Era uno de los refranes preferidos de mi abuela: “Grande tontería es / ponerle gafas a un muerto, / machacar en hierro frío / predicar en el desierto”.
Mi abuela era todo un repertorio de refranes. Yo creo que sólo sabía refranes. Porque nunca la vi interesada en leer o en oír algo que no fuera “el parte” de la única radio nacional que existía.
Tonterías, estupideces, que cometemos.
A veces, incluso, cuando tropezamos con la verdad, somos tan estúpidos que nos levantamos y seguimos caminando por el sendero del error, que nos es menos molesto, menos gravoso, más cómodo.
¿No fue una estupidez que todo un pueblo, fuera alemán, ruso o chino, siguiese, sin querer ver ni quitarse la venda de sus ojos, a unos líderes demagógicos?.
¿No es una estupidez que Europa apoye a regímenes dictatoriales, cuando económicamente (y nada más que económicamente) le interesa y ponerse en su contra, y a favor del pueblo, cuando éste se levanta contra su dictador?. ¿Y la justicia?. ¿Y los Derechos Humanos?. ¿Subordinados a los intereses económicos?.
¿No es una estupidez no construir ni alargar la vida de las centrales nucleares, las fuentes de energía más barata, y, a continuación, ante el desabastecimiento, tener comprársela a las centrales nucleares francesas, que están ahí, al lado, y que, si fallasen los controles y medidas de seguridad, nosotros seríamos más perjudicados que los mismos franceses del norte?.
¿No es una estupidez la repentina fiebre reformadora, reformando hoy lo reformado ayer, que había sido reformado el día anterior, para tener que reformarlo al día siguiente, porque no se acomete, ¡de una vez¡ una gran reforma?.
¿No es una estupidez lanzarse a la piscina sin saber nadar, cantando la Alianza de Civilizaciones, propuesta nada menos que por el Irán de Jomeini, y seguida tan sólo por Turquía (¡vaya aliado, de compañero¡) y por el paniaguado y felizmente (defenestrado, para nosotros) jubilado Kofi Anán (o como se llame este Sr,)?.
¿Es que no es una estupidez pavonearse de ser más listo que ninguno, invirtiendo en Fórum Filatélico, Afinsa, Nueva Rumasa,… porque “le saco unos altos intereses” y, cuando se viene abajo el Kiosko, querer hacer responsable al Estado y que todos le paguemos lo perdido, cuando presumían de su buena inversión?.
¿Es que no es una estupidez, infantil, romper la hucha, para regalar chucherías y tener contento a la chiquillería, y, luego, pasar la gorra, para comprar un retal, subiendo impuestos y recortando prestaciones, porque “ya no hay dinero” y estoy “con el culo al aire”?.
¿Es que no es una estupidez solicitar ayuda para empujar el carro, cuando el carro va camino del precipicio?.
¿Es que no es una estupidez no invertir en educación, que es la mejor inversión para el futuro, y autoengañarse bajando el listón de las exigencias, no premiando el esfuerzo y, (¡encima¡) tener más fracaso escolar que nadie?.
¿Es que no es una estupidez, malévola, además, lo de los E.R.E.S, en Andalucía, que hasta los de mi pueblo, tierra yerma castellana, me llaman para cachondearse de mí, pidiéndome recomendaciones para su jubilación como minero de Riotinto?.
¿Es que no es una estupidez la aprobación, en solitario y por Decreto, de la “Reestructuración del Sector Público Andaluz”, eufemismo que quiere decir: “vamos a colar, por la puerta de atrás, y ponerlos como funcionarios, a 30.000 afines y allegados que hemos estado colocando en empresas ligadas a la Junta de Andalucía, en una administración paralela, sin pasar por ningún proceso selectivo, sino a dedo, por afinidad política, lo que supone una politización de la Junta, mientras están gobernando y cuando ya no estén, atropellando y vulnerando los legítimos derechos de los funcionarios”?.
¿Es que no es una estupidez “querer hacerlo sin saber”, “saber hacerlo y no querer” y nos lanzamos a la piscina del “hacerlo sin saber” si hay agua o no y, además, sin saber nadar?.
¿Es que no es una estupidez gastar el poco o mucho capital que se tenía y, a continuación, tener que pedir créditos, a intereses desorbitados, con el aplauso de los de abajo y el desdén de los de arriba?
¿Es que no es estupidez que si yo, español, quiero informarme, a través de una página Web, de un municipio español, no pueda porque la única página Web está en vasco, catalán, gallego o valenciano y yo no tengo el deber de saber su lengua, cuando existe una lengua común, en la que normalmente hablamos y nos entendemos.
(Los del pinganillo del Senado, me lo salto, para no tener que insultar).
¿Es que no es una estupidez que entre el productor y el comprador, que vivimos en la misma calle, el producto a vender/a comprar tenga que pasar por 5 o 10 intermediarios?.
¿Es que no es una estupidez malagueña querer playas limpias y no querer pagar impuestos por ello, o querer el metro a la puerta de casa, pero no querer las molestias que su ejecución lleva consigo?
¿Es que no es una estupidez, de inmaduros, tomar como argumentos racionales las simples descalificaciones morales? (¿como decir que es un mal taxista porque su mujer le ha puesto los cuernos o que no debe ser una buena esposa, ya que su marido salió a comprar tabaco con una brasileña de 23 años y no ha vuelto?).
Estupideces.
Como ponerle gafas a un muerto. Una estupidez.
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