Pero lo que no debe afectar
esta tesis es a la valoración de su filosofía.
También los pecadores no sólo
piensan sino que sus pensamientos no desmerecen ante los de los creyentes
puros.
Y así como el animal lucha,
instintivamente, no para ser feliz sino para conquistar el poder, así también
el hombre, animal a fin y al cabo, no camina hacia la felicidad sino hacia el
poder, hacia la acción, que, muchas veces no sólo no le proporciona felicidad
sino lo contrario, la infelicidad.
“Pereat mundus, fiat philosophia, fiat philosophus, fiam”.
Es la tesis de que es un
Genio, que pertenece a un tipo de seres cuya aparición en el devenir histórico
de la humanidad escasea, se da, casi, por casualidad y responde a necesidades
profundas de la especie.
Y ¿cómo puede interpretar un
no-genio los pensamientos de un genio?
“El genio del corazón” (un
texto precioso en Más allá del Bien y del Mal. ¿Qué es aristocrático?)
“La filosofía, tal como yo la
he entendido y vivido hasta ahora, es vida voluntaria en el hielo y en las
altas montañas, es búsqueda de todo lo problemático y extraño en el existir, de
todo lo proscrito hasta ahora por la moral…”
“Nos lanzamos hacia lo
prohibido: bajo este signo vencerá un día mi filosofía, pues hasta ahora lo
único que se ha prohibido siempre, por principio, ha sido la verdad”
“El error (creer en el ideal)
no es ceguera, el error es cobardía”…sólo los valientes pueden enfrentarse a él
y vencerlo, instituyendo el reino de la verdad.
“Toda conquista, todo paso
adelante en el conocimiento, es consecuencia del valor, de la dureza consigo
mismo…”
Él no filosofa a la antigua
usanza, con la razón, él vive la filosofía en sí misma y en sí mismo.
No es su filosofía racional,
algo externo, que no roza las esferas íntimas de su ser ni modifica
substancialmente sus vidas, sino que es una filosofía vivida o una vida
filosófica.
Crítica a los filósofos (“De
los doctos” y “De los sabios famosos”, en el Zaratustra)
“Durante demasiado tiempo mi
alma estuvo sentada hambrienta a su mesa; yo no estoy adiestrado en el conocer
como ellos, que lo consideran un cascar nueces…”
“Yo soy demasiado ardiente y estoy
demasiado quemado por pensamientos propios”.
Ellos, los filósofos, “se
parecen a los que se paran en la calle y miran boquiabiertos a la gente que
pasa: así aguardan también ellos y miran boquiabiertos a los pensamientos que
otros han pensado…son hábiles, tienen dedos expertos. De hilar, de anudar y de
tejer entienden sus dedos. Así hacen los calcetines del espíritu”.
No se trata de hacer
filosofía con otros o contra otros sino consigo mismo.
Filosofar no es una actividad
racional sino una pasión, no es un concepto, es una vivencia y ¿cómo traducir
eso al discurso? ¿Cómo encajonar el agua que fluye?
¡Qué bien lo caló Lou¡ “no es
un profesional de la filosofía, ni un académico más, ni un profesor de
Universidad corriente, ni mucho menos un “filósofo normal”, no es un erudito
clásico que repite las ideas de otro¡
La filosofía es un asunto
vital, la filosofía se confunde con la vida, filosofía viva y vivida o vida
filosóficamente vivida.
Siente aversión por los eruditos,
lo que no es de extrañar.
“El ejemplo debe ser dado por
la vida y no sólo por los libros, es decir, a la manera como enseñaban los
filósofos de Grecia. En el rostro, en la actitud, en la indumentaria, en la
alimentación, en las costumbres, más que en las palabras o en los libros”.
La filosofía es un asunto
personal, se vive, no se enseña.
Como dos de sus filósofos más
queridos, Empédocles y Heráclito, que “sufren” la filosofía, que hacen de ella un
“pathos” trágico, que los arrastra irremediablemente y a lo cual no pueden ni
oponerse, ni oponer nada.
“Yo no quiero conquistar a
nadie para la filosofía. Es necesario, y quizá también deseable, que el
filósofo sea una planta rara. Nada es más repugnante que la alabanza
catequizante de la filosofía, tal como hacen Séneca y Cicerón. La filosofía
tiene poco que ver con la virtud”
Lou dice de él: “Vivía una
idea mucho más que la pensaba, pero la vivía con una pasión tan vehemente, con
una entrega tan total de sí, que a través de ella se agotaba…”
“Él accedió a la filosofía no
por la puerta de las especulaciones metafísicas, sino por la de una concepción
profunda de la vida filosófica; y si quisiéramos definir la finalidad suprema
que su espíritu se ha forzado en alcanzar, a través de sus combates todos y
todas sus metamorfosis, nada mejor podríamos hacer que citar estas palabras
suyas: “Era la posibilidad de una nueva forma de la vida filosófica, más
elevada de cuantas se han descubierto hasta ahora”.
¡Qué bien lo conocía esta
bella e inteligente joven rusa!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario