1.- “El sueño de la Razón ” (dormida) goyesca
consiste en imaginar un mundo en el que no se plantean dilemas irresolubles
porque, mientras la razón duerme la imaginación (la “loca de la casa”) se
desboca creando ese mundo imaginario en que los extremos se tocan, se
confunden, en el que se mezclan, y hablan, y discuten los vivos y los muertos,
en que te persigue ese toro que sólo desaparece cuando cesa el sueño y uno
vuelve a la realidad al encender el “on” de la conciencia.
En cambio, “el sueño de la Razón (despierta) kantiana”,
que consiste en cribarlo todo con el arel de la razón siendo ésta el filtro
obligatorio que sólo deja pasar “lo razonable” y dejando un mundo en el que
existan modos dignos de resolver los inevitables y siempre presentes conflictos.
¿Un mundo imaginario e irreal
en el que se sobrevuela por encima de los problemas o ese mundo real, a veces
trágico, a veces feliz, y en el que la
Razón tiene que ir ensayando “razones”, soluciones, a los
inevitables problemas que surgen en la vida diaria, en la sociedad en la que se
está, en la que se convive y se tiene que convivir?.
¿O dormido y feliz o despierto e intranquilo, con la inseguridad
corriendo por tus venas, siempre a la intemperie y siempre buscando cobijos?
¿Vivir en el ilusorio cobijo
o a la intemperie?
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