Son tres planos distintos.
Una cosa es que una actuación sea poco ética y otra distinta
es que sea legal, porque si es ilegal, además de ser pecado (si se es religioso) y pagadero en la otra vida (si es que
hay otra vida y en ella hay que pagarlo) es un delito, punible y pagadero aquí abajo.
“Obrar en conciencia” es algo moral, pero puede ser ilegal
si está prohibido u ordenado por la ley.
Acatar la ley es lo legal, pero ¿y si lo que la ley ordena o
prohíbe está contra mi conciencia?, ¿qué hago?, ¿soy, actúo legalmente o
moralmente?
¿Cómo se financian los partidos políticos?, por ejemplo.
¿Cómo crees tú que obrará un político: según su conciencia
moral o según órdenes del partido?
Ser y considerarse “ciudadano” conlleva la obediencia a las
leyes, ser “ético”, sin embargo, no siempre.
El poder siempre invita a un exceso de legalidad y debe ser
controlado y “parado” de sus posibles/seguros excesos.
Hay, también, dos tipos de “moralidad”: privada y pública.
La moralidad privada es de cada cual. ¡Allá él con su
moralidad y su conciencia: laxa o estricta¡
Pero la moralidad pública concierne a todos los demás, atañe
a la justicia o injusticia manifiesta.
Cuando un político ha sido considerado culpable y su
actuación ha sido un delito y, entonces, dimite ¿por qué se le aplaude su
gesto?, ¿es que es un mérito? (ahora mismo, el diputado del P.P. por Navarra,
Santiago Cervera).
Considerar admirable un comportamiento honrado es una señal
de deshonestidad general. Si se lo considera mérito es porque está dándose por
supuesto que lo deshonesto abunda.
“Inmoral” es “obrar mal”. Pero ¿y los que lo saben y callan,
incluso exculpan, justifican, incluso aplauden?
Tapar la injusticia o no destaparla, ocultando pruebas, es
apostar porque la injusticia reine.
Todo político corruptor, para serlo, implica corruptos,
presuntamente inocentes hasta que se demuestre lo contrario, pero también el
corifeo de encubridores y exculpadores.
Pero estos tres tipos de personajes (corruptor, corrupto y justificador)
no sólo florecen en la esfera pública, sino que en la sociedad civil abundan
como la mala hierba. Imaginaos cuántos antes de, mientras y después de la
burbuja inmobiliaria. Y no sólo constructores, ¿qué decir de los financieros?
Cuando algo sale a la luz es que ya existía pero antes
estaba en la sombra, propia y ajena.
¿Todos los medios de comunicación, siempre y en cualquier
circunstancia, son de conducta intachable? Ellos son los que airean ciertas
cosas, pero no todas, y menos las suyas. Serán otros medios los que le dejen el
culo al aire.
¿Está su intención guiada porque se restablezca la verdad o
porque defiende y remite a intereses particulares?
Si tuviéramos que cuantificar la inmoralidad ¿cuál sería
mayor?, ¿la del particular, que llena su bolsillo o la del partido, que recibe,
callado, la corruptela y llena sus arcas?
Ya no es que se ensucie un político, es que es el sistema el
que sale manchado.
Surge así, en la ciudadanía, el asco y el incremento de su
prejuicio de “todos son iguales”, “así ha sido siempre y lo seguirá siendo”,
“esto no tiene arreglo”, “la jodienda no tiene enmienda”… y cosas por el
estilo.
¿Y, entonces?:
1.- La diabólica tentación de meterse en política para poder
coger la parte del pastel que cree corresponderle.
2.- Desinteresarse de lo público y preocuparse sólo de lo
propio y familiar.
3.- Protestar, de múltiples maneras, y clamar que “se vayan
todos a la mierda”.
4.- Añorar a un salvador pasado o reclamar uno para el
presente.
¿Es que, acaso, la sociedad civil es idílica y el Estado un
Leviatán?
¿No es, por el contrario, el inestable equilibrio social el
resultado de los intereses egoístas y de los desequilibrios particulares que
todos intentan incrementar?
¿Y la Teoría de que “el mercado reequilibra”?
Es desde el Estado desde donde puede arreglarse (¿) la
sociedad.
Es desde una buena legislación y su cumplimiento,
restableciendo la moral pública, y no retirando, piedrecita a piedrecita, cada
uno, como se hace un camino, con ingeniero, trabajadores y palas excavadoras.
Lo otro, el nivel de la conciencia privada, sólo sirve para
eso, para acallar la conciencia moral y descansar porque “yo he puesto mi
granito de arena”
Es clorando el agua como puede evitarse las caries
particulares, no que cada uno, por su cuenta,……
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