He oído tantas veces decir que los libros de la Biblia eran
textos históricos, textos religiosos, textos proféticos, revelados por Dios,
inspirados…que….
Desde el primer curso de filosofía, y ya en ética, le
insistía a mis alumnos qué campos semánticos, qué horizontes tan distintos, son
el del SER, el del DEBER y el del PODER. No se puede dar el salto, de manera
lógica, correcta, del SER al DEBER ser, pero sí al POER ser.
Si algo ES es porque PUEDE ser, pero no porque algo SEA DEBE
seguir siéndolo.
Cuando mis alumnos me decían: “Siempre ha HABIDO ricos y
pobres”, yo les respondía que del HECHO de que así haya SIDO siempre, y hasta
hoy, no quiere decir, no se puede concluir, que DEBA seguir habiéndolos. Claro
que si así ha SIDO es porque PODIA serlo, no que DEBA seguir siéndolo.
Es el clásico adagio (¡perdón por el latinajo¡): “ab ESSE ad
POSSE valet ilatio, sed ab POSSE ad ESSE non valet ilatio”.
Que el Cristianismo ha influido mucho, muchísimo, a lo largo
de más de 2000 años en la cultura occidental, nadie lo duda. A nivel social, a
nivel político, a nivel moral, a nivel familiar, a nivel económico, a nivel
artístico, literario, poético, bibliográfico, vital,…incluso lingüístico y
semántico.
Expresiones de uso corriente que tienen origen bíblico o
cristiano:
-
Buenos días nos
dé Dios.
-
Hasta mañana, si
Dios quiere.
-
Dios le ampare.
-
Que Dios se lo
pague.
-
¡Por Dios¡
-
Vaya Ud. con
Dios.
-
Esto es un
paraíso/esto es un infierno.
-
Este hombre es un
ángel/ este hombre es un demonio.
-
Andar hecho un Adán.
-
Efectuar la
travesía del desierto.
-
Ser un Judas.
-
Venderse por un
plato de lentejas.
-
Adorar el becerro
de oro.
-
Parecer la torre
de Babel.
-
Ser crucificado.
-
Ser un fariseo.
-
Tiempo de vacas
flacas el que vivimos.
-
Volver al redil.
-
Apurar el cáliz.
-
Hacer las cosas
como Dios manda.
-
Estaría de Dios.
-
Después de él, el
diluvio.
-
¡Por los clavos
de Cristo¡.
-
Lo dejaron hecho
un Cristo.
-
Colgarle a uno el
sambenito.
-
¡Esto va a misa¡.
-
Le compramos un
moisés.
-
Tiempo de
cocción: un credo.
-
Para más INRI…
-
Astuto como una
serpiente.
-
Le ha venido Dios
a ver.
-
Más sabio que
Salomón.
-
Más incrédulo que
Santo Tomás.
-
Más fuerte que
Sansón.
-
Llora como una
Magdalena.
-
Caerse del
caballo.
-
Ser el benjamín
de la familia.
-
Dejado de la mano
de Dios.
-
No ser santo de
su devoción.
-
Entonar el mea
culpa.
-
(y, seguro,
seguro, que Uds., lectores, pueden poner muchas más, y sería bueno que lo
hicieran, enriqueceríamos la cultura, agrandaríamos el lenguaje).
Son expresiones coloquiales que solemos usar más de una vez.
Es un HECHO esa influencia del cristianismo. ¿DEBE seguir
siéndolo hasta TENER que “meterlo” en la Constitución Europea?. Por supuesto
que no.
Es verdad que no se entiende la Historia del ARTE sin el
Cristianismo. ¿Quiere eso decir que DEBE seguir influyendo?. NO. ¿Lo
prohibimos?. NO. ¿Lo ponemos OBLIGATORIO?. NO. Demos libertad al Arte y que él
se defienda, que triunfe o que fracase.
La educación que nosotros recibimos (al menos yo) FUE la que
FUE. La vida diaria estaba traspasada por la Religión. Desde que te levantabas
hasta que te acostabas. Mientras eras soltero o estabas ya casado. Desde el
descanso obligatorio, bajo pecado, los domingos y “fiestas de guardar”. Desde
“confesar, de voz, al menos una vez al año, por Pascua Florida”, hasta los
ritos del Bautismo, Confirmación, Matrimonio Extremaunción y Sepelio.
Todo FUE así. Ya casi nada ES así, porque no TIENE que
seguir siéndolo.
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