lunes, 5 de mayo de 2014

8.- 18. A “¿PALABRA DE DIOS”?

                                    

         He oído tantas veces decir que los libros de la Biblia eran textos históricos, textos religiosos, textos proféticos, revelados por Dios, inspirados…que….

         Desde el primer curso de filosofía, y ya en ética, le insistía a mis alumnos qué campos semánticos, qué horizontes tan distintos, son el del SER, el del DEBER y el del PODER. No se puede dar el salto, de manera lógica, correcta, del SER al DEBER ser, pero sí al POER ser.

         Si algo ES es porque PUEDE ser, pero no porque algo SEA DEBE seguir siéndolo.

         Cuando mis alumnos me decían: “Siempre ha HABIDO ricos y pobres”, yo les respondía que del HECHO de que así haya SIDO siempre, y hasta hoy, no quiere decir, no se puede concluir, que DEBA seguir habiéndolos. Claro que si así ha SIDO es porque PODIA serlo, no que DEBA seguir siéndolo.

         Es el clásico adagio (¡perdón por el latinajo¡): “ab ESSE ad POSSE valet ilatio, sed ab POSSE ad ESSE non valet ilatio”.

         Que el Cristianismo ha influido mucho, muchísimo, a lo largo de más de 2000 años en la cultura occidental, nadie lo duda. A nivel social, a nivel político, a nivel moral, a nivel familiar, a nivel económico, a nivel artístico, literario, poético, bibliográfico, vital,…incluso lingüístico y semántico.

         Expresiones de uso corriente que tienen origen bíblico o cristiano:

-         Buenos días nos dé Dios.

-         Hasta mañana, si Dios quiere.

-         Dios le ampare.

-         Que Dios se lo pague.

-         ¡Por Dios¡

-         Vaya Ud. con Dios.

-         Esto es un paraíso/esto es un infierno.

-         Este hombre es un ángel/ este hombre es un demonio.

-         Andar hecho un Adán.

-         Efectuar la travesía del desierto.

-         Ser un Judas.

-         Venderse por un plato de lentejas.

-         Adorar el becerro de oro.

-         Parecer la torre de Babel.

-         Ser crucificado.

-         Ser un fariseo.

-         Tiempo de vacas flacas el que vivimos.

-         Volver al redil.

-         Apurar el cáliz.

-         Hacer las cosas como Dios manda.

-         Estaría de Dios.

-         Después de él, el diluvio.

-         ¡Por los clavos de Cristo¡.

-         Lo dejaron hecho un Cristo.

-         Colgarle a uno el sambenito.

-         ¡Esto va a misa¡.

-         Le compramos un moisés.

-         Tiempo de cocción: un credo.

-         Para más INRI…

-         Astuto como una serpiente.

-         Le ha venido Dios a ver.

-         Más sabio que Salomón.

-         Más incrédulo que Santo Tomás.

-         Más fuerte que Sansón.

-         Llora como una Magdalena.

-         Caerse del caballo.

-         Ser el benjamín de la familia.

-         Dejado de la mano de Dios.

-         No ser santo de su devoción.

-         Entonar el mea culpa.

-         (y, seguro, seguro, que Uds., lectores, pueden poner muchas más, y sería bueno que lo hicieran, enriqueceríamos la cultura, agrandaríamos el lenguaje).

         Son expresiones coloquiales que solemos usar más de una vez.

         Es un HECHO esa influencia del cristianismo. ¿DEBE seguir siéndolo hasta TENER que “meterlo” en la Constitución Europea?. Por supuesto que no.

         Es verdad que no se entiende la Historia del ARTE sin el Cristianismo. ¿Quiere eso decir que DEBE seguir influyendo?. NO. ¿Lo prohibimos?. NO. ¿Lo ponemos OBLIGATORIO?. NO. Demos libertad al Arte y que él se defienda, que triunfe o que fracase.

         La educación que nosotros recibimos (al menos yo) FUE la que FUE. La vida diaria estaba traspasada por la Religión. Desde que te levantabas hasta que te acostabas. Mientras eras soltero o estabas ya casado. Desde el descanso obligatorio, bajo pecado, los domingos y “fiestas de guardar”. Desde “confesar, de voz, al menos una vez al año, por Pascua Florida”, hasta los ritos del Bautismo, Confirmación, Matrimonio Extremaunción y Sepelio.

         Todo FUE así. Ya casi nada ES así, porque no TIENE que seguir siéndolo.

 

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