El ordenador es un instrumento maravilloso, pero a ciertas edades no es necesario, ni siquiera conveniente, a veces hasta es perjudicial pero, sobre todo, puede ser peligroso.
Decía, hace muchos años, el filósofo Marina que “un burro, conectado a un ordenador, sigue siendo un burro”.
Porque el ordenador es un instrumento que debe usarse, y es conveniente usarlo, cuando ya “no se es burro”, es decir, cuando se necesita como herramienta de trabajo, pero, para ello, primero hay que saber trabajar.
Es un instrumento laboral, no lúdico y, menos aún, agresivo.
Si hubo un tiempo (y, por desgracia sigue habiéndolo) en que al profesor se le agredía físicamente, directamente en su persona e indirectamente en sus pertenencias (coche, ropa, utensilios,….), no dejarle dar la clase, molestando a los compañeros, interrumpir,… hoy, con las nuevas tecnologías, el profesor está siendo acosado de manera más refinada, digitalmente.
Sobre todo los profesores jóvenes, sustitutos e interinos. Más ellas que ellos. Pero ambos.
La psicología del alumno para saber a quién pueden hacérselo y a quien no es, realmente, extraordinaria.
Las bajas de profesores, por ansiedad, por depresión, están en aumento.
Conocí a profesoras que, durante el fin de semana, no podían relajarse, pensando en la primera clase del lunes (¿qué me pasará?, ¿cómo me encontraré a la clase?) y sentían alivio el día que salían, por la puerta, ilesas psicológicamente.
La secular conflictividad escolar está llegando a límites en que puede ser considerada como delito y ya no como falta, con la punidad que ello conlleva.
La labor de los padres, en la educación de los hijos, es la primera y principal. Ellos son/tienen que ser los primeros agentes educativos de sus hijos..
-“Péguele Ud., a mi hijo, si es necesario. Tiene Ud. mi permiso” -me decía algún padre.
-“Quizá no sea necesario pegarle, pero si alguien tuviera que hacerlo, sería Ud.” – le respondía.
Hemos convertido al niño en el centro de la educación, cuando el objetivo al que debe tender el niño, y la educación, es a una sociedad más justa, más solidaria, a una sociedad mejor.
Es el niño el que debe “caminar hacia” y no la sociedad la que debe rodear al niño, porque es la sociedad del mañana la que debe guiar la educación.
No hay mayor recompensa para un maestro/profesor que contemplar cómo madura, cómo es responsable, cómo va convirtiéndose el muchacho en una persona sana, leal,…
¿Profesores y escuela, pero sin padres?. Imposible.
¿Escuela sola?. Imposible.
¿Padres solos? Igualmente imposible.
Los tres, y además coordinados, son imprescindibles.
Pero si el padre/la madre considera como verdad “todo” lo que el niño le dice, de la escuela, del profesor,…
Yo, no es que esté orgulloso de mis tiempos infantiles, pero si llegaba a casa diciendo que el maestro me había castigado, la primera (o la segunda) bofetada era la de mi padre. Sólo después, me preguntaba qué había ocurrido.
Hoy es, relativamente, fácil para el adolescente, colgar una foto, robada, del profesor, con los móviles de última generación, (¿alguien sabe de algún adolescente que carezca de móvil?), colgarla en la red y empezar a disparar contra él rayos envenenados en forma de injurias, descalificaciones morales, insultos, amenazas,chantajes, metiéndose con su familia,… Y como todo esto es anónimo(¿) a no ser que tenga que intervenir la policía e investigar, eslabón por estabón, hasta llegar al primero, todo suele salirle gratis.
La última generación de móviles, las redes sociales, youtube, facebook, twitter, …están siendo utilizados, además de para comunicarse entre ellos, para herir y zaherir al profesor.
Nuestros hijos, y nietos, manejan las tecnologías infinitamente mejor que nosotros, le sacan mucho más provecho, pero eso no quiere decir que sean más inteligentes.
Nadie se convierte en genio por el uso de la tecnología, aunque sí más productivo..
El mismo Marina, últimamente, ha afirmado que: “genio se nace, a imbécil se llega y, en medio, está el sistema educativo”.
¡Aviso a navegantes¡.
El sistema educativo puede obturar las aberturas del genio, no dejarle espacio para desarrollarse, asfixiarlo, frenarlo, como puede abrir fugas para el imbécil, con consecuencias imprevisibles.
El sistema educativo es, sólo, un instrumento, que puede servir para…. pero que, también, puede servir para….
