sábado, 15 de diciembre de 2012

EL PRÓXIMO FIN DEL MUNDO.


 
Ante la desilusión de que “el fin del mundo” parece no saber aritmética, y el 12 del 12 del 12 “no pasó ná” y con la convicción de que los sabios  mayas estuvieran  un poco bebidos y en vez de escribir “21” escribieran “12” en los primeros dígitos, con tiempo de antelación, esta mañana, sábado, día 15 de Diciembre, he ido, a primera hora, a las 9,15, y he venido de Mercadona, con botella de Larios y litronas de Coca cola y de Schweppes. Preparándome para el nuevo y último (¿) fin del mundo, según la profecía maya, del día 21.

Ese día estaré en la terraza, sillón de Ikea, esperando ser abducido por una nave nodriza, llena de marcianas (no me gustan los marcianos) o caer fulminado por las trompetas del Apocalipsis. Pero me encontrará alternando cubatas con gintonics. Abducido o fulminado o borracho “perdío” y “jodío” de frío (espero que no llueva, que es malo para el reuma).

Y más, aún, cuando el Observatorio Astronómico de no sé donde ha asegurado que:

“AL CAER LA TARDE DEL DÍA 21 DE DICIEMBRE, ACONTECERÁ QUE LA TIERRA QUEDARÁ ENVUELTA EN UNA OSCURIDAD CRECIENTE SEGÚN VAYA PASANDO EL TIEMPO. Pero no debe cundir el pánico en la población. ESTARÁ ENTRANDO LA NOCHE (como todos los días).

P.D.1.- ¿Y si es la hora de Canarias? Pues estaré una hora más, “dale que te pego” levantando el codo.

P.D. 2.- ¿Y si no  es la hora por el meridiano de Greenwich y es por otro meridiano?  ¡Joer¡ esto sí que ya no tiene solución. Pulmonía y coma etílico.

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