Y cuando la luna bahe
a çenar, con loz hitanoz,
ayí eztaremos tu y io,
bezándonoz en er banco,
donde tantaz nochez negraz
noz laz pazamoz llorando
porque Dio ze llevó ar niño
antez de que fuera er parto.
Cazi frente con frente a
la fragua der Vurcano,
donde jazen jerraduras
para jerrar er cabayo,
quen laz cueztaz ze patina,
cuezta arriba y cuezta abaho,
que zi le fayan loz frenoz
ze pegará un culetazo.
Er banco guarda zilencio
Mientraz juguetean laz manoz
A dezcubrí laz pudendaz
Partez que Dioz noz a dao.
Por ayì viene er Juanillo,
er niño der Vitoriano,
er nieto de la Zultana
y zobrino der Quemao,
baha, zilbando, la cuezta
con una rama de nardoz,
qanda er mushasho en caliente
der caló de quinze añoz,
que quié robar quinçe bezoz
a la niña der Morao.
Loz quinçe bezoz má puos
Que nunca haya dao un hitano.
Ze tira laz noche en vela
qanda er mushasho empeñao
que tié que romperlel preçinto
de la natura, (er pecao)
peo por amor, zin dezhonra,
como de un hitano onrao.
Quel nunca afana naranjaz
Pa llevarlaz ar mercao,
quel nunca ha tenio que ir
a la sita dun jurgao.
Quez un hitano cabal
Pacerla madre en verano.
Y mientraz la luna cuenta
zus cuitaz a loz hitanoz.
Que zi er zol, toas laz nochez,
ar marcharze a zu dezcanzo,
ze liga a toas las nubes
quencuentra en er dezcampao
y ze tira
Toa la noshe zoñando
Con cúmuloz y con nimboz
Con cirroz y con eztratoz.
Él ze va a dormí tranquilo
y ella ze quea yorando.
Yentre lágrimaz y yoroz
Va zuz penaz dezgranando:
Que zi er zol, eztá zelozo,
Cuar cabayo dezbocao,
Qanda diziendo a la hente
Que io le doi de coztao,
Que zi le pongo los cuelnos,
En loz díaz de loz cuartoz,
En menguante y en creziente,
En invierno y en verano.
Que zi yo de noshe ligo
Dezde Venuz hazta Urano
Y no ez verdá. Lo que paza
Ez que Dio ma organizao
Duna manera mu rara.
La luna ze va llorando.
Y nosotroz, mientraz tanto,
Aquí en er banco,
bezándonos.
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