Desde la soledad física de su cuarto de estudio cualquier adolescente puede acceder a las redes sociales y quedar prendido en ellas, como pardillos, con la ingenuidad de que la ausencia de la presencia física y personal del agredido rebaja o anula la punidad de su acción.
Ingenuidad de "como no se me ve, yo no he sido" y ello certificara la impunidad y anulara las consecuencias.
El ordenador, instrumento excepcional de trabajo, pero también instrumento agresivo en manos de ingenuos.
NOTA-continuación
Cualquier hijoputa, de nombre Íker, de 48 años, parado de larga duración porque ha sido un vago desocupado toda su puta vida, puede colgar una foto retocada de cuando tenía 23 años, decir que es Ingeniero de Caminos, que está disfrutando de una beca de formación en Estados Unidos, y pide ayuda sobre un hotel en Málaga, bares de copas recomendados, discotecas más guays en las que se pueda pasar unas noches, porque está de paso, camino de China, donde tiene un trabajo muy…
Y cualquier adolescente (adolescenta) puede entrar al trapo, con la sana intención de prestar ayuda a alguien que la reclama, y recomendarle un hotel, y bares,…. a cuyo mensaje contestará, automáticamente, el hijoputa, que se llama Carmelo y es medio calvo y gordo. Comienza el chateo y… Ya ha caído el pardillo (la pardilla) en la trampa de la red social, en la que queda enredada y será chantajeada con colgar en la red esas fotos que a ella se le ha ocurrido, inocentemente, enviar por facebook. Fotos descuidadas, con poses desenfadados, de variada interpretación,…y con amenazas,… la bola de nieve irá agrandándose.
Y el hijoputa, en plan detallista, avieso hasta los…. mandará un ramo de flores, por Tele-rosa, el día del cumpleaños de la presa. Y ésta alucinará en colores e irá descorriendo el pestillo de su interior, sin ser consciente de la boca de lobo en que está metiéndose.
Hablo del peligro que tiene/puede tener el ordenador en personas psicológicamente inmaduras y con la vitalidad a flor de piel.
Nos enteramos, de cuando en cuando, de casos, pero ¿cuántos existen y que no salen a la luz?.
En las redes sociales el mentir es la norma, la sinceridad es la excepción, la ingenuidad es la presa fácil para el cabrón que ha lanzado la carnaza y ha picado “una” pieza, da igual quien sea.
El cazador sale a cazar perdices, no “esa” perdiz.
Y ¿por qué no, desde el anonimato, disparar contra el profesor, con la ingenuidad de que “como no se me ve….¡yo no he sido¡” a no ser que haya denuncia de por medio e investigación policial consecuente?.
Como si la no presencia física y personal del ultrajado, el profesor, atenuara la responsabilidad, anulara las consecuencias, o certificara la impunidad del ultrajador-calumniador, el alumno.
Leo, hoy mismo, en la prensa malagueña: “El “ciberacoso” al profesorado gana terreno a la agresión física”.
Redes sociales, teléfonos móviles, grabadoras de voz, máquinas fotográficas…. son las nuevas armas contra el profesorado, y han sustituido a la palabra soez, insultante, a la patada o al puñetazo.
Desde esas nuevas armas, se ridiculiza al profesor, se menoscaba su autoridad, y sirve de mofa y de escarnio.
Málaga es la segunda provincia andaluza con más denuncias, siendo al menos cuarenta los profesores andaluces que están en tratamiento psicológico, por esta última moda de acoso escolar, de alumnos entre 12 y 15 años.
Que, además, y tristemente, también los compañeros, más débiles de carácter, los más tímidos,…son ridiculizados y acosados, como una nueva forma de divertimento.
Y el profesor no puede defenderse, entre otras causas, porque no domina las nuevas tecnologías con la misma soltura con que lo hace el alumno.
Sólo conocí a un profesor que, cierto día, al entrar en clase, vio escrito en la pizarra: “El profesor de filosofía es un cabrón”.
Muy quedamente, muy estoicamente, tomó en sus manos el borrador y borró: “El profesor de filosofía es”. Mirando a los alumnos, muy solemnemente, dijo: “Alguno de Uds. ha dejado, en la pizarra, escrita su firma; le rogaría que la borrase”.
Las redes sociales, siempre a disposición de cualquiera, y a golpe de clic, son armas de doble filo. Son como los cuchillos, que pueden servir para cortar pan o para cortarte el dedo, si no estás ducho en su manejo, o para que te lo clave por la espalda el hijoputa asesino al que, como tenía la voz tan meliflua y mostraba un porte elegante y tenía tantos detalles… le has abierto la puerta para que entre.
