Nadie puede poner en duda el entusiasmo, variado, y el
esfuerzo de Blas Infante por conseguir, para Andalucía, lo que estaban
consiguiendo otras Comunidades Históricas.
Eso es indudable.
Mis dudas llegan después.
¿Cuál habría sido el posicionamiento de los andaluces sobre
Blas Infante, para, tras saber lo que sabemos, proclamarlo Padre de la Patria
Andaluza?
Nadie debe negarle su andalucismo y su amor por “su”
Andalucía. Pero ¿hasta para proclamarlo Padre? (porque “padre” no hay más que
uno).
Creo que “el Padre de la Patria Andaluza” es “el Pueblo Andaluz” cuando nos tiramos a
la calle para conseguir una Autonomía de Primera (como Vascos y Catalanes), a
pesar del gobierno y en un referéndum histórico.
Pueblo Andaluz, ajeno, totalmente, al Islamismo.
Pueblo Andaluz semanasantero, cofradiero, romero, festivo,
desenfadado, tolerante, extrovertido, amante del jamón de pata negra y del buen
vino, del cante flamenco y juerguero (palabro)
!Tengo tantas dudas sobre el proclamado “Padre de la Patria Andaluza”¡
Lo que nunca comprendí es por qué Blas Infante se adhirió,
con entusiasmo, a la 2ª república. ¿Protestó, alguna vez, por la quema de
iglesias católicas? NO. ¿Habría
respetado la República a las mezquitas más que a las iglesias? ¿Habría tratado la
República a los Imanes mejor que a los curas? No lo creo.
Hoy, que sabemos que las relaciones internacionales y las
“misiones universales” son competencias sólo del Estado, y no de las
comunidades autónomas, ¿qué diría/que haría Blas Infante, a pesar de la letra
del himno de Andalucía?
Cuando, poco antes de la guerra civil, proclamó: “Andalucía
es la esencia de España” ¿qué querría decir?, Me lo pregunto, también yo, ¿Cuál
es la esencia de Andalucía? ¿Lo que dicen de nosotros, andaluces, los no
andaluces y las leyendas urbanas que circulan por ahí?
El 18 de Febrero de 2.007 se aprueba, en Referéndum, el proyecto de Reforma del Estatuto de Autonomía para
Andalucía, en el que se proclama a Blas Infante como Padre de la Patria Andaluza.
Fueron llamados a votar: 6. 045.560 ciudadanos andaluces
Se abstuvieron: 3.852.067 (el 63,72%)
Votaron: 2.193.493 (36, 28%)
Votos válidos: 2.172.531
Votos nulos (por varias razones): 20.966.
Votaron SÍ: 1.899. 860. (87,45%)
Votaron NO: 206. 001 (9,48%)
Votos en blanco: 66. 670 (3,07 %)
Sólo 1 de cada 3 andaluces (el 31,72%) votaron SÍ.
¿Y si los andaluces hubieran sabido lo de la conversión al
Islam, de Blas Infante, habría cambiado,
al menos algo, el resultado?
Llamemos a “Régimen teocrático” (P) y a “régimen democrático” (Q).
P y Q son dos conceptos contradictorios. Es decir, que se
excluyen mutuamente.
Si está presente A à no B y si está
presente B à
no A.
No sé de ningún régimen teocrático islamista que, ahora
mismo, sea una auténtica democracia.
Por la sencilla razón de que si la Verdad, la Bondad, la
Justicia, la Ley, la Moral,….Todos los Valores vienen de Dios, y son las que,
realmente, valen, no pueden provenir de los hombres.
En las auténticas democracias las leyes no provienen de la
naturaleza (leyes naturales) ni de Dios (leyes divinas). Las leyes humanas son
ajenas a la naturaleza, al ser relativas, modificables, abolibles,… y ajenas a
Dios (Verdad, Bondad, Perfección,… absolutas) al ser imperfectas y, siempre,
mejorables.
