Porque, igual que hay una CRÍTICA NEGATIVA O
DESTRUCTIVA, hay otra CRÍTICA POSITIVA O
CONSTRUCTIVA.
Cuando un poeta, un novelista, un ensayista,…. publican una
obra, los días siguientes acuden a los medios de comunicación para leer, oír,
ver,… las críticas que los “entendidos” le hacen, sobre todo a su obra, aunque
también pudiera ser a él.
Cuando un pintor, un escultor,…. presentan una exposición de
su obra, total o parcial, hacen lo mismo.
Quieren saber qué opinión ha merecido su trabajo.
Se da por supuesto que un “crítico” es una persona formada,
con criterio, con conocimiento,… y que sabe lo que dice, porque su pensamiento
es un pensamiento razonado, su opinión es una opinión fundada.
Lo contrario del pensamiento vulgar o no crítico.
¿Qué valor puede tener lo que un ignorante, de algo, opine
sobre ese algo (sea poesía, pintura, ciencia, filosofía,…?
Dice el Diccionario de la R.A.E. que crítica es: “examen,
juicio razonado, lo que se expresa públicamente sobre un espectáculo, un libro,
una obra artística,…”
Criticar, pues, es discernir, analizar, clarificar,
dilucidar, echar luz, iluminar,….. para ver y hacer ver diciéndolo,
expresándolo.
Pero, en la crítica, no tiene por qué haber unanimidad,
porque uno puede ver y dar razones que otro no ve.
La misma película puede recibir críticas laudatorias, por
parte de unos, y ser censurada por otros. Porque el conocimiento es la suma de
dos sumandos: uno proviene del objeto (la película), el mismo para todos, pero
el otro sumando lo pone el sujeto, y éste es individual. De ahí que nunca haya
UNA crítica definitiva (aunque pueda serlo mayoritaria), para todos y en todo
tiempo y lugar.
Pero, además, la actividad de “criticar” supone la
existencia de un objeto, al que criticar.
Puede ser una Crítica de la ciencia, de las ideas, de la
moral, de la causalidad, de la religión, del arte, del conocimiento, del
relativismo, del dogmatismo, de la posibilidad de conocer a Dios, o al otro, o a
uno mismo, crítica de conocer la realidad, una crítica literaria, periodística,
social, cinematográfica, etc. … etc.
etc…
Crítica de lo empírico, de lo teórico, de lo teológico,…..
También crítica de la razón (pura, práctica, estética,) de
Kant.
El sofista Gorgias sentenciaba: 1.- “Nada existe”, 2.-
“Aunque existiera, sería incognoscible” y 3.- “Aunque EXISTIERA y fuera
COGNOSCIBLE, sería INCOMUNICABLE”. Tres amplias áreas de estudio razonado, de
crítica: 1.- El ser, la realidad, lo existente. 2.- El conocimiento, el saber,
y 3.- El lenguaje y el comportamiento, el deber ser ético y político.
Cosas, pensamientos, palabras, obras.
¿Qué razones da Gorgias para decir lo que dice?, ¿Cuál es su
crítica, su conocimiento razonado? Esa es Su Filosofía. Con la que tú o yo
podemos estar de acuerdo en todo, en al algo o en nada. Éstas serán nuestras
filosofías, nuestros conocimientos razonados.
¿Por qué son, para Gorgias, tres ámbitos aislados? ¿Lo son,
también, para ti o para mí? ¿Qué razones tenemos y damos para ello?
La Filosofía no sólo es, tiene que ser “crítica”, porque
tiene que estar abierta y pendiente de los descubrimientos y cambios
científicos, de las transformaciones políticas, de las innovaciones artísticas,
de las alteraciones económicas, de las evoluciones sociales, de los saltos
morales,…
Mientras la “Filosofía académica” (Kant) es la historia de
las respuestas razonadas que los distintos filósofos han ido urdiendo y dando desde
sus contextos (escuelas filosóficas) la “filosofía mundana” (Kant) es la
actual, la que hay que hacer sobre lo que nos rodea.
