lunes, 7 de julio de 2014

8.- 27 ADMINISTRACIÓN Y REGULACIÓN DE LO SAGRADO



Eso son las iglesias, instituciones que regulan el trato religioso con lo sagrado y que están presentes en las diversas confesiones cristianas (católica, anglicana, evangélica, ortodoxa)
Ellas son/se consideran las intermediarias irremplazables en la relación de los hombres con lo sagrado.

“Extra ecclesia nulla est salus”, monopolizando la posibilidad de salvación, como si sólo rellenando sus impresos pudiera tenerse acceso a dicha salvación.
Ellas administran el culto, el perdón de los pecados, los ritos de transición, la interpretación correcta de los textos sagrados, extraen de ellos la recta doctrina, los preceptos religiosos,…. Todo eso, si lo hiciera yo, nada valdría.

El administrador especialista por excelencia es el “sacer-dote”. Hasta el papa tiene que serlo que, en el catolicismo el sacer-dote tiene la jornada completa, dedicación exclusiva, por lo que deben (deberían) vivir de las ofrendas y ayuda de los fieles.

No importa tanto las cualidades personales del sacerdote como el escrupuloso cumplimiento del ritual.

Este poder eclesiástico, enorme, a veces entra en conflicto con el poder político, o el económico, o el social.

No ocurre así con los chamanes, brujos, o hechiceros, cuyos poderes no dependen tanto del rito como de sus dotes personales para una mayor eficacia de lo sagrado.

¿Otros administradores de lo sagrado?

A lo largo de la historia los ha habido, en todas las religiones, en las religiones grecorromanas, sobre todo en la romana:
.- Los augures, que adivinaban el porvenir por los signos atmosféricos o por el vuelo de las aves (incluso en el Poema de Mio Cid aparece).
.- Los arúspices, que adivinaban mediante la observación de las entrañas de los animales sacrificados.
.- Las sibilas, que lo hacían por inspiración divina.
.- Las vestales (vírgenes obligadas a abstenerse de todo acto carnal durante el tiempo dedicado a su labor. La transgresión de la prohibición sexual era condenada a ser enterrada viva) estaban encargadas de la vigilancia del fuego sagrado, imprescindible para la seguridad de Roma.
(En nuestro catolicismo estaba/(¿está?) la obligación de mantener la vela encendida, testigo de la presencia de Dios en el sagrario)

Todos estos administradores de lo sagrado tienen por oficio transmitir los oráculos, la voluntad e intenciones de los poderes sobrenaturales,

En otro orden, escribas, exégetas, teólogos,…son los encargados de descifrar y desvelar la genuina enseñanza.
Predicadores y profetas son los propagadores de la antigua o nueva fe.

El gurú indio enseña el camino de perfección y salvación qué él ya ha recorrido.

En cualquier caso, lo sagrado y su administración no se entrega y se pone en manos de cualquier individuo, sino que siempre está sujeto a reglas estrictas y encomendada a personas tenidas por competentes.

Incluso la administración del culto (sobre todo en los actos “duros” (consagración y perdón de los pecados) por un no autorizado será interpretado como una provocación e insulto.

En el Islam, en cambio, son muy escasos los ritos, razón por la cual no hay sacerdotes.
La dirección del rezo musulmán está confiada al imán, pero en la oración privada (no oficial) puede oficiar de imán cualquier persona, incluso una mujer, en ausencia de varones, en la comunidad de orantes.

Suele ser en el ámbito religioso donde más abundan las personas carismáticas, por su ejemplo de vida.
Su carisma (don especial por el que alguna persona adquiere preeminencia) hace que sean muchos sus seguidores.
Como también hay casos de políticos carismáticos, que levantan adhesiones por motivos que van más allá de la racionalidad (Hitler, por ejemplo).


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