Las llamadas “repúblicas islámicas” basan, sin embargo, sus
leyes en el Corán, en Alá, en Dios.
Y si, en democracia, un contrato matrimonial ha sido, hasta
ayer mismo, entre varón y mujer (iguales, no desiguales, aunque distintos, no
idénticos) y, desde ayer mismo, entre dos personas, aunque sean del mismo sexo
(matrimonios “homo (igual)-sexuales (sexo), en una república islámica un varón
podrá casarse hasta con cuatro mujeres (porque así lo dice el Corán) y
ahorcarán a los homo-sexuales (porque así lo dice el Corán).
En las democracias occidentales el fundamento último de las
leyes descansa en la voluntad de los hombres.
¿Puede, pues, una nación islámica, ser una auténtica
democracia?
La sociedad no puede/no debe ser gobernada por una autoridad
religiosa (por ser religiosa), ni siquiera por una autoridad aristocrática sino
por la autoridad que el pueblo determine.
Una auténtica democracia debe ser laica, o, al menos,
aconfesional (como la nuestra).
No sólo las leyes, también los comportamientos éticos,
también la cultura. No prohibiendo las manifestaciones religiosas, pero tampoco
inmiscuyéndose en ellas, siendo ajenos a ellas, dando libertad a quienes…
En las auténticas democracias “se ha humanizado lo divino”.
En las democracias islámicas, por el contrario, siguen “divinizando lo humano”
Las democracias tienen que ser sólo humanas, no pueden ser
divinas, no serían democracias auténticas, al estar Dios no sólo por medio,
sino en todas partes (en la calle, en la escuela, en la familia, en los medios
de comunicación, en la práctica diarias,…).
Si algo no es Dios, es demócrata.
Para los no demócratas, nuestras democracias occidentales
son la manifestación de la degradación humana, de la familia, de las
costumbres, de…..y desatan la oposición y el desencanto, mientras para los
demócratas son la mejor forma de gobernarse, aunque manifiestamente mejorable.
Hemos sustituido el primitivo edificio religioso, en el que
sólo cabían los creyentes, en el descampado en el que, entre todos, vamos
construyendo el nuevo edificio, en el que cabemos todos, ciudadanos, creyentes
o no creyentes.
Si antes debía entregarse la vida por Dios, al ser Él el
dueño y los hombres tan solo administradores, hoy también se puede entregar la
vida por la libertad, por la no opresión, por la justicia,..(dioses laicos),
dejándose la piel en el tercer y cuarto mundo, y sólo por solidaridad, por
humanitarismo, no buscando la salvación eterna por unas buenas obras.
Hacer lo que debe hacerse, ajenos a todos los dioses y
pensando sólo en los hombres.
Siendo yo el dueño de mi propia vida puedo entregarla por
ideales humanos, con valor superior a la propia vida.
El hombre demócrata sigue apostando por lo trascendental,
pero, en este caso, es una “trascendencia horizontal”, ya no “vertical”, como
ocurre en cualquier “democracia o república islámica”
Después de Nietzsche no se puede ni pensar ni vivir como
antes de Nietzsche.
Morir por el hombre “se puede”. Morir por Dios “no se debe”
(a no ser que….), porque “Dios ha muerto, o mejor, entre todos lo hemos asesinado,….”
(véase en www.tomasmorales.es “Dios
ha muerto”)
La democracia no puede imponerse, debe ser deseada. La
religión no sólo te invita a estar dentro, te exige, además, su propagación.
Así fue durante gran parte de la historia con la religión cristiana. Algo
inaudito, hoy día.
Sin embargo, aún hoy, y con nuevos métodos (desde
terroristas a incremento poblacional de la inmigración) la expansión del Islam es un precepto
religioso.
Si algún andaluz lo tiene claro/clarísimo, lo de Blas-Ahmad
Infante, mi Enhorabuena y que me lo explique.
Ese andaluz no soy yo.
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