viernes, 8 de mayo de 2020

FLORILEGIO 10 (7) .EL HOMBRE MODERNO Y LA CONCIENCIA RELIGIOSA, LA FELICIDAD, EL AMOR




EL HOMBRE MODERNO Y LA CONCIENCIA RELIGIOSA.

A pesar de esta ola o tsunami de laicismo que nos invade por doquier ¿queda lugar para preguntarse por la trascendencia, por el sentido último, por la religión,…en la conciencia del hombre moderno?

Dos caminos están recorriendo la conciencia:

1.- El hombre que se ha hecho adulto, con conocimientos firmes, que se reconoce autónomo y sin necesidad de tutores al considerarse mayor de edad, que reconoce su poder desde la ciencia que domina y la tecnología que usa y que, fácilmente, desemboca en el laicismo y

2.- El hombre que sigue y se deja aconsejar y guiar por la Iglesia y que interpreta la existencia humana no como un fenómeno producto de una evolución sino como un don de Dios y la vive religiosamente, subjetivamente, pensando en el más allá feliz que le espera, ya que está haciendo méritos para ello.


LA FELICIDAD.

La felicidad no es un “estado” es un “desiderátum” que, como tal, conforma la existencia humana.

Es una “utopía necesaria” para caminar, como el horizonte de Galeano.

Los momentos felices (que siempre deseo a los cumpleañeros) no colman la Felicidad pero los hombres, al conseguir y disfrutar de esos momentos les sirven de estímulo para seguir llegando a la imposible, inalcanzable, inexistente Felicidad.

Ir caminando felizmente por la vida mientras se está vivo, sabiendo que en el día final no sólo no estará la Felicidad esperando, es que no habrá nada, se acabó el libro.

Por el hecho de quererla, desearla e intentarlo no te garantiza la existencia de la misma.
Es como el deseo de no morir, de ser eterno,…el deseo no te garantiza la existencia de lo deseado.

Se la llama la “Falacia conativa”, según G. Puente Ojea.


EL AMOR.

El verdadero amor sólo desea eso, “amar” y no exige necesariamente “ser amado”.

Saberse y sentirse amado es menos importante que amar.

El amor, sin amor correspondido, no promete felicidad y dicha, él es la felicidad y la dicha, al amar y mientras se ama.

Es el amor místico de un San Juan de la Cruz.

Es el “no me mueve mi Dios para quererte//, el cielo que me tienes prometido // ni me mueve el infierno tan temido// para dejar por eso…”

El místico sabe que su tarea es ser “amante” y la respuesta, “ser amado” se dará (si se da) por añadidura, gratis, gratuitamente, sin poder exigirla.
…..

El funcionario, como tal, no tiene responsabilidad moral alguna, sí responsabilidad legal.
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La RELIGIÓN  es una actividad, una increíble y amplia actividad que afecta a casi cada fase de la vida humana.
…………

La TEOLOGÍA, sin embargo, ofrece la estructura del conocimiento teórico que da una coherencia reflexiva a la actividad religiosa.

¿Se puede ser Religioso sin saber Teología? Por supuesto que sí.
¿Se puede ser Teólogo sin ser religioso? Supongo que no.

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