martes, 6 de octubre de 2015

RELIGIÓN Y VIOLENCIA (7). RESPETO Y TOLERANCIA



Están abriéndose las fronteras. La libertad de movimiento de las personas se incrementa, avanza. El Acuerdo de Schengen está universalizándose más allá de los países europeos firmantes del mismo.

El mundo está dejando de ser un conjunto de compartimentos estancos por religiones, por razas, por culturas,..
Con todos los pros y todos los contras la sociedad está siendo cada vez más multi o pluri cultural.

La coexistencia/convivencia de la diversidad, sean razas, culturas, religiones,… en sí, ni es un valor, ni tampoco un antivalor, es un hecho que hay que admitir.
Será valor o disvalor con el medidor de los Derechos Humanos.
Ninguna religión, raza, cultura,… debe ser ajena a ellos, que son el marco en el que, todos, tienen que moverse, sin permitir que nadie, por sus diferencias varias, esté exento de ello.
Los derechos Humanos están por encima de cualquier religión e ideología, como vigilando y siendo el marco de convivencia.

La inmigración, sea del tipo que sea y donde sea, debe aceptar ese marco y tendrá que dejar de practicar creencias o prácticas, culturales y/o religiosas, contrarias a ellos,

Y eso, ahora, está pasando en el Occidente cristiano o/y laico del mundo occidental con las avalanchas diarias de musulmanes que se juegan la vida para llegar, sobre todo, a Europa.

Siempre he distinguido entre “respeto” y “tolerancia”.
Toda persona, por el mero y simple hecho de ser persona, tiene que ser “respetuosa” con las demás y “respetada” por todos. El “respeto” va asido a la “persona”.
La “tolerancia” es otra cosa. Se toleran o no se toleran las ideas y los comportamientos. Hay “ideas intolerables” y que no deben ser toleradas y hay “ideas tolerables” que deben ser toleradas.

No es igual la “consideración igual de la mujer y el varón” que la “infravaloración de la mujer respecto al varón”. La primera debe ser no sólo tolerada sino alabada y promocionada, mientras la segunda es “intolerable” no puede ni debe ser tolerada y contra la que hay que luchar para erradicarla.
Pero el modo de peinarse, de bailar, o el tipo de comida,… deben ser totalmente toleradas.

Hoy asistimos a un flujo poblacional de dimensiones considerables de personas con ideas, creencias y prácticas, derivadas sobre todo de la religión islámica, aunque también de otras culturas que es difícil, por no decir imposible, encajarlas en el marco de los Derechos Humanos.

El Cristianismo tuvo sus tiempos de expansión y, muchas veces, se impuso por las armas, a pesar de los gritos en contra de los Teólogos de Salamanca.
Y otros tiempos de mera misión de propagación de la fe y ayuda humanitaria, sanitaria, cultural,… sin forzar a los destinatarios de las mismas.

El judaísmo está más o menos estancado territorialmente.
Se calcula que hay unos 14 millones de judíos en el mundo, de los que 6 millones viven en Israel y unos 5,5 millones en diversas ciudades de Estados Unidos, sobre todo en Nueva York, con más de 2 millones y Los Ángeles, con casi 1 millón. En Europa destaca Londres, con casi 200.000.
E Israel no ve con buenos ojos que los judíos se asimilen a los países donde viven.

Pero la otra religión monoteísta está invadiendo Europa y sin apenas integrarse, sin asimilarse.
Llegan con toda su carga cultural, moral y religiosa, cuya práctica no siempre encaja en las constituciones laicas de los pueblos de acogida.

Y ahí tenemos UN PROBLEMA.

La formación de barrios musulmanes, en las periferias de las ciudades, abona la simiente de sentirse postergados y excluidos.

Y lo curioso (y triste a la vez) es que los países que nadan en petróleo, los países que han sido agraciados con la lotería del subsuelo, los países ricos, con una mayor “renta per capita”, son de religión musulmana, pero a los que no se dirigen.

Y lo curioso es que, si navegamos por la historia, hacia atrás, veremos el punto en el que se anudan y comienzan a divergir las tres religiones, pero los avatares posteriores de las mismas las han llevado a terrenos difícilmente convergentes.
Mientras en los países cristianos se les permite erigir mezquitas en que poder ejercer sus prácticas religiosas, en los países musulmanes no se permite la construcción de iglesias cristianas.

Mientras los cristianos, desde tiempo ha, hemos dejado de ser ovejas mudas y obedientes a la voz del pastor, sin ser esclavos de ideología alguna, ni religiosa ni no religiosa, los creyentes musulmanes son, muchos de ellos, robots ciegos que se alistan en ejércitos de exterminio, humano y artístico, convencidos de que “Dios (Alá) lo quiere.

Por done pasó el cristianismo en el Edad Media, está pasando hoy no tanto los islámicos como los islamistas.

Nosotros lo superamos con un Renacimiento, superando la Edad Media, y con la ayuda de la Razón, Teórica, Práctica y Técnica, en el Época Moderna, con la Razón y la Experiencia, valorando este mundo y esta vida, mientras ellos, huérfanos de tales ayudas continúan anclados en la fe milenaria.


Tenemos por delante un reto, que no es Multicultural, ni siquiera (me atrevo a afirmar) Intercultural, sino Supracultural en el que sólo y a todos nos deben regir la única ley, la de los Derechos Humanos, tan cargados de humanismo.

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