Lo
que sigue, a partir de aquí, son reflexiones que me he hecho en mi juventud,
que me las estoy haciendo en mi madurez y que , deseo ardientemente y espero,
seguir haciéndomelas cuando sea mayor. Estas reflexiones quiero compartirlas
con vosotros.
No quiero discutir sino dialogar. Discutir es querer IMPONER
TUS IDEAS sobre las del otro, sea amigo o adversario, pero nunca enemigo;
dialogar, en cambio, es EXPONER TUS IDEAS. Los latinos solían distinguir entre
“hostis” (hostil), adversario, opositor y “inimicus” (enemigo), lo contrario de amigo.
El mejor oponente, opositor o adversario es tu amigo, el que bien te quiere, el
que siempre estará dispuesto a salvarte, aún a costa de llevarte la contraria.
El enemigo siempre te considera un
“malquerido”, el enemigo “te quiere mal”. El amigo “te quiere bien”, es un
“bene-volente”, por eso, muchas veces te lleva la contraria, porque te quiere, (como
tú con tus hijos)
Discutir es una actitud tiránica, dictatorial. Dialogar es un
modo de ser democrático. Los que discuten se suben al pedestal,
alternativamente, miran desde arriba al otro, lo empequeñecen, si pueden lo
machacan, y, generalmente levantan mucho
la voz, gritan, confundiendo la altura de la voz con la solidez de las razones,
como si tuviera algo que ver el nivel del sonido con el peso de las
razones. El que dialoga está en tierra,
al mismo nivel que el adversario, nunca intentará callarlo, al revés, estará
deseando oírlo. El que dialoga expone sus ideas, las lanza a la arena, a la
plaza pública, y que ellas se defiendan. Si sus razones son más potentes que
las del adversario, saldrán triunfantes. Si las del adversario pueden más, son más fuertes, bendito sea
Dios, también he ganado, porque alguien me ha proporcionado una verdad que no
tenía o con más fuerza que la que tenía la mía. Las ideas también evolucionan y
las mejores sobreviven, hasta la próxima confrontación.
Recordad siempre que las verdades siempre tienen autor, pero
nunca propietario, el derecho de autoría sí, derecho de propiedad no. Una vez
que salen a la arena son de todos. Como las coplas de Machado, son del pueblo.
Lo que no pienso poner a debate son dos cosas: 1ª: la meta de
la vida, su objetivo final. Y 2ª, el sentido de la vida.
El objetivo de la vida es vivirla, usarla. La vida se nos ha
dado para gastarla. No malvivirla, no ab-usarla, no malgastarla, sino
rentabilizarla, sabiendo que el beneficio nunca es sólo individual. Machado
decía: “Recuerda que un corazón solitario no es un corazón”. La vida no se la
puede uno guardar, hay que echarla fuera.
En segundo lugar, el sentido de la vida. No existe UN
sentido, no existe EL sentido, pero lo que no puedes es ir en sentido
contrario.
Somos hombres, somos humanos, pero, sobre todo somos
personas. Y si cada persona es un mundo, en ese mundo “ca uno es ca uno” y este
sendero de mi mundo no tiene que ser/no puede ser/no debe ser un sendero de tu
mundo. No hay caminos ya trazados. La vida es un paseo, y el paseo es libre. Sí
hay carreteras (los derechos humanos, las normas de urbanidad, que decíamos
entonces, la elegancia en el trato, el respeto,…etc.) pero no caminos.
“caminante, no hay camino, se hace camino al andar”
Os voy a poner un ejemplo y
seguro, seguro, que lo vais a entender al momento. Imaginaos que tenéis
una cuenta corriente (no hace falta imaginárselo porque quien más quien menos
tenemos al menos una) PERO que en esa c.c., cada mañana, al levantarte y
pedirle movimientos, notas que alguien, no sabes quién, te ha ingresado 86.400 pts . (No quiero
hablar de euros, porque tendríamos que traducirlos, 6 euros, mil, 6.000 euros,
un millón, así que 60.000 euros son 10 millones, si fueran 90.000 serían 15
pero como son menos……y ya os habéis distraído de lo que quería que os fijarais),
así que cada mañana, nada más levantarte, 86.400 pts . Durante el
día gastas lo necesario, pagas la luz, o el agua, le echas gasolina, Mercadona,…….,
etc., pero compruebas que a las 12 de la noche, en punto, pides movimiento y la
máquina te dice que te han retirado de
la c.c. todo lo que no has gastado de las 86.400 pts . PERO, nada
más comenzar el día, vuelves a comprobar, de nuevo, que otra vez, alguien, te
ha vuelto a ingresar 86.400
pts , y por la noche, lo mismo; y así, un día tras otro.
¿Qué harías? ¿Idearías algún plan? ¿Programarías algo nuevo, algo especial,
para gastar ese dinero sobrante?... ¿Qué harías?
Tomás, y todo esto ¿a CUENTO
de qué viene? Pues que eso es lo que te pasa, que esto es lo que nos
pasa a todos, todos los días. Que esto es la vida. Que cada mañana, al
levantarte, te das cuenta que tienes 86.400 segundos por delante o 1440 minutos
o sea, 24 horas diarias por delante. Y al terminar el día, las no usadas, se
borraron, desaparecieron, y ya nunca más volverán, se te retiran de la cuenta
corriente que es la vida, pero mañana, al levantarte, compruebas que otra vez
tienes ingresados los 86.400 segundos, las 24 horas, ¿qué vas a hacer?, ¿vas a
planear algo nuevo? ¿O los vas a dejar pasar, los vas a perder? ¿Vas a dejar
que la vida se te escape entre las manos? POR FAVOR, piénsatelo seriamente. ¿Qué
vas a hacer con tu vida, mañana, nada más levantarte? ¿Vas a invertir más tiempo
en los tuyos, en tus amigos, en nuevas actividades, en nuevas cosas?, ¿los vas
invertir para madurar, para crecer como persona, para ser mejor?, ¿estás
ayudando a ser más felices a los que te rodean? ¿Estás quitando o poniendo
piedras en el camino? ¿Estás reduciendo tu mundo o ampliándolo?, ¿hay más
personas en él o menos? ¿Estás enriqueciéndote? (¡no será por tiempo¡) ¿qué vas
a hacer mañana? ¿O no vas a hacer nada, vas a “perder el tiempo” ( y nunca
mejor dicho )?, ¿vas a dejar escapar oportunidades?. Los minutos no usados, son
minutos perdidos.
Yo, que soy agnóstico, creo que Dios, el día del Juicio final
(si es que existe ese tipo de Dios y existe ese tipo de juicio) te mirará los
bolsillos y como encuentre en ellos minutos no gastados, tiempo perdido, vida
desaprovechada, pobreza personal por no haber invertido…..Todo lo que te sobre,
son cargos contra ti.
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