Mientras aquella sería “saber filosofía” (saber lo que los
filósofos dijeron, lo que dijeron y por qué lo dijeron, una Historia de la
Filosofía), ésta es “filosofar”, una actividad racional sobre lo que hay y nos
atañe, a todos. “Todo hombre es Filósofo”
Decía Gramsci: “Puedo imaginarme que haya geómetras, pero
que no todos lo sean. Puedo imaginarme que haya entomólogos, pero que no todos
lo sean…… pero lo que no puedo imaginarme es que haya uno que no sea filósofo,
porque “filosofar es razonar”….
Filosofar es intentar salir bien parado de la situación,
siempre mejorable, en la que cada uno se encuentra.
Filosofar es razonar a toda costa, levantándole la falda, si
fuera necesario, a tanto sofista suelto, dejándolo con sus vergüenzas al aire,
sus falacias o sus endebles razonamientos.
Porque eso es la verdad, “Aletheia”, des-cubrimiento,
des-tapamiento, manifestación de lo que estaba oculto, enterrado, tapado,
cubierto.
La filosofía es un quehacer, “un qué hacer con las cosas”
(Ortega).
José Antonio Marina afirma que “la filosofía debería ser
considerada un servicio público” (por tanto subvencionada)
Husserl ya había sentenciado que “el filósofo es un
funcionario de la humanidad”.
¿Por qué, pues, ese desdén, esa rebaja, a nivel de mera
opción, de la Filosofía en el curriculum de la Enseñanza Secundaría, en el
Proyecto de Ley Educativa del Sr. Ministro Wert?
Sócrates filosofaba en el ágora, en la plaza, lugar de
reunión y centro político de la polis, hoy el ágora es el “mundo” y las calles
por las que se transita son las redes sociales, en las que chocamos, nos
encontramos, dialogamos, discutimos, estamos de acuerdo o en desacuerdo, con
los otros, con muchos otros.
Y podemos hacerlo sobre la verdad y sobre el error, sobre la
justicia y sobre la injusticia, sobre la honradez y sobre la corrupción,….
Porque tan verdad es el teorema de Pitágoras como los campos
de exterminio, la ley de la gravitación como el fanatismo religioso, la teoría
de la relatividad como el atentado de Atocha.
La verdad es multicolor.
Quien me conoce sabe de mi No a una verdad absoluta, suelta,
independiente, ahí, sin contexto en el que se enmarque.
Siempre he sido, soy y seré, relativista. Lo que no quiere
decir que “todo sea igual de relativo”, que “todo valga igual”, porque dinero
son 4 euros y dinero son 400, y uno es más dinero que el otro.
No es igual una probabilidad del 80% que otra del 23%.
La múltiple realidad se mueve entre el 100% de la Verdad
Absoluta (las Tautologías Lógicas o las Definiciones) y el 0% de la Falsedad
Absoluta (las Contradicciones Lógicas). Pero estos absolutos son de las ideas,
lógicas y/o matemáticas, desde “el triángulo tiene tres ángulos” hasta “el
triángulo tiene 8 ángulos”.
Pero vivimos en un mundo en que, testigos del avance en
proporción geométrica de las Ciencias y de la Tecnología, que nos ha entrado la
obsesión de que todo el terreno de lo
cognoscible se lo reparten entre ellas, la Teoría Científica y su manifestación
Tecnológica y nada puede escapar a sus garras, quedando todo lo demás en
penumbra o en nada, en pura ficción.
Da la impresión de que la realidad ha sido troceada y cada
trozo se ha convertido en cotos privados en los que sólo pueden cazar los de
carnet científico autorizado.
Nadie que no sea científico tiene permiso de caza de verdad,
ésta ya está asignada, repartida.
