miércoles, 8 de diciembre de 2010

NACIONALISMOS (1).

Acabo de releer el discurso de Vargas Llosa, en la recepción del Premio Nobel de Literatura, 2010.
Además del cántico a la literatura y a la democracia. Además del cántico a su tierra, Perú: “!qué extraordinario privilegio el de un país que no tiene una identidad, porque las tiene todas!”. Nos pone sobre aviso de fanáticos y terroristas suicidas, de las nuevas formas de barbarie que proliferan, atizadas por el fanatismo. Echa pestes de las dictaduras varias. No se cansa de piropear a España y a Barcelona. Pero, al mismo tiempo, exclama: “ojalá que los nacionalismos, plaga incurable del mundo moderno, y también de España, no estropeen esta historia feliz”.
“Detesto toda forma de nacionalismo, de ideología –o, más bien, de religión- provinciana, de corto vuelo, excluyentes, que recorta el horizonte intelectual y disimula en su seno prejuicios étnicos y racistas, pues convierte en valor supremo, en privilegio moral y ontológico, la circunstancia fortuita del lugar de nacimiento”.
“Junto con la religión, el nacionalismo ha sido la causa de las peores carnicerías de la historia, como las de las dos guerras mundiales y la sangría actual del Medio Oriente”.
“No hay que confundir el “nacionalismo”, de orejeras y su rechazo del “otro”, siempre semilla de violencia, con el “patriotismo”, sentimiento sano y generoso, de amor a la tierra donde uno vio la luz”.
“La patria no son las banderas ni los himnos….”.

Considero a los nacionalismos como ideologías incendiarias, sustentadas en fanáticos cegatos y, generalmente, violentos, que se consideran víctimas, habiendo sido mimados, que ensalzan a lidercillos que le cantan la canción que quieren escuchar y que, en su miopía, consideran a su tierra como el ombligo del mundo.

Hace un tiempo que tenía escrita esta reflexión sobre los nacionalismos, pero me daba no sé qué sacarla a la luz, hasta que oí y releí a Vargas Llosa.
Como coincido con él en todo y en más, me decido a colgarla en el blog.

No hay comentarios:

Publicar un comentario