Cuando el ruido de los grillos logra acallar los argumentos
de la razón ¡por mal camino vamos¡
¿A alguien le ha pillado de improviso, desprevenido, (¿no lo
esperaba?) el último informe de que los alumnos españoles están casi a la cola
en Ciencias, en Matemática y en comprensión de la lectura de textos?
Y, sin estos instrumentos o con instrumentos tan averiados
¿puede haber Democracia?
Tendremos una democracia formal pero no una sociedad de
ciudadanos libres.
Si el Sr. Ministro Wert quiere implantar la 7ª reforma
educativa, en nuestra joven democracia, es que las seis anteriores han
fracasado.
¿Se puede ser libre sin el dominio de esos tres instrumentos
de crítica? Entonces, ¿la democracia….?
Son carne de cañón, por su desnudez cultural y por su
credulidad, fácilmente captables, con seguimiento borreguil, ante cualquier
mago de la palabra, cualquier sofista, cualquier listillo de turno de guardia.
Con esas mimbres no puede sostenerse una Democracia real.
Y no es que falle la escuela, que es sólo la punta del
iceberg (el 10%), sino que falla la sociedad, la vida pública (el 90%), estando
a la cabeza la clase política.
No sólo es la corrupción que nos invade por doquier (que
también) sino que es la incultura que nos anega el alimento diario de tantísima
gente.
Si hasta el Presidente del Tribunal Supremo, si el
exdirector del FMI, si el expresidentes de la Confederación de Empresarios, que
deberían dar ejemplo y ser ejemplares han estado…
¿Cómo van a ir los ciudadanos corrientes y molientes que ya
declaran que defraudar a pequeña escala, no pidiendo factura, para no tener que
pagar el IVA es, casi, una técnica de mera supervivencia?
Si esto es lo que se respira en la calle ¿qué tipo de
escuela puede haber en una sociedad así?
Escuchar hablar a los políticos en la TV, endiosando lo suyo
y a los suyos (sea lo que sea) y. para ello, despellejando a los otros (digan
lo que digan y hagan lo que hagan) es un síntoma de la enfermedad democrática.
Sea cual sea el color político de cualquier partido esa es
la normalidad.
Cuando hasta los más ilustres tertulianos se creen que
cuanto más alto griten y cuanto más tiempo ocupen más razón van a tener…. ¿qué
puede esperarse?
¿Qué tendrá que ver este estilo tertuliano (de jaula de
grillos) con el espíritu crítico, sosegado, meditado, argumental, manteniendo
el tono de voz?
Que sea la razón argumental y no el altavoz (la voz alta)
quien se defienda en buena lid.
Cuando el maestro intente educar, inculcando valores, para
que, a continuación, el alumno salga a la calle y se encuentre con que en la
vida pública, en la sociedad….
¿Habrá que “educar PARA la sociedad” o “CONTRA la
sociedad”?, ¿PARA la realidad o para la utopía?
Si, además, nuestros estudiantes “no comprenden lo que leen”
se aburrirán al leer y dejarán de hacerlo. Y si, además, “no razonan”
(Matemáticas). ¿Cuál puede ser el resultado: Ciudadanos o Súbditos?
¿Cómo se resuelve un problema matemático, gritando o
decidiendo qué paso debe ser el primero y, luego, el segundo… hasta llegar a la
conclusión, sabiendo que puedes dar un paso equivocado y todo lo demás ya no
vale?
Yo siempre fui un defensor del latín, no por añoranza, sino
por su capacidad de ejercitar una gimnasia intelectual (ese “acusativo” que
puede ser objeto directo de un verbo en activa, pero que, también, puede ser
sujeto de un verbo en infinitivo; además del hipérbaton o alteración del orden
natural o gramatical de las palabras: “para calcetines vendo de lana
caballero”)
¿Y qué decir de la lectura sosegada, reposada, tranquila, disfrutada?
¿Puede ejercerse en un mundo de la comunicación instantánea, de mensajes, de
twitter, de Facebook, de…. de….?
No da tiempo a pensar, se responde con lo primero que llegue
a la cabeza, sin el aplazamiento, necesario, de la respuesta.
No dominamos las máquinas. Son ellas las que nos tienen
tomados y somos rehenes de tanto y tan buen material didáctico, pero que no nos
deja tiempo para pensar, reflexivamente.
¿Democracia sana o aluminosis humana?
Y el Sr. Ministro Wert contra la tradición humanista e
ilustrada, ordenando su Reforma Educativa a que los alumnos se incorporen,
pronto, al mundo del trabajo (naturalmente de segundo o tercer grado)
Además de que no hace falta que nadie te avale ante mí, porque tengo constancia de tu bien saber y entender, debes tener razón en lo que hablas en tu artículo - que la tienes - pporque casualmente ayer escuché en la radio a un colega tuyo, conocido porque ha halbado en varias ocasiones, aunque mi "alemán" particular no me deja recordar su apellido, y o bien él te ha copiado o tu lo has copiado a él. O los dos habeis estudiado los mismos libros - como nos decían en el pueblo cuando eramos pequeños -, porque es como si os hubieran dictado algunos puntos determinados, precisamente los más importantes de vuestras disertaciones.
ResponderEliminarYa sabes, que yo prefiero pensar que ese otro te ha copiado.
Un abrazo y feliz año 2013, si es que es posible.
Mi artículo está montado sobre una reflexión de un filósofo español, aparecida en El País.
ResponderEliminarEs el profesor Rafael Argullol, por el que siento admiración y con el que coincido en mucho.
Él ha sido primero. Yo he ido detrás.
Generalmente un artículo se monta con varios ingredientes: lo que viene de fuera, lo que uno se imagina, lo que uno tiene en su memoria, lo que ya ha dicho antes, lo que.... Lo mete en una cocktelera, lo agita y sale algo parecido a lo que antes se ha dicho pero, también, algo distinto.
Me maravilla ver, ahí fuera, verdades que uno tiene aquí dentro, pero que te las manifiesta.