2.- Si la Filosofía aspira a la
“verdad”, siempre un poco más allá de donde hemos llegado, la verdad como
horizonte y meta nunca alcanzada, somos tenaces caminantes que moriremos en el
camino y mientras se camina.
Si la Historia aspira a la
“exactitud”, a la comprobación a posteriori de que lo que se dice que fue así,
fue así, a la correspondencia entre lo que se dice que hubo y hubo.
Si la Teología es una
logomaquia en la que todo es posible “que un Dios eterno nazca de mujer y muera
crucificado”, que “sea uno y a la vez sean tres”, que “sea juez imparcial y
justo, fiscal acusador y defensor a la vez.
Si la Política es el arte sabio
de organizar la vida dentro de la polis, de la ciudad. Es el conjunto de
soluciones que la inteligencia inventa
para resolver los problemas planteados por la convivencia, problemas comunes a
todas las culturas.
¿Qué podemos decir de todas
ellas (Filosofía, Historia, Teología y Política) sino que son capítulos de una
novela incompleta en la que los personajes siempre son los mismos, aunque no
idénticos, sino distintos?
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