Son muchos millones de personas las que sólo saben de Dios
lo que ellos les han dicho. Un Dios padre, pero también juez; un Dios trascendente pero también inmanente,
instalado y observando la conciencia moral y dispuesto a castigar “hasta la
tercera generación”.
“¿Quién pecó, él o sus padres?” – le preguntaron a Jesús
ante la presencia de un tullido.
Declararse ateo de este Dios no es infrecuente, pero eso no
es declararse “ateo” total, sino parcial, sólo de ese Dios concreto.
Sí es posible, en cambio, declararse “agnóstico” total, de
ese y de todos los demás dioses.
Toda persona que razone seriamente, todo filósofo
consecuente, con conocimiento de causa y de argumentos, podrían dar razones de
su agnosticismo.
Bien porque el Objeto/Sujeto a conocer excede la capacidad humana
de conocimiento, bien por la limitada capacidad humana de conocer.
Bien porque no podemos “llegar a”, bien porque se encuentra
“más allá de”.
Sólo confesándose agnóstico se puede ser creyente.
Sólo se puede “creer en” (y dar el salto) cuando se es consciente
de que no se puede llegar a “saber qué”.
Nuestra miopía cultural nos lleva, incluso, a identificar
“catolicismo” con “cristianismo”, qué decir de las otras concepciones de Dios
y/o de la divinidad.
Declararse agnóstico de este Dios, encarnado en un hombre,
nacido de una virgen, engendrado por Dios (pues es “Hijo de Dios), que es
crucificado (siendo Dios), muerto (siendo inmortal) y sepultado (siendo
inmaterial)…sería la salida correcta.
¿Después y desde aquí? Bien dar el salto al “creer”, bien mantenerse
en el plano meramente humano y terreno.
Es normal que quien no ha conocido a su madre, que no ha
mamado de ella, que no ha recibido besos, caricias, abrazos,… no crea en la
maternidad, pero no puede, lógicamente, llevarlo a concluir que no existe.
Decir que NO existe algo desconocido lo considero ilógico.
Aunque tenga la carga de la prueba el que diga que SÍ, a no
ser que diga que “no lo sé, sólo lo creo y soy feliz”.
Al tiempo que otros dirán que “no lo saben, no lo creen y
también son felices”.
Es de lo que se trata, de “ser felices”, no argumentando sin
argumentos ni considerar infantiles a los creyentes.
" La Experiencia religiosa es muy fuerte, por eso puede ser maravillosa o puede ser tremenda."
ResponderEliminarEn esta frase se resume el artículo. Enhorabuena por estas reflexiones.
Enhorabuena por tu frase-resumen, maestro de tantas cosas
Eliminar