lunes, 21 de agosto de 2017

CINTURÓN DE CASTIDAD


EL CINTURÓN  DE CASTIDAD.

La imagen del caballero medieval que parte a las cruzadas y deja atrás a su damisela protegida por un cinturón de castidad es, casi seguro, sólo una mentira histórica y un mito surgido en el siglo XVIII para ejemplificar el oscurantismo de esa época.

No hay mejor táctica para arremeter y denigrar a una época pasada como que una época posterior magnifique sus prejuicios.

En la exposición celebrada en Budapest, sólo para mayores de 16 años, se expusieron veinte ejemplos de estos cinturones y otros materiales para explicar cómo nació este mito durante la Ilustración y cómo evolucionaron luego estos objetos.

Los visitantes se encontraron con unos brutales objetos de metal con candados y orificios protegidos por dientes de metal ante los que la primera pregunta que surge es como podían sobrevivir a ellos sus supuestas usuarias.

"El mito del cinturón de castidad surgió durante la Ilustración (como el “derecho de pernada”) para señalarse como una manifestación más de la oscura Edad Media".

Una leyenda falsa que no tenía techo y no hacía más que crecer.     

De hecho, hasta una época tan reciente como la década de 1990 se consideraba aún, como un hecho, que en la Edad Media y durante las distintas cruzadas se obligaba a la mujeres a usar esos aparatos para asegurar su fidelidad durante la ausencia de los esposos.
Estaba en juego la legitimidad de los hijos y la herencia del señor.

No sólo en la cultura popular, sino que también artículos científicos y los propios museos alimentaron un mito que choca contra el sentido común.

Sólo con observarlos queda claro que el uso de estos objetos causaría heridas, incluso mortales, por el contacto con el metal y que son incompatibles con la higiene personal, por lo que causarían infecciones.

Aparte de que los candados que los cierran pueden abrirse fácilmente, anulando su supuesta misión protectora.

A partir del 1.990 el interés de la ciencia se centró en determinar la época de fabricación de estos objetos, "algo que con un simple análisis de material se puede averiguar" y resultó que todos estos objetos eran falsificaciones del siglo XIX".

El mito del cinturón de castidad tiene también su origen en los textos de la Roma clásica que hablan de cintas, cinturones y cuerdas de castidad, o de Venus, que, según los investigadores actuales, no son más que símbolos y no descripciones de objetos reales.

"Son símbolos de la virginidad o castidad" y "si alguien se ponía el cinturón de castidad significaba que esa persona era inocente".

Un cinturón simbólico, pues, algo muy distinto a ver a tantos ateos con una cruz colgada al cuello, símbolo “desimbolizado” (palabro mío) y convertido en adorno, joya, poder,….o como el vestido blanco de la novia, símbolo de “pureza y virginidad” cuando se ha estado conviviendo, incluso tenido hijos…

La conclusión es que en la literatura medieval, incluso en autores de textos eróticos como Boccaccio o Rabelais, el cinturón de castidad aparece muy pocas veces y siempre con un claro sentido simbólico.

Pero lo que era un mito se convirtió en realidad siglos más tarde, cuando a finales del XIX la masturbación era vista como un pecado ante el que el cinturón era un remedio.

Hay constancia de que hasta los primeros años del siglo XX se presentaron varias patentes de diferentes cinturones de castidad, cuya misión era evitar que los jóvenes se masturbaran.

Estos cinturones "modernos", en los que el cuero sustituye al metal, también servían o pretendían servir para proteger a las mujeres de violaciones, en un momento en el que iban incorporándose a espacios que habían sido hasta entonces exclusivos de los varones, como las fábricas.


Un mito más que, a base repetirlo, lo convertimos en verdad de una época que no nos gusta.

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