domingo, 4 de octubre de 2015

RELIGIÓN Y VIOLENCIA (5) ¿ES ESPAÑA CRISTIANA?

¿ES ESPAÑA CRISTIANA?

Si decimos que son cristianos los que se bautizan, los que toman la primera comunión, los que se casan en las Iglesias o Catedrales y los que se entierran por el rito cristiano, la estadística es abrumadora.

Ya, por la edad, no seré padre, pero si lo fuera no bautizaría a mi hijo ni le permitiría hacer la primera comunión, explicándole claramente que, cuando sea adolescente o joven y sepa lo que ambas cosas son y significan, si así lo decide, yo seré el primero en ofrecerme como padrino.

Igualmente, si de nuevo volviera a casarme, no lo haría ante un cura, sino ante un juez, a no ser que la mujer con la que me casara me lo pidiera porque esa era su ilusión de toda la vida. Me casaría por la Iglesia, ante el Obispo, en la Catedral,… pero lo haría por amor, no por creencia en que el matrimonio sea un sacramento “que imprime carácter” y que es indisoluble, lo haría por ella, no por mí, ni por creencia.

Y el día de mi entierro, mis familiares tienen vía libre y licencia para hacer lo que quieran con eso que ya no soy yo. Lo que sí les pediré será que me incineren y esparzan mis cenizas por La Carihuela de Torremolinos, con la obligación de que, a continuación, vayan a comerse una mariscada en Casa Juan, Los Mellizos, en mi nombre.

¿Cuántos como yo pensarán igual?

Y yo estoy bautizado, hice o tomé la primera comunión, me casé en una Iglesia preciosa y aún no tengo prisa ni ilusión de que llegue el siguiente rito.

Pero es muy fácil confeccionar estadísticas con esas prácticas para luego exigir a los gobiernos desde que pongan, en la Declaración de la Renta, un recuadro para poner una cruz y donar la parte que le corresponda o para exigir que la Religión sea una asignatura en la Enseñanza, evaluable como la Matemática o la Historia a costa de hacer desaparecer la Filosofía.

Y como los alumnos, a esas edades se rigen por la ley del mínimo esfuerzo, si el profesor de turno le estampa un 9 si nada hace y un 10 si hace algo, entonces…
¿También cuenta en la estadística el número de alumnos matriculados en Religión?

Si embargo (¡cuántas veces lo habré dicho y repetido!) la Cultura Religiosa debería ser una asignatura obligatoria a lo largo de todo el currículum estudiantil, para poder entender la Historia de nuestra civilización, nuestra literatura a lo largo de los siglos, nuestra pintura, escultura y arquitectura, la forma de vida, las costumbres, la moral,….

La Iglesia hará todo lo que esté en su mano para quedarse y afianzarse, modelando/remodelando la conciencia, desde la infancia, para así disfrutar de privilegios.

La Iglesia no asume o no quiere asumir que todos esos ritos antes mencionados han dejado de ser religiosos y son, simplemente, usos, costumbres  sociales.

Dejarse llevar por la costumbre nada tiene que ver con vivir el mensaje de Jesús, la auténtica vida cristiana.

Ya lo dice el adagio: “Hay Verdades, Medias Verdades, Falsedades, Mentiras y Estadísticas”

Si ya la Ciencia no es neutral, cuanto menos la estadística, cargada de prejuicios, en pro o en contra,

Los catecismos que inundaron, que anegaron, las conciencias de los niños de mi edad, hoy deberían estar en “El Índice de Libros Prohibidos”.
¡Cuánto conciencia raquítica hicieron brotar en nosotros, viendo y oliendo a pecado en cualquier manifestación, incluso artística¡

Soy un forofo de visitar iglesias y en mis viajes tengo la costumbre de entrar en todas con las que tropiezo. Me siento, miro y remiro, veo, contemplo la majestuosidad de las bóvedas, el multicolorido de los rosetones y de las vidrieras, las imágenes,…
¿Entraré yo, también, en la estadística de los cristianos, cuando mi único objetivo es el goce estético?

