Lo normal y lo anormal. La oveja negra en el rebaño blanco.
Un varón acaba de asesinar a su pareja y cada uno de los
vecinos, interrogados, responden: “No me lo creo. Parecía una persona muy
normal”.
¿Qué es eso de “normal”?.
Pues como tú, normal, o como yo, normal. Es decir como,
estadísticamente, la gran mayoría.
¿Cómo describirías a fulano?.. “Como una persona normal”, es
decir, del montón, uno más, sin destacar en nada, casi como intercambiable.
Como si, describir por lo común a todos, fuera una buena
definición de una persona.
¿Es lo más propio de cada uno, lo que lo identifica como
tal, lo que vale, igualmente, para casi todos?
En sentido sociológico “normal” es la afirmación de “nada
extraordinario, nada raro, nada extraño, nada extravagante”
El sociólogo describe con la regla estadística y describe
quienes sí y quienes no mean fuera del tiesto. Porque lo “normal” es mear
dentro de él.
Lo “normal es lo “ordinario”, lo que se ajusta a la media,
lo que no destaca por encima ni por debajo, lo no extra-ordinario.
El “normal” es el Vicente del adagio, el que va, piensa,
dice, hace,….lo que todo el mundo.
Incluso, decirle a alguien que no es “normal” puede
tomárselo como un insulto, porque él no hace, dice,…. lo que hacen los demás. Él es totalmente imprevisible.
Pero ¿estar en la media, ser mediocre, del montón, uno más,
“normal”,… es un valor?
Pero si sociológicamente eso es ser normal. ¿Qué es “normal”
médicamente o clínicamente?
-Doctor: ¿cómo tengo el colesterol malo, la presión arterial,
la glucemia,…?
Y tras unos análisis el doctor dictamina: “todo está
normal”.
¿Qué es lo normal? Lo que está entre unos límites, máximo y
mínimo, así considerados por las autoridades sanitarias.
“Normal”, entonces, equivale a “sano”. Y lo “anormal” es
“estar enfermo”, lo patológico.
¿Qué es “normal” en Política?: “el no extremista”, el que no
se ubica en los extremos, ni extrema derecha ni extrema izquierda.
¿Qué es “normal” en Moral? El que se ajusta al
comportamiento aprobado por la sociedad en que vive.
Mientras el sociólogo “describe” un hecho, dónde se ubica la
persona, el médico, el político y el moralista “prescriben” (cada uno a su
manera) qué hacer para estar sano, para ser ciudadano, para no ser delincuente
o pecador.
Lo que “es” y lo que “debe ser”, lo que “hay” y lo que “debe
haber”
Lo “normal” es lo bueno y lo “anormal” o extra-ordinario es
lo alejado del centro, lo orillado, lo no deseable por la mayoría.
Pero ¿eran Alejandro Magno, César, Jesús, Marx, Voltaire, Picasso,
Vicente Ferrer,…”normales”, del montón,….? ¿O eran “anormales”, orillados,…?.
Y es que hay dos tipos de anormalidad: por exceso, los que
sobre-salen de la media (todos los anteriores) y por defecto, los que no llegan
a la media (imbéciles, idiotas, bordelines, asesinos, maltratadores, pederastas…)
El “anormal” por exceso no se aviene ni se somete a las
“normas”, las rompe, las sobrepasa, son rebeldes. Estadísticamente pocos y mal
entendidos, no dignos de confianza para los del montón que los rodea.
¿Habrá algún político “anormal por exceso”? (Omito mi opinión de nuestros políticos para
no herir susceptibilidades. Pero ya me dirán Uds. si no es la confesión de
corruptos intentar firmar “un pacto para dejar de serlo”).
Porque el ciudadano “normal” es el ordinario, el que cumple
con todas las obligaciones legales. Si fuera más allá de lo legal, por exceso,
entraría en el ámbito de la moral (desde Los Ángeles de la Noche a las
distintas ONGs humanitarias) o de lo religioso (Caritas,….)
Lo “normal” sociológico (descriptivo) no es, pues, lo
“normal” sanitario ni moral.
Dice el filósofo Adorno: “La normalidad es la
enfermedad de nuestro siglo”.
¿Es la “mediocridad”, el no sobresalir por exceso, ser una
oveja blanca más, el no destacar,…un valor, un ideal?
“Todos los hombres somos iguales”
Y, de nuevo, confundimos la “Igualdad de Derechos” de todos
los ciudadanos con la “Igualdad de Capacidades”.
¿Qué tendrá que ver lo común a todos, como ciudadanos, con
lo privativo de cada uno, sus capacidades?
Todos debemos ser iguales. Que nadie sobresalga, sobre todo
por arriba. El lecho de Procusto, el fatídico catre igualador.
¡Guerra a la excelencia¡
Si vemos a qué límites de pobreza, de la mayoría, nos está
llevando la “competitividad” capitalista, productiva y mercantil, beneficiosa
para unos pocos, ¿también vamos a denigrar, a no permitir, el desarrollo
superior de las capacidades intelectuales y morales de las personas,
ajustándolas al catre de Procusto?
El rebaño, el querer ser admitido en el grupo, el ser
considerado por los demás como uno más, el no sobresalir, el negarse a ser la
oveja distinta y distante de la manada…
LA MEDIOCRIDAD.
Preferir “estar arropado” a “ser libre”.
Señalar con el dedo acusador al excelente, calificándolo de
“engreído”, “creído”, “prepotente”,…
Quien no quiere/no puede ascender por la escalera de la
excelencia, removiéndosela a quien intenta trepar por ella.
El acusador y resentido, el incapaz de admirar al superior.
En vez de modelo a imitar, rebajarlo al nivel de la
mediocridad.
El mísero que proclama la miseria general como norma, para
no tener que pasar por el trance de la comparación.
Que no se le ocurra al excelente mostrar su excelencia,
recibirá disparos desde el montón mayoritario de los mediocres.
El mediocre valorando la mediocridad y dictando normas para
que todos sean “normales”.
El mediocre no sólo como juez del excelente sino como
legislador para todos,
El conformismo como norma
Y que nadie exija al “normal, ordinario” nada extraordinario
El deber del hombre “normal” (de seguir siendo “normal”) versus el
deber moral del hombre (de ser mejor, de ser excelente)
El ideal del hombre “normal” es lo menos ideal que pensarse
se puede.
Si el hombre, comparado con los demás seres vivos”, es un
“ser anormal por exceso” parece que una vez establecida esa “anormalidad” como
“norma” ya no debe salirse, sino sólo mantenerse en ella
Si la excepción confirma la regla, el mediocre no quiere
reglas, sino “leyes”, para todos, sin excepción.
TODOS IGUALES. TODOS MEDIOCRES.
Piedad para el “anormal por defecto”, que no llega, pero
sospecha y crítica al “anormal por exceso”, al excelente...
Se impone la dictadura de “los más”, no de “los mejores”. Y
“como somos mayoría, lo queremos de Almería”. Y si el de Almería es ciego o
cegato se cumple el Evangelio: “cuando un ciego guía la manada….” Al precipicio social.
Y me llega a la mente la frase bíblica: "Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueres frío o caliente!. Pero, por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca" (Apocalipsis 3:15).
Y me llega a la mente la frase bíblica: "Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueres frío o caliente!. Pero, por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca" (Apocalipsis 3:15).
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