Cuando el mundo va camino, cada vez más y más de prisa,
hacia la secularización, humanizando lo hasta ayer mismo divino, buscando, en
este mundo, respuestas a problemas de este mundo, sustituyendo la fe por la
razón,….. Algunos se empeñan en divinizar lo humano.
Y cuando cada vez más, ante cualquier enfermedad, todos
acudimos a los hombres (médicos del Centro de Salud y cirujanos de los
Hospitales) para que nos examinen y den con el remedio adecuado, algunos,
todavía, confían más en la solución de arriba y acuden a las iglesias a rezar,
como la solución ideal.
Cuando en los Centros de salud hay que pedir número para una
cita y los hospitales tienen listas de espera, las iglesias están quedándose
vacías como centros de oración y son visitadas, sobre todo, como museos
artísticos, algunos se empeñan en ir contracorriente.
Cuando la gran mayoría humana va buscando un tratamiento
médico, a seguir, algunos siguen empeñados en los quinarios y las novenas.
Y mientras el tristemente fallecido acude a los hombres (en
este caso cubanos) buscando la solución y sus seguidores se lo piden a Dios y
ni unos ni el Otro saben curarlo y se muere, ahora va a ser casi canonizado
para que, ya muerto, interceda por ellos entre ….¿entre quiénes?
Si yo tuviera que “divinizar” a algún hombre sería a los
investigadores y descubridores de las vacunas, que inmunizan, y a los médicos y
cirujanos, que curan. (Quizá, también, salvase a los poetas, por su lenguaje
estético y a los artistas, con su belleza, cuyas obras sirven de alimento al
alma).
¿Divinizar a quien primero se lo quita, para luego
devolvérselo? ¿No sería mejor no habérselo quitado? (estoy hablando de las
gigantescas “devaluaciones”, con la consiguiente gigantesca “inflación).
Me informo de la cantidad y el tipo de comercio
internacional (exportación e importación) y sigo preguntándome qué ven que yo
no veo.
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