jueves, 12 de noviembre de 2015

ORDENADORES. RECORTES Y DOÑA ESPERANZA AGUIRRE.






ORDENADORES. RECORTES Y DOÑA ESPERANZA AGUIRRE

(Aunque escrito hace algún tiempo, puede seguir siendo válida la crítica)


Si los “recortes en la Enseñanza Pública” fueran que no habrá más ordenadores regalados a los niños de primaria. ¡Benditos recortes¡. Pero la cosa no va por aquí. El 6 de Octubre colgué en blogdetomasmorales un artículo cuyo título es: “Zorras” y “Capullos”. 

Comentaba la sentencia del Sr. Juez Del Olmo de no considerar como insulto y/o vejación llamar “zorra” a una mujer porque “zorra” quiere decir, (aplicada a una persona) “personaje que actúa con especial precaución”. Y ateniéndome al sentido del Sr. Juez Del Olmo (y sólo en ese sentido, y puesto que quiero hablar de recortes en la Enseñanza) la Srª Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid, es una “zorra”, pero con mayúsculas. ¡Porque hay que ver la que ha montado, está montando y lo que te rondaré, morena!

Los profesores de la Enseñanza Pública llevan ya no sé cuántos días de huelga por las medidas que su gobierno está aplicando. La no contratación de miles de profesores, la desaparición de los desdobles y de las medidas de Atención a la Diversidad (los que están en el ajo saben de su importancia), el aumento de 2 horas lectivas, hasta llegar a las 20 (“horas lectivas” son en las que se está en contacto con los alumnos, no confundir con “horas de trabajo” que, (y lo digo por experiencia) son más de las que un trabajador por cuenta ajena suele echar en su empresa).

Pero ¿sabíais que el 90 % de los hijos de emigrantes, muchos de los cuales apenas conocen nuestra lengua, y si no entienden mal pueden comprender y aprender, se encuentran en la Enseñanza Pública, muy pocos en la Concertada y casi ninguno en la Privada?.

Lo que está propiciando la Srª Esperanza Aguirre, con la supresión de Profesorado, de Desdobles y de Atención a la Diversidad, es apostar por la Concertada y la Privada, ateniéndose a los resultados (reales pero falsos, al fallar el criterio evaluativo, ante la desigualdad del alumnado). Ante esta situación de deterioro de la Enseñanza Pública ¿qué creen Uds. que están haciendo los padres con carrera universitaria? Pues eso que están pensando.

¿Cómo creen Uds. que van a ser los resultados, comparando los tipos de Enseñanza?.

A no ser que los gobiernos hagan lo que ha hecho el de Cataluña: excluir de la evaluación a 150 alumnos, repetidores e hijos de inmigrantes, para mejorar los resultados del Informe PISA.

¿Es peor el profesorado? NO. Es más. El profesorado de la Enseñanza Pública ha demostrado conocimientos y capacidad pedagógica en oposiciones competitivas, algo que no ocurre en el profesorado de la Concertada ni en la Privada, a los que les basta y les sobra con ser hijos, familiares o conocidos de quienes son. El alumnado es el que no es el mismo y, como reza un adagio de mi tierra, “quod natura non dat Salmantica….”

Para valorar la Enseñanza (como la Sanidad) tiene que costar algo. Lo gratuito nunca viene con el halo de calidad. El primer paso para no valorar adecuadamente a la enseñanza es la gratuidad de ordenadores y de libros de texto..

Los padres, que no saben qué hacer con sus hijos durante la huelga sólo atienden a que ellos trabajan más de 20 horas y que, por lo tanto, los profesores son unos vagos, que tienen más vacaciones que nadie, que tienen un puesto de trabajo fijo y el paro a ellos no les afecta, que su sueldo más de uno lo quisiera para sí…. Y ellos, y gran parte de la sociedad desinformada, están de uñas contra el profesorado, dándole la razón a Dñª Esperanza que, por lo que se ve, “humillados y derrotados” los quiere ver (echándole al mundo en su contra), como “humillados y derrotados” vio Margaret Tatcher a los sindicatos ingleses.

La Enseñanza Concertada está aplaudiendo hasta con las orejas y, así, está sembrándose y poniendo las bases del deterioro de la Enseñanza Pública. Si a esto se le añade que algún ministro socialista-socialista, socialista puro, se vanagloria, públicamente, ante las cámaras de TV, en horas de máxima audiencia, de llevar a sus hijos a la Enseñanza Privada (“y buenos dineros que me cuesta”) porque –dice- no haber colegios bilingües en la zona… Que no los haya en Vicálvaro, Vallecas, San Blas… pero ¿en la Moraleja? Tiempo le faltó a Dñª Esperanza para saltar como un resorte y llamarlo “mentiroso”. ¿A qué profesional publicista del P.P. habrán encargado los socialistas la confección del video para la campaña electoral que está pasándose por las pantallas de TV, para defender la Enseñanza Pública? Estoy seguro que lo retirarán de la circulación ya mismo.

Porque si los recortes fueran en los ordenadores regalados a los niños de primaria, con cargo a los presupuestos… Y de esto era de lo que yo quería escribir, de los Ordenadores en el Aula.

