Siempre amigo de la ciencia y compañero de la conciencia he sido y soy enemigo acérrimo y enconado de los hijoputas que usan y abusan del desconocimiento y de la ignorancia de muchos para vaciarles los bolsillos alimentando y engordando sus Cuentas Corrientes.
Me refiero a toda una galería de personajes (no quiero llamarlos personas).
- Los pseudomédicos que recetan placebos para curar, curándose los pacientes por sí mismos, sin saberlo, pero tras haber pagado previamente.
- Los gurús espirituales, con gesto de gilipollas, que prometen felicidad, canalizando las energías positivas, contrarrestando las negativas.
- Los negacionistas de la Historia, esos que afirman que “si la realidad no está conforme con mis esquemas mentales, ¡peor para ella¡”.
- Los creacionistas modernos que, bajo el ropaje multicolor de “diseño inteligente”, intentan llevarnos, de nuevo, a las cavernas.
- Los ufólogos, que sufren de alucinaciones o son ilusos ópticos, y quieren inscribirnos en la lista de los ciegos guiados por el auténtico ciego.
- Los telépatas, lectores del pensamiento ajeno y carteros de intenciones de incautos pagando, previamente, los correos certificados.
- Los terapeutas alternativos u homeópatas, que dicen saber de atajos para la meta, huyendo, siempre, del camino seguro de la ciencia.
- Los fundamentalistas ambientales, que son capaces de parar a los bomberos por respetar el desfile de la procesionaria del pino.
- Los gurús de la autoayuda, que están creciendo como hongos, y cuyos consejos y recetas, cobrados, ya los lleva cada uno en su mochila.
- Los periodistas de misterios, habladores de lo desconocido que se le manifiesta (sólo a ellos) evidentemente y lo expresan crípticamente.
- Los vendedores de aguas milagrosas, en competencia con Lourdes y otras fuentes milagrosas, rejuvenecedoras, curativas, antioxidantes,…
- Los que dicen haber descubierto el gen de la longevidad y te lo venden entubado, a precios astronómicos.
- Los futurólogos, que se presentan como conocedores de lo desconocido e incognoscible, porque no ha existido, el futuro.
- Los abducidos alienígenas, que tras un cautiverio, han vuelto a la tierra y nos traen mensajes de aviso y preparación.
- Los psíquicos, renegados de la materia real y embajadores de materia astral y fuerzas internas ocultas que nos prometen vida plena.
- Los telepredicadores de toda laya, que igual te venden mensajes divinos que agua imantada o pulseras de silicona que …¡cualquier cosa¡
- L@s echador@s de cartas, que deberían ser enviad@s certificad@s a la cárcel de papel, condenad@s a cadena perpetua.
- L@s que leen la bola de cristal, analfabet@s opac@s, caraduras de cemento y mente de vacaciones continuas.
- Los meigos (¡ignorante de mí, que creía que sólo había meigas¡) a los que, con sólo verle la cara, me da pena, risa, lástima, y no sé cuántas cosas más
Para todos ellos, y muchos más, de laya parecida, mi indiferencia y mi desprecio
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