Si en ese momento está realizándose un acto litúrgico sólo veo a cuatro ancianas, en una rutina social y religiosa, que lo siguen, los demás somos turistas, con lo que saco la conclusión de que de aquí a unos años las iglesias serán solamente lugar de visita de gente hambrienta de arte.

Entro, Señor, en tus iglesias / (Alberti)

Entro, Señor, en tus iglesias... Dime,
si tienes voz, ¿por qué siempre vacías?
Te lo pregunto por si no sabías
que ya a muy pocos tu pasión redime.

Respóndeme, Señor, si te deprime
decirme lo que a nadie le dirías:
si entre las sombras de esas naves frías
tu corazón anonadado gime.

Confiésalo, Señor. Sólo tus fieles
hoy son esos anónimos tropeles
que en todo ven una lección de arte.

Miran acá, miran allá, asombrados,
ángeles, puertas, cúpulas, dorados…
Y no te encuentran por ninguna parte.


Y no lo encuentran porque ya no lo buscan. Dios ha dejado de ser imprescindible en la vida de los hombres y de la sociedad.
Dios nunca sobra, pero tampoco es imprescindible para vivir honradamente.

Uno recuerda la muy cercana ley del divorcio (“sacramento indisoluble”, “lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”….) y su empecinada lucha para obstaculizar hasta su tramitación y su encono en que no saliera como ley.

¿Y qué decir del “matrimonio homosexual”?.

 Y, ayer mismo, toda la cúpula del Partido Popular, que se supone que es católico, apostólico y romano, acaba de asistir a la boda de uno de ellos, homosexual.

Es más, hoy día 4 de Octubre, leo que un cura estadounidense se ha presentado en sociedad con su novio.

Y la no menos polémica “ley del aborto”, ni siquiera en los tres supuestos, y con plazos.

Y recuerdo la primera polémica, la que montó con los transplantes de corazón.

Y ahora mismo esta desorientado con los óvulos fecundados sobrantes, con las célula madres, con la ingeniería genética, con el “corta y pega” de segmentos cromosómicos, sustituyendo a los deficitarios o dañados,…

Los sacerdotes andaluces más comprometidos con la erradicación de la justicia, los más luchadores contra el abuso, se han tenido que secularizar, para seguir haciendo la misma labor, sin tener que ser llamados al orden por la jerarquía eclesiástica.

¿Habrá algo más ridículo, en el siglo XXI, que seguir exigiendo el celibato a quienes quieren dedicarse, por entero, a la labor religiosa?

Si uno lee a Jesús de Nazaret, lo que dice y lo que hace, y lo compara con lo que dice y hace la jerarquía católica, uno se echa las manos a la cabeza.

Predicando la caridad y practicando el egoísmo.

No existen, ya, raíces cristianas, en nuestra España y las prácticas religiosas multitudinarias de las romerías, con lágrimas y “vivas” incluidos, no son sino actos sin significado religioso, totalmente paganos, de comida, bebida, cante y baile.

Todo ello “humano, demasiado humano”.

Y, cuando uno piensa, que en los años 50 las dos terceras partes del sur de Europa serán, probablemente, seguidores del Corán….

El abandono de la práctica cristiana no creo que sea tanto (aunque también) por el desconocimiento del mensaje de Jesús de Nazaret como la reacción contra una Iglesia anquilosada, sin sangre, sin savia, que emplea un lenguaje no significativo, que repite y repite y que ni los propios predicadores entienden.
Una Iglesia que se cree no sólo poseedora de la verdad, sino con el monopolio de la misma, por lo que cuando habla de “diálogo”, en realidad, es un intento más de atraer a los no católicos al redil.


Y todo esto sin contar las estrafalarias religiosidades que se propalan y que captan a muchos no religiosos, desilusionados, neutros,…

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