Nuestras autoridades educativas se muestran tan ufanas con esta medida que están convencidas de que la calidad de la enseñanza radica en esos ordenadores, como si un padre, al comprarle a su niño un boli y un cuaderno, esperara de él ver un Cervantes o un Ortega y Gasset.

La Enseñanza es una experiencia humana que construyen el profesor y el alumno, al alimón, y en ella, a edades tempranas, la tecnología no sólo no ayuda, sino que estorba, por inconveniente. Ni en Aritmética, ni en Escritura, ni en el fomento de un pensamiento crítico, aportando razones, porqués, de lo que dice o hace.

Cuando yo les daba oportunidad a mis alumnos a subir nota, entregando un trabajo, su primera pregunta era si lo podían entregar por impresora y al decirles que tenía que ser escrito a mano (porque sabía que era muy fácil “cortar”, “pegar” e “imprimir) muchos se me echaban atrás. Al menos que lo leyeran y escribieran, sin parafrasear, forzando su atención tanto en la forma (Ortografía y Caligrafía) como en el contenido. Si no, eligen la letra y el ordenador hasta les corrige las faltas de ortografía.

El ordenador e Internet, que para mí, ahora, no es que me sean necesarios, es que me son imprescindibles, para un niño de primaria, incluso de secundaria, es causa de distracción (un “distractor”) y causa de dedicarle demasiado tiempo, navegando sin rumbo y perdidos en un laberinto; es una invitación a la vagancia en el pensar, por la urgencia de buscar y encontrar que, seguramente, no es lo adecuado lo que encuentren. Como disiento totalmente de las modas psico- y pedagógicas, instaladas en los despachos de la modernidad, inspiradores de la E.S.O, en las Consejerías de Educación,. afirmo que “el centro de la enseñanza no es el niño, sino el profesor”. La tecnología vale, y mucho, para el profesor, no para el alumno a esas edades. Si el profesor la domina convenientemente se convierte en una herramienta fundamental. Explicar la circulación de la sangre, un terremoto, el sistema solar,… se le hace entender al alumno mucho mejor con el cañón y la pantalla, usando el profesor su ordenador con el material adecuado ya preparado.

Un niño en su habitación, con un ordenador, Internet y wifi, sigue chateando con los compañeros, a los que acaba de dejar y que, en apenas unas horas, volverá a ver. (¡Si me pasaba a mí, en clase de filosofía, alumnos mayores, mandando mensajes con el móvil a sus novias o amigas, que estaban en la clase de al lado, cinco minutos antes del recreo¡ ¿Cuánto más un niño en su habitación ante un teclado?). Las redes sociales son muy tentadoras para los muchachos en edades tempranas.

¿Y el timo del que se presenta en la casa, con uniforme: “venimos a actualizar el ordenador de su hijo, por orden de la Inspección, para que mañana pueda… “y son 25 euros”. Muchos alumnos, en sus casas, los usan para bajarse películas censurables, canciones de sus ídolos, que nada tienen que ver con la enseñanza, o los manipulan cargando programas inadecuados que no los soportan, o se les cae y se les rompe la pantalla. Eso cuando no llegan a clase con la batería descargada, porque se les ha olvidado dejarlo enchufado la noche anterior.

Si a todo ello se añade la impericia del alumno, el profesor se convierte en un visitador de ordenadores, pasillo arriba, pasillo abajo, “porque a mí no me sale, maestro”.

Al finalizar la clase se pregunta: ¿Productividad?, baja o nula. A mi generación se la llama “analógica”, en contraste con la de los jóvenes, “digital”. Pero lo cierto es que estamos aprendiendo de prisa.

Yo era de los de la tiza y la pizarra (cuando había tarima y no existía la frustración estudiantil por la “altura” del profesor). Hasta llegué a comprarme una bata blanca (que los viernes la metía en la lavadora) porque “me ponía la ropa perdida” y que me confundían con un profesor de química o física en su laboratorio de prácticas. Mis alumnos tienen que recordar las pizarras llenas de esquemas, borradas y vueltas a llenar cada clase. Hoy, yo, no sería nadie sin el pendrive particular y el cañón y la pantalla en la clase. A lo que hay que añadir los materiales propios, videos bajados de youtube, enlaces de Internet, …. Todo confeccionado en horas no lectivas y no retribuidas.

El clásico libro de texto tiene dos inconvenientes: que es caro (para la economía de los padres) y martirio para las espalda de los niños (aunque ahora, con eso de los trolleys…)

No creo que haya sido una buena idea (además de haber sido cara) dicha gratuidad, para tenerla, además, como seña y garantía de calidad de la enseñanza, cuando en unas zapatillas deportivas de marca…

¡Cuiden a los profesores, reconózcanlos socialmente, no les quiten autoridad ante sus hijos… ¡Ellos son los auténticos “maestros” que harán de ellos buenos ciudadanos, buenos estudiantes y mejores personas! ¡Padre! Sólo el profesor hará a su hijo partícipe del placer de aprender, de ir sabiendo, de ir formándose. Sinceridad de un alumno, en el paso de la tiza al ordenador, en un blog de un profesor de secundaria: “la tiza era mejor que la tecnología”. A esa edad sí, cuando ya…. tendrá que recurrir a la tecnología


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