A lo que no es científico no merece dedicarle ni tiempo ni
dinero, como si Dios y el más allá (para muchos) y la justicia (para todos,
incluidos los científicos) y el amor (para todo el mundo normal y sano) al no
ser “objetos científicos” ni reducibles a ellos, tuvieran que ser abandonados,
esquinados,…
La ola científico-tecnológica actual ha firmado demasiado
pronto la muerte de nuestro Padre Griego.
Hay Ciencias, pero también hay Religiones, e Ideologías
(liberalismo, socialismo, nacionalismo,…)… todos interesados en arrimar el
ascua a su sardina o el agua a su molino. Cada uno considerándose ser los
mejores intérpretes de la realidad, lacerando, al mismo tiempo, a los otros.
Pero nunca la filosofía caerá en esta trampa.
Nada hay más ajeno a la filosofía que el dogmatismo.
Saber que nunca se sabe lo suficientemente bien de todo es
afirmar la apertura constante a la rectificación, a la matización, al cambio.
Las verdades científicas se consideran clausuradas en sus
cotos privados. Pero entre coto y coto, nunca totalmente ajustados, siempre
quedan aperturas, resquicios, por las que se cuela la Razón Filosófica.
¿Qué hay de común en lo diverso y de diverso en lo común?
Nunca será objeto científico, pero sí filosófico.
La filosofía no es una ciencia, porque es libre de meterse
en todos los charcos, de meterse en todos los cotos privados, no para cazar
piezas científicas, sino para mostrar sus debilidades. La Filosofía se
considera autorizada para entrar en todos los cotos (Filosofía de Biología,
Filosofía de la Física, Filosofía de la Sociedad,….) para detectar desajustes,
para coser descosidos, para mejorar lo bueno, para optimizar lo mejor. Por eso
el filósofo debe sentirse mojado, porque debe mojarse, ser valiente, no
arredrarse
Poco o nada tiene que ver la Ciencia (conocimiento teórico)
con la Sabiduría (“sapientia”) (prudencia práctica, moral y política).
Aumentar el repertorio de verdades, llenar las estanterías de
descubrimientos científicos poco tiene que ver con la felicidad (objeto
primordial de la Filosofía).
La filosofía como saber de salvación, desde un marxismo
revolucionario y salvífico de la clase trabajadora capaz de crear en la tierra
un paraíso, hasta la filosofía como compromiso existencial con labrarse su
propio destino, que no está escrito en parte alguna o la filosofía como
liberadora de las cadenas de los calambres mentales producidos por las trampas
del lenguaje
Mientras la Ciencia se plantea problemas concretos y
susceptibles de solución, la Filosofía se plantea problemas más radicales y de
difícil solución.
Vivimos en el suelo, pero bajo el suelo está el subsuelo y
sobre nuestras cabezas el supra-suelo o cielo (aire, atmósfera,…)
Desde la Geología y la Tectónica, hasta la Astronomía,
pasando por la Física, Química, Biología,…..Todo ello ha sido troceado y
acotado por las distintas ciencias.
Pero entre los cotos están las lindes, desde las cuales se
puede pasar a los cotos. Esa es la filosofía, pisando en la tierra y
desplazándose, buceando y sumergiéndose entre las grietas, intersticios,
volando sobre lo que haya por encima de nuestras cabezas (creencias o
ciencias),…intentado meter la cabeza en todas las áreas para “criticarlas”
¡Qué bien lo expresó B. Russell: “entre la tierra de la
Teología (creencia) y la de la Ciencia (conocimiento) está el “no man´s land”,
“la tierra de nadie”, lugar de la Filosofía, sin trozo propio que pisar, pero
pisándolo todo. Con licencia para….
Ya lo había afirmado otro filósofo: “nada humano me es
ajeno”. Y humano es el subsuelo, el suelo y el cielo.
LA FILOSOFÍA NO ES UNA CIENCIA.
¡Bendito sea Dios¡
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