La ingenuidad de creer que lo que no se ve y no se oye no existe es otra muestra de la inmadurez del alumno adolescente.
¡He ahí el peligro!
NOTA-continuación
Cualquier hijoputa, de nombre Íker, de 48 años, parado de larga duración porque ha sido un vago desocupado toda su puta vida, puede colgar una foto retocada de cuando tenía 23 años, decir que es Ingeniero de Caminos, que está disfrutando de una beca de formación en Estados Unidos, y pide ayuda sobre un hotel en Málaga, bares de copas recomendados, discotecas más guays en las que se pueda pasar unas noches, porque está de paso, camino de China, donde tiene un trabajo muy…
Y cualquier adolescente (adolescenta) puede entrar al trapo, con la sana intención de prestar ayuda a alguien que la reclama, y recomendarle un hotel, y bares,…. a cuyo mensaje contestará, automáticamente, el hijoputa, que se llama Carmelo y es medio calvo y gordo. Comienza el chateo y… Ya ha caído el pardillo (la pardilla) en la trampa de la red social, en la que queda enredada y será chantajeada con colgar en la red esas fotos que a ella se le ha ocurrido, inocentemente, enviar por facebook. Fotos descuidadas, con poses desenfadados, de variada interpretación,…y con amenazas,… la bola de nieve irá agrandándose.
Y el hijoputa, en plan detallista, avieso hasta los…. mandará un ramo de flores, por Tele-rosa, el día del cumpleaños de la presa. Y ésta alucinará en colores e irá descorriendo el pestillo de su interior, sin ser consciente de la boca de lobo en que está metiéndose.
Hablo del peligro que tiene/puede tener el ordenador en personas psicológicamente inmaduras y con la vitalidad a flor de piel.
Nos enteramos, de cuando en cuando, de casos, pero ¿cuántos existen y que no salen a la luz?.
En las redes sociales el mentir es la norma, la sinceridad es la excepción, la ingenuidad es la presa fácil para el cabrón que ha lanzado la carnaza y ha picado “una” pieza, da igual quien sea.
El cazador sale a cazar perdices, no “esa” perdiz.
Y ¿por qué no, desde el anonimato, disparar contra el profesor, con la ingenuidad de que “como no se me ve….¡yo no he sido¡” a no ser que haya denuncia de por medio e investigación policial consecuente?.
Como si la no presencia física y personal del ultrajado, el profesor, atenuara la responsabilidad, anulara las consecuencias, o certificara la impunidad del ultrajador-calumniador, el alumno.
Leo, hoy mismo, en la prensa malagueña: “El “ciberacoso” al profesorado gana terreno a la agresión física”.
Redes sociales, teléfonos móviles, grabadoras de voz, máquinas fotográficas…. son las nuevas armas contra el profesorado, y han sustituido a la palabra soez, insultante, a la patada o al puñetazo.
Desde esas nuevas armas, se ridiculiza al profesor, se menoscaba su autoridad, y sirve de mofa y de escarnio.
Málaga es la segunda provincia andaluza con más denuncias, siendo al menos cuarenta los profesores andaluces que están en tratamiento psicológico, por esta última moda de acoso escolar, de alumnos entre 12 y 15 años.
Que, además, y tristemente, también los compañeros, más débiles de carácter, los más tímidos,…son ridiculizados y acosados, como una nueva forma de divertimento.
Y el profesor no puede defenderse, entre otras causas, porque no domina las nuevas tecnologías con la misma soltura con que lo hace el alumno.
Sólo conocí a un profesor que, cierto día, al entrar en clase, vio escrito en la pizarra: “El profesor de filosofía es un cabrón”.
Muy quedamente, muy estoicamente, tomó en sus manos el borrador y borró: “El profesor de filosofía es”. Mirando a los alumnos, muy solemnemente, dijo: “Alguno de Uds. ha dejado, en la pizarra, escrita su firma; le rogaría que la borrase”.
Las redes sociales, siempre a disposición de cualquiera, y a golpe de clic, son armas de doble filo. Son como los cuchillos, que pueden servir para cortar pan o para cortarte el dedo, si no estás ducho en su manejo, o para que te lo clave por la espalda el hijoputa asesino al que, como tenía la voz tan meliflua y mostraba un porte elegante y tenía tantos detalles… le has abierto la puerta para que entre.
La ingenuidad de creer que lo que no se ve y no se oye no existe es otra muestra de la inmadurez del alumno adolescente.
¡He ahí el peligro!
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