varios dirigentes de Falange, entre ellos el propio José Antonio. 

A consecuencia de estos hechos se produjo una situación en que el núcleo femenino de Falange pudo desempeñar la tarea para la que había sido creado: asistir a los detenidos, visitar a los encarcelados, prestar apoyo a las familias, recabar fondos mediante colectas, etc.

La actividad femenina en la organización se caracterizó por su voluntarioso no-igualitarismo; la interiorización por parte de la mujer falangista de valores como la entrega, la abnegación, la sumisión respecto al hombre, auténtico actor de la Historia, van a marcar los primeros años de la Sección Femenina, creando un núcleo de mujeres convencidas de su verdadero papel como complemento y estímulo del "despliegue varonil de la Falange, bálsamo femenino, generoso y arriesgado."

Es este corpúsculo de mujeres las encargadas de diseñar y llevar a la práctica los planes formativos y culturales de la próxima generación de mujeres. 

Acabada la guerra, la Sección Femenina de una Falange ya unificada con las JONS, pasó a ocuparse de diversas tareas por encargo del propio Estado franquista.

La Sección Femenina llegó a contar con alrededor de 600.000 afiliadas al terminar la guerra, pero para Franco no representaba ningún peligro para la estructura de su poder, dado que en las propias palabras de Pilar Primo de Rivera, dirigente de la Sección desde su creación, la aspiración de la Sección Femenina era "una labor callada, continua, que no nos traerá más compensación que el pensar cómo gracias a la Falange las mujeres van a ser más limpias, los niños más sanos, los pueblos más alegres y las casas